Analía Alicia ARRIOLA
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Editorial EL PERISCOPIO - Libre de reproducirse con mención de fuente
Esta historia está tomada del Homenaje que la Escuela de Servicio Social realizó en recuerdo de sus ex alumnos muertos por el terrorismo de Estado.
Había nacido el 18 de noviembre de 1947 en Villa Cañás e ingresó a la Escuela de Servicio Social en el año 1970. Analía es detenida y desaparecida en Córdoba el 9 de febrero de 1977.
Estos son testimonios de dos amigos: Su militancia se relaciona con su condición de trabajadora, integrando lo que entonces se llamó la «Juventud Trabajadora Peronista». Creo recordar como única mujer en el grupo de compañeros del gremio bancario. Ellos la quisieron, protegieron y valoraron, teniendo en cuenta que era un gremio de hombres... Con Fernando Belizán formó una familia y quienes compartimos ese aspecto de su vida, podemos decir que se quisieron, respetándose, dándose su lugar para ellos y para los otros. Su proyecto estaba con sus hijos a quienes se dedicaron con amor en el cuidado, la protección, compartiendo sus juegos y manteniéndolos en sus llantos. Recordamos con cuánta alegría esperaba la llegada de su mamá, cuando venía a visitarla desde Rafaela: «qué lindo el olor a comida de madre» decía y no confundía rico con lindo, para ella era lindo además de rico. Como dirigente de la Asociación Bancaria de aquellos tiempos me rodeé de una nutrida dirigencia juvenil que llevaba el impulso, los ideales y los principios que se respiraba en aquellos años históricos. Hubo muchos, cuyos nombres permanecerán en el anonimato, por su fugaz protagonismo o por lo secundario de sus papeles en lo referente al sindicalismo. Pero me acuerdo y la tengo muy presente a Analía Arriola, era mucho más joven que yo y por lo tanto no me aceptaba en casi nada los pocos consejos que pretendía darle, sobre todo para que bajara el pedal del acelerador de su vida. La recuerdo así, alegre, llena de vida, desbordada, puteadora como para poner colorado a un camionero. Solidaria y activa en donde y cuando hiciera falta. Fue una dirigente y amiga de cuya nobleza siento todavía su ausencia.
/ Jorge Rodrigo
A Analía la conocí en el otoño del 70, cuando ingresamos a la Escuela de Servicio Social. Venía de Rafaela y era muy joven. Era vital y alegre. Planteaba las cosas con energía e inteligencia convocante. Sus grandes ojos negros se ponían serios y duros cuando algo la contradecía o reían luminosos cuando la rozaba el amor, que ella tomaba a borbotones sin saciarse. La recuerdo en esas mágicas tardes de mateadas locuaz, discutidora, casi altanera cuando peleaba sus ideas. Era una trabajadora y militante comprometida con la causa del pueblo que ella creía justa, intransigente con sus convicciones, irreverente, desprejuiciada, idealista. Un día debió irse de esta ciudad (que caminamos y quisimos tanto) y al tiempo la noticia más triste: la habían matado. Yo la había visto poco antes en Rosario, charlamos largo y tendido, tomamos algo, conocí a Nicolás, su hijito, nos despedimos. Al poco tiempo nacía mi segunda hija: se llama Analía.
/ Stella Maris Druetta
Analía fue secuestrada junto a sus dos pequeños hijos el 9 de febrero de 1977, al mediodía, en la ciudad de Córdoba. Llevados al C.C.D. «La Perla». Los dos niños fueron devueltos a sus abuelos el 18 de febrero de 1977. Estuve en La Perla desde el 9/12/76 al 1/11/78, de manera que recuerdo perfectamente el secuestro de Analía, que al momento de su caída tenía por alias el nombre de «Virginia». Fue secuestrada el día 9/2/77 en una cita en Córdoba (creo que en Bº Gral Paz Juniors, pero no estoy totalmente seguro) en compañía de sus dos hijos y de un querido amigo y compañero mío, el cabezón Eduardo Tonioli. Este compañero fue trasladado un tiempo después a Rosario y fue a dar a la Quinta de Funes, corriendo la misma suerte de todos sus compañeros del lugar cuando levantaron ese CCD. Recuerdo haber visto a Analía en la cuadra de La Perla en esos días de febrero, pero sólo una o dos veces, ya que fue «trasladada» en la semana de carnaval de ese mes, es decir, entre 6 y 9 días después de su caída.
/ Héctor Kunzmann
Su memoria es recordada en una placa colectiva colocada en la Asociación Bancaria de Santa Fe
Su nombre integra el «Recorrido de la Memoria» en el Paseo Floduardo Grandoli, ubicado en peatonal San Martín entre Córdoba y Santa Fe (ciudad de Rosario) por los trabajadores bancarios desaparecidos o asesinados durante la última dictadura militar. Ordenanza N° 9.515 - Municipalidad de Rosario.
Los responsables de su secuestro y desaparición fueron juzgados y condenados en la causa Menéndez III- La Perla