Luis SILVA
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Editorial EL PERISCOPIO - Libre de reproducirse con mención de fuente
Luis nació el 4 de julio de 1952. Obrero metalúrgico, empezó militando en la Juventud Peronista (JP) y luego en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). El "Patón" Silva era el representante de los villeros peronistas santafesinos y luego fue dirigente nacional del Movimiento Villero Peronista (MVP) y miembro del Consejo nacional del Peronismo de Barrios.
En 1975 estuvo secuestrado ilegalmente y torturado durante 52 días, encarcelado en Villa Devoto por dos meses y liberado el 29 de mayo de 1975.
En 1974, siendo Oficial Montonero, participa del Operativo de Reconstrucción “Estanislao López” en el norte provincial, en el cierre de este acontecimento toma la palabra y dice: “El pueblo entero ha comenzado la reconstrucción y la liberación, porque entendemos perfectamente que no hay reconstrucción nacional sin liberación. Nosotros sabemos lo que significa el peso de las botas de la oligarquía pisoteándonos, sabemos que esto que se está realizando o lo que se acaba de realizar, es un paso más hacia la liberación nacional.”
Luis fue secuestrado y desaparecido en Morón, Buenos Aires, el 11 de noviembre de 1976
Nilda Elías ejerció su trabajo social junto con Luis. Lucha por el loteo, vivienda, trabajo, dignidad de vida. Esos eran los objetivos. Nilda fue su compañera. Imposible de olvidar. La unión de sus vidas ahondó el compromiso social y político de ambos. La semilla del evangelio cayó en tierra fértil. Estoy convencido, que muy en el fondo de sus corazones, consciente o inconscientemente, la fuerza que los empujaba a dar siempre más, era la fuerza del Evangelio de Cristo.
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Con Luis fue coincidencia que tengamos el mismo apellido, tal vez somos parientes en algún abuelo lejano, no interesa. Lo cierto es que, a través del recuerdo, el haber compartido con Luis un compañerismo de años, lo guardo como un privilegio.
Cuando llegué a Santa Rosa, en el 66, como responsable de la Parroquia, Luis, ya estaba. Era un chico de unos 15 años. Moreno, más bien alto, ojos muy inteligentes, rostro sonriente, siempre dispuesto a un comentario cómico. Siempre dispuesto a dar una mano en trabajo.
Lo recuerdo rodeado de chicos, lo recuerdo en la catequesis, lo recuerdo organizando charlas para la formación de los jóvenes, colaborando y distribuyendo “El Dominguero” (publicación de la Parroquia), hablando por la propaladora de la Parroquia, junto con Julio Figueroa, en tiempos en que era complicado manipular un micrófono, cuando estabas enfrente de la Comisaría. Lo recuerdo recorriendo el terraplén Irigoyen en tiempos de inundación, y hombreando bolsas de arena para cerrar alguna filtración.
En la Parroquia habíamos formado un grupo llamado de Promoción. La finalidad era promover en los distintos sectores del barrio, la defensa de los derechos individuales, la autogestión, el reclamo a las autoridades por la falta de servicios (agua, luz, comunicación). Luis, junto con Nilda, eligieron la zona sur. De este trabajo con los vecinos nació la vecinal “12 de Octubre”. Fue entonces que ambos comenzaron a dedicar más tiempo a la vecinal que a la Parroquia. Y fue también en ese tiempo que ambos se casaron. De ese matrimonio nacieron tres hijos.
Luis fue uno de los fundadores y promotores de la Cooperativa de Ladrillos, en la que hubo trabajo para los vecinos, y los ladrillos eran destinados a la construcción de viviendas por ayuda mutua. Se construyeron casi 100 viviendas y así el ladrillo reemplazó al adobe en la zona sur del barrio.
Lo recuerdo en la huelga de hambre en que se logró el loteo del barrio...
Después adoptó una actitud distante de la Parroquia y de los amigos, tal vez para protegernos. Había rumores sobre su filiación montonera. También supimos que había sido nombrado miembro del Consejo Nacional del Peronismo de Barrios.
Posteriormente se trasladó a Buenos Aires. Lamentablemente no lo vi más. Supe que estuvo varias semanas como desaparecido. Me comentaron que cuando recuperó la libertad juró que nunca más lo agarrarían vivo. Poco después me enteré que había muerto en un tiroteo.
Actualmente una de las calles de Santa Rosa de Lima recuerda su nombre junto con el de Nilda.
Estoy seguro que si León Gieco hubiera sido en aquel tiempo lo que es hoy, “El Ángel de la Bicicleta” lo hubiera escrito para Luis.
Osvaldo Silva (ex cura del barrio), 31 años después. Santa Fe, 30 de mayo de 2007.
El 17 de agosto de 2000 fue convertido en ordenanza un proyecto presentado por el concejal Juan Carlos Bettanín, para que el pasaje Liniers de Santa Rosa de Lima pase a llamarse Luis y Nilda Silva.