Edi CRAVERO

Selección de Textos escritos en diciembre de 2004 en oportunidad del Homenaje de la Escuela de Servicio Social

"Edith, Edi, la Colo… un sol amanecido que iluminaba los días a quienes cerca de ella estaban...

Era mi prima, la hermana de mi madrina, la menor de cuatro hermanos, muy mimada y querida, siempre rodeada de amigos, siempre con algo por hacer .Un rayo de luz que no sabia de egoísmos y si de compromisos, solidaridad .Quien la conoció seguramente no olvide su sonrisa fresca , segura ¡que hermosa sonrisa tenía !y esa fuerza que nada la detenía.

Su vida no pasó en vano...Siempre recuerdo cuando compartíamos algunos sofocantes días de verano en Tostado, su querido Tostado. Esas charlas que anunciaban su entrega y me ayudaban a descubrir un mundo de necesidades y posibilidades

..."Algo habrán hecho ..."decían. Si, algo hizo, dio su vida por su gente, su pueblo, en esa convicción de que se puede cambiar por un mundo mejor."

/ Cristina Pot

Nació el 2 de mayo de 1951 en la ciudad de Tostado, en el profundo y cálido norte provincial. Hija de una familia de productores agropecuarios, descendientes de italianos. La menor de cuatro hermanos, mimada, protegida y contenida por todos, especialmente por sus dos hermanas mujeres, Hilda y Nelly.

Cursó la escuela primaria en la Nº 417 “Comandante Rozzetti”, luego ingresó a la Escuela Provincial Nº 9 “Domingo Faustino Sarmiento”, donde se recibe de maestra en 1969 y por sus calificaciones es la abanderada de la Escuela.

Fue siempre alegre, activa, tenía condiciones naturales de líder, todos la conocían como “la Colo”. En la Escuela participó del Centro de Estudiantes, en las Tribus, organizando las tradicionales fiestas del estudiante. En el año 68 fue elegida Reina del Club Caza y Pesca.

Con motivo del Cordobazo, todo su curso de 5to año no concurrió al acto oficial del 25 de Mayo, ella fue una de las impulsoras.

Responsable junto a otros compañeros de organizar el viaje de 5to, simultáneamente participaba del grupo juvenil que funcionaba en la Parroquia, “Ateneo Parroquial Martin Luther King”, donde comenzó a conocer las necesidades de su pueblo. Allí discutían, estudiaban y se comprometían a partir de temas como la violencia o la no violencia, los derechos de los niños, las injusticias… En función de las necesidades de los más pequeños, formó junto con sus compañeros del grupo juvenil una cooperativa de lustrines.

Durante los años del secundario supo armonizar su desempeño como muy buena alumna, excelente amiga y el desarrollo de su compromiso con la causa de los desposeídos.

En 1970 llega a Santa Fe con un gran cargamento de ilusiones, ansiedades, rebeldía y un creciente compromiso con los más desamparados, así comienza a estudiar Servicio Social y al mismo tiempo trabaja como maestra en la Escuela de Villa del Parque, con el Padre Catena.

Su compromiso con la causa del pueblo iba en aumento, su participación como militante barrial la lleva a asumir mayores grados de responsabilidad. Solíamos vernos en alguna movilización y por cierto en todo el “luche y vuelve” y después en la campaña de Cámpora.

Siempre volvía a su pueblo natal, donde seguía alimentando las relaciones con los que sostenían el grupo juvenil de la Parroquia, generando discusiones e interesantes debates, de igual modo con sus compañeros y amigos de la secundaria.

En 1974, con su flamante título de Asistente Social ingresa a la administración municipal, donde conjuga su actividad profesional, su trabajo y el accionar como militante del pueblo.

A partir de 1975, nos veíamos cada vez menos, la situación se iba endureciendo y comenzaron los allanamientos también en Tostado, ella me avisó que habían ido a mi casa…

Se produce la gran dispersión a fines de 1975 y nos volvemos a encontrar en Rosario. Casualidad, búsqueda inconsciente, relaciones de amistad de nuestras familias, hacían que nos viéramos con frecuencia.

A mediados de 1976, forma pareja con el Negro, de quien estaba profundamente enamorada, hacían planes de futuro a pesar de la dureza del entorno que nos rodeaba.

Su militancia seguía en aumento, su compromiso no flaqueaba nunca y nuestros encuentros servían para alimentar nuestras esperanzas.

En octubre de 1976 cae la casa, donde vivía con el Negro y también otro compañero. Ella estaba allí, no se entrega, no se rinde, fuerte y segura como siempre de sus convicciones. Los matan. Entregan sus restos a la familia. Algún tiempo después, ya en democracia, un grupo de compañeros de militancia de Tostado, colocamos una placa en su memoria que dice: “Vivió y murió por un ideal”.

