José Roberto HERRERA
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Editorial EL PERISCOPIO - Libre de reproducirse con mención de fuente
El operativo militar en el que fue asesinada Yolanda Ponti, en la esquina de 25 de Mayo y Lisandro de la Torre, le costó la vida a otras personas: el chofer de un micro de la Línea 3 en el que viajaba la joven, Arnaldo Santiago Martinazzo, de 38 años y un jubilado de 69, José Roberto Herrera, quien cuidaba autos en las inmediaciones.
El operativo, que inició su persecución con varios vehículos y personal de inteligencia militar a más de treinta cuadras del lugar de desenlace, culminó con una balacera en pleno centro de la ciudad, hacia un colectivo urbano con pasajerxs en la esquina donde hacía su parada.
La única preocupación del Ejército fue la muerte de un sargento. Tal como sucedió en todos los hechos represivos no se realizó ninguna autopsia y dejaron al chofer abandonado a su suerte, quien bajó herido del colectivo y quedó desangrándose en el umbral de un domicilio
El teniente coronel retirado Alberto José Jaime fue el responsable del operativo, estuvo prófugo cuatro años y medio. La Cámara Federal, al confirmar su procesamiento, planteó el "contexto histórico" de los crímenes. "La práctica del Ejército de fraguar enfrentamientos para ocultar asesinatos de disidentes era parte de la metodología aplicada en el plan criminal de represión ilegal". Mencionó la sentencia del Tribunal Oral de Santa Fe en el juicio por la masacre de Ituzaingó y Las Heras, el 19 de enero de 1977 -un mes y días después del asesinato de Ponti- que "echa por tierra la versión del enfrentamiento, como pretendían hacer creer los comunicados militares reproducidos por los diarios de la época". Y el asesinato de la docente Elina Jagou de Carlen que la propaganda oficial atribuyó a montoneros, pero fue fusilada por el Ejército cuando intentó cerrar una ventana de su departamento.
El único responsable vivo de su asesinato fue condenado en la Causa Ponti