Aldo Melitón BUSTOS
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Editorial EL PERISCOPIO - Libre de reproducirse con mención de fuente
Aldo Melitón Bustos realizó sus estudios secundarios en la Escuela Industrial de la Ciudad de Santa Fe. Como a muchos chicos de su época le gustaba pasar las tardes concentrado en interminables partidas de ajedrez. Desde temprana edad comenzó a participar en la vida política, primero en centro de estudiantes de la industrial, luego en la Facultad de Derecho de la Universidad del Litoral.
No bien se recibió de escribano público se radicó en la Ciudad de Salta, al poco tiempo abrió un estudio en la ciudad de Tartagal junto a otros abogados. Aldo era Adscrito a la escribanía del Sr. Simensen, que falleció en 1973 y por este motivo Aldo realizó los trámites para obtener la titularidad de la escribanía. Durante el gobierno provincial de Álvaro Ulloa (de facto) y mientras Jorge Folloni era funcionario de rango ministerial de ese gobierno, le niegan la titularidad que solicitaba invocando antecedentes subversivos del peticionante, por lo que trabajaba como docente en Tartagal.
Durante el año 1977 recibe múltiples amenazas de muerte, sospechando que estas se originaban en miembros del ejército y más específicamente del RIM 28 de Tartagal y por temor a su vida viaja a Bolivia solo, dejando a su familia en Salta. Melitón no soporta esta separación y regresa decidido a terminar con la intriga. Se entrevista con el jefe policial Joaquín Guil y luego con el militar Rios Ereñú que al parecer le dicen que con él todo estaba bien y que no debía temer. Toma la decisión de regresar a Tartagal con su hijo Raúl.
Una madrugada del 2 de febrero de 1978, a sus 42 años, tocan a su puerta personas pertenecientes al Ejército entre quienes estaba Arias que luego fue identificado por su hijo. Lo llevaron encapuchado para nunca más regresarlo.
Su memoria es recordada por una Placa en la Asociación de Empleados Judiciales y Procuradores de la Provincia de Salta, del que Bustos fue uno de los fundadores y resultó electo como el 1° Secretario General.
Los responsables de su desaparición fueron juzgados y condenados en el primer juicio por delitos de lesa humanidad realizado en la provincia de Salta, la causa "Regimiento de Monte 28 Tartagal". El T.O.F. de Salta debió aplicar prisión perpetua luego que la condena original fuera revisada por parte de la Cámara de Casación Penal