Fue mi amiga durante 11 años. Hoy cuando nos encontramos, todos los que compartimos militancia, amistad o simplemente los años de estudio la recordamos y está presente con su optimismo y su profundo compromiso con la causa del pueblo.


LA “COLO”

Era de Tostado, la más chica de cinco hermanos, dos hermanas mucho más grandes que ella y dos hermanos que trabajaban en el campo. Llegó a Santa Fe a estudiar en la Escuela de Servicio Social y enseguida se puso a participar de la problemática de esa Escuela, de la problemática del Comedor Universitario.

Era chiquita, con el pelo ondulado y colorado y la cara llena de pecas y una sonrisa luminosa, estaba siempre de buen humor, era diligente y muy inquieta. Buenaza, todo lo que tenía lo compartía con quien estuviera cerca. Con ella fuimos a aprender a colocar inyecciones y atendíamos a algunas familias que se habían instalado en precarios ranchos en el límite sur de Villa del Parque, cuyos hijitos se enfermaban continuamente por dormir en el suelo húmedo tapados por apenas unos sacos viejos.

Vivía con Analía Arriola que también estudió en la Escuela de Servicio Social y trabajó en el Banco de la Provincia de Santa Fe (hoy Nuevo Banco de Santa Fe) en un departamento interno de la calle San Lorenzo, (con un largo pasillo) donde muchas veces me quedé a dormir porque volvíamos a la noche tarde del barrio.

Llegamos a ser muy amigas, y aprendí a quererla muchísimo porque la bondad le salía por todos los poros, tenía un sentido del humor envidiable, aún en las situaciones más comprometidas, salía con alguna ocurrencia que nos hacía reír.

Luego la militancia nos llevó a distintos frentes y ya no nos veíamos con tanta frecuencia.

La última vez que la ví fue el 1º de agosto de 1975, mi segunda hija había nacido dos días antes y fue a mi casa a conocerla y a despedirse, se iba de Santa Fe porque las cosas se habían puesto muy peligrosas para ella. Nunca más la ví, supe que murió junto al Mono Racagni el 20 de octubre de 1976 en Rosario.

El 20 de octubre de 1976 nosotros estábamos viviendo en Rosario y por casualidad mi marido se encuentra con el Mono en la calle, le dice de ir a tomar un café para charlar un poco sobre la caótica situación que estábamos viviendo, el Mono mira la hora, eran las 19,15 y le dice que no puede porque a las 20 tenía que estar en la casa que habitaba con la “Colo” (Edith Cravero) y el compañero de ella (que nunca supimos quién era); dicho compañero había salido para una cita de control a las 8 de la mañana y no se había presentado a las 13 en la casa, entonces el Mono y la Colo decidieron que si a las 20 tampoco se presentaba, ellos abandonaban la casa porque asumían que el compañero había caído.

El Mono estaba muy angustiado y le contó que habían decidido, con la Colo, no entregarse vivos.

A las 19,30 se despidieron, el Mono se dirigió a su casa y yo pienso que mi marido fue la última persona que lo vio con vida.

A los dos días nos enteramos por una compañera que la casa del Mono había caído esa noche del 20 de octubre.

. Stella Maris

…Sabía hacerse querer, era conocida por todos: alegre, fuerte, sensible, humilde, dulce…con la sonrisa y la mano pronta para dar. La amistad y el servicio fueron principios inclaudicables.

Encontrarse con ella era tener esas charlas interminables…e inolvidables, mientras se organizaba un viaje, se preparaba una clase, se elegía el color de moda o se analizaba la última película del cine club juvenil: ¡Era la Colo¡¡

….Junto a actividades propias de adolescente: peñas, bailecitos, encuentros, carrozas de la primavera…en las que se destacaba por su vivacidad, y el estudio que tomaba con responsabilidad….comenzó a ver y pensar que en la sociedad había mucho por cambiar, crecía su compromiso con los otros, por los que más necesitaban… Lea

…Tuve la gran oportunidad de compartir algunos de aquellos años con una gran compañera, la “Colo” Edi Cravero, con la cual nos iniciamos casi juntos en el descubrir las profundas desigualdades de nuestra sociedad en nuestro querido pueblo de Tostado, formando con otros compañeros un grupo de jóvenes idealistas que trabajaron buscando prestar ayuda a los más necesitados en el antiguo Ateneo Parroquial…..

….Fue un profundo dolor saber, estando preso, que esta heroica compañera había caído como había vivido: intensa y profundamente comprometida…..

/ Norberto M. Mendoza

Su memoria es recordada en una placa colectiva colocada en la Escuela de Trabajo Social y un mural en el Colegio de Asistentes Sociales de Santa Fe

En 2014 la Municipalidad de Tostado realizó en la plaza central de la ciudad el homenaje a tostadenses desaparecidxs, entre ellos y ellas a Edi

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