Elina JAGOU de CARLEN
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Editorial EL PERISCOPIO - Libre de reproducirse con mención de fuente
Elina Jagou de Carlen nació un 17 de octubre. Tenía 49 años cuando intentó cerrar una ventana en su departamento del primer piso, en Ituzaingó y Las Heras, y la fusilaron. "Heroica inocente", la llamó una escritora santafesina con quien compartía su vocación por la docencia. Cayó sobre un sofá con el cuello destrozado en esa siesta del 19 de enero de 1977. Su hija Graciela, de 18 años, testigo y sobreviviente, quedó en shock. Su mamá fue la primera fusilada por una fuerza de tareas del Ejército y la Policía con más de 100 efectivos que después masacró a cuatro militantes montoneros que vivían en otro departamento del edificio. Al día siguiente, la dictadura ocultó los crímenes bajo la propaganda del "enfrentamiento" y acusó por la muerte de la maestra a sus vecinos "subversivos" con la excusa de que ella se negó a abrir la puerta para que ocultaran a sus hijos: un niño de dos años y un bebé de 45 días, que sobrevivieron.
El juicio ante el Tribunal Oral de Santa Fe fue histórico porque descubrió cómo operaba la maquinaria de la dictadura, calificó el operativo militar como una "emboscada" y una "masacre" que dejó cinco muertos y reconoció a la señora de Carlen como "víctima del terrorismo de estado". El fallo es un precedente en la provincia.
El Tribunal ponderó las pruebas y dio su veredicto. "La primera detonación fue de un proyectil de arma de fuego de grueso calibre". El disparo provino del techo de un vecino copado por la fuerza de tareas, a ocho metros de distancia del departamento de los Carlen, ingresó por la ventana e "impactó en el cuello" de Elina, "quien falleció tendida sobre el sillón del living", relata la sentencia.
El punto 20 del fallo reconoció la "calidad de víctima del terrorismo de Estado" a Elina. Como dijo su hija: "Al día siguiente de la muerte de mi mama, en un diario importante de la provincia salió que la habían matado los montoneros. ¡A mi mamá, la mataron los militares!", recordó. El diario es El Litoral, que el 20 de enero de 1977 publicó: "La señora que fue ultimada por los subversivos al negarse a que penetraran a su departamento es Elina Esther Jagou de Carlen".
En su alegato, las abogadas querellantes Lucila Puyol y Soledad Sánchez Jeanney le solicitaron al Tribunal que reconozca la responsabilidad estatal en el asesinato de Elina, su condición de víctima del terrorismo de Estado y comunique la sentencia a los diarios que publicaron noticias "erróneas del caso de Ituzaingó y Las Heras" y "a los sitios digitales del Gobierno de la provincia y el Estado nacional". "Para garantizar un sentido integral de la reparación del daño es necesario rescatar la memoria de las víctimas de las violaciones a los derechos humanos, reconocer su dignidad y reconstruir su valor como personas", explicaron. "La recuperación de la memoria colectiva y el acceso a la verdad son elementos centrales de la reparación y representan además, garantías indirectas de no repetición". El nunca más al terrorismo de Estado.
El ocultamiento de la verdad
Seis años después de la masacre, en julio de 1983, el último ministro de Educación de la dictadura José Carlos Marí Rousseau le puso el nombre de Elina Jagou de Carlen a una escuela de la Cuña Boscosa: la número 6263 del Kilómetro 302, departamento Vera, en el norte profundo. La resolución pondera su trayecto docente, pero omite el final: el plan de exterminio. "Compete a la obra educativa destacar las acciones de aquellos que comprendieron que en la educación de los niños descansa el futuro de la patria", dice. En noviembre de 1983, dos semanas antes de la vuelta de la democracia, se hizo el acto en la escuela. Y también un poema que le dedicó la escritora santafesina Vénera Vecchio. "Heroica víctima inocente de una época superada", la llamó.
El senador por el Departamento Garay, Ricardo Kaufmann, la presidenta comunal Natalia Galeano y la secretaria de Derechos Humanos de la Provincia, Lucila Puyol, realizaron un homenaje junto a autoridades de Santa Rosa de Calchines, a Elina Jagou de Carlen, oriunda de esa localidad, víctima de la dictadura militar. La comuna impuso su nombre en una placa recordatoria en la plazoleta ubicada en el paseo de la entrada norte del pueblo, a la vera de la Ruta Nº1 "Teófilo Madrejón".
Los responsables de su asesinato fueron juzgados y condenados en la causa Masacre ituzaingó y Las Heras