Oscar BOERO

Hasta la muerte del abuelo la familia vivió en el campo, Santa Clara de Buena Vista, pueblo de la cuenca lechera de Santa Fe, allí nacieron los 8 hermanos Boero. Los padres, que no pudieron ir a la escuela aprendieron solos a leer y escribir, con un gran interés por el saber siempre tuvieron la necesidad de estar informados, eran autodidactas.

Cuando vienen a vivir a Santa Fe tras la venta del pequeño campo familiar, se radican en el barrio de Guadalupe Oeste y ponen un almacén. En Santa Fe cada uno de los hermanos fue buscando su camino, Cacho era cura, administraba el seminario, Horacio trabajaba en Grossi FIAT, en el 69 durante la «marcha del norte» en el conflicto de los ingenios santafesinos es cesanteado por su actividad gremial; como tenía estudios como instalador electricista trabaja en la construcción como tal. En esos momentos Oscar estaba en el seminario terminando el secundario. Todos, de una u otra manera empiezan a militar en el peronismo y a medida que se fueron casando se mantuvieron en el mismo barrio.

Los compañeros del Ateneo convocan a su hermano para militar en ASA (Acción Sindical Argentina), una organización vinculada a la Iglesia Católica que adhería al pensamiento de los curas del tercer mundo. Los volantes de la agrupación sindical solían imprimirse en el mimeógrafo del Seminario, los que eran repartidos antes del paso de los colectivos que iban para la FIAT, de esa manera los compañeros tenían los volantes para repartir o ir tirando por el camino. Ya en el 64 los hermanos mayores participaron en las acciones por el Operativo Retorno de Perón. Para fines de los 60 se comienza armar el Peronismo de Base, previo a la JP, donde confluyen el grupo sindical, estudiantil y barrial.

Oscar, estudiante secundario en el Seminario de Guadalupe, comienza su militancia política. Al terminar ese ciclo ingresa en la UCSF. Por intermedio del cura Serra consigue trabajo en FIAT y se vincula con los militantes gremiales, como parte del Peronismo de Base se integra a la comisión interna de FIAT. Cuando se produce el Cordobazo, se resuelva hacer piquetes para invitar a los comerciantes a adherir al paro y cerrar los negocios, en Bulevar y Marcial Candioti un grupo de militantes en el que se encontraba Oscar fueron al supermercado del lugar y como consecuencia de esa acción, el custodio del lugar saca un revólver y lo increpa a él y lo persigue hasta el sindicato de la Madera, donde se esconde; es sacado por los fondos y en una obra en construcción al lado de la biblioteca Moreno, el sereno lo ve y le dice «vení vení pibe metete acá», lo hace entrar y sale al cruce del perseguidor protegiendo a Oscar.

Era muy temperamental, con una gran ansia de justicia. Era un militante riguroso, en una oportunidad tenía en su casa dinero de la organización y fue capaz de quedarse sin comer por no tener autorización para usar el dinero, esa rigurosidad obedecía a su compromiso militante y a la disciplina interna que mantenían los compañeros. Generoso, compartía lo poco o mucho que tenía, en una oportunidad que se necesitaba sangre para una joven con una grave enfermedad, dio sangre dos días seguidos, actitud que fue advertida por el personal de enfermería que le comunicó el riesgo que ello significaba. La familia era de militantes comprometidos cuando en 1970, varios compañeros perseguidos se refugiaron en la casa paterna; cuando se hace el Congreso de la Juventud, (noviembre de 1972) llevó a dormir allí a toda la Coordinación Nacional de JP.

Ya encuadrado en la Organización Montoneros, con la participación en algunos operativos y a raíz de algunas caídas de compañeros debe extremar su seguridad; en 1972, a raíz de un choque fortuito es identificado por la Policía y debe pasar a la clandestinidad, justo cuando nacía Fernando su hijo mayor. Luego llegó su hijita Susana ya estando en Buenos Aires, hoy ambos están en España. Estuvo en varios lugares hasta vivir en la zona oeste de Buenos Aires. Con mucha dificultad podía verse con la familia, debía venir a escondidas, o yendo ellos a verlo con muchas precauciones.

En junio del 73 cuando desde todo el país se organizan movilizaciones para recibir al Gral. Perón que retornaba al país en Ezeiza, se encuentra con sus hermanos cuando marchaba con la columna de la zona Oeste. Su compromiso con la militancia y su grado de participación dentro de la organización hace que los encuentros con la familia fueran muy escasos, visitas fugaces a la casa paterna o encuentros en lugares seguros con sus hermanos, esta situación hace que se distancie de su compañera y sus hijos.

Oscar muere en el operativo de copamiento del Regimiento 29 de Formosa, y esa misma noche su casa es destruida con explosivos, su compañera había huido antes con sus hijos.

Estuvieron algún tiempo en el norte viviendo en refugios o a la intemperie ayudados por algunos pobladores que le suministraban alimentos, gracias a la ayuda de una hermana logra salir del país rumbo a Brasil y desde allí a Suecia, dejando los chicos al cuidado de su cuñado Horacio. Los llevan un tiempo a Santa Clara, donde todo el pueblo «los adoptó», todos sabían su historia, pero para protegerlos de cían que eran «los nietos del comisario» ya que eran tan rubios como él. En 1978 por igual gestión pueden viajar a España, el día de la partida la gente del pueblo se reunió en la estación para despedirlos y siguió al tren saludándolos hasta donde pudieron. asumiendo los riesgos que ello implicaba, en algunas oportunidades para lograr la tranquila llegada de Oscar a la casa, la contraseña era una ventana que según su posición daba seguridad o no al encuentro

/ Su hermano Horacio

Los restos de Oscar no fueron devueltos a sus familiares, sino enterrados con una topadora en una fosa común creada a tal efecto, en el Cementerio Norte de esa localidad litoraleña. El matrimonio de Ángel Antonio Boero y Estela Cassale, conoció, compartió y apoyó la militancia de todos sus hijos por todo el amor que les profesaban,

Su memoria es recordada en una placa colectiva colocada en la Universidad de Católica de Santa Fe