Enrique José CORTASSA
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Editorial EL PERISCOPIO - Libre de reproducirse con mención de fuente
Enrique, “Enry”, “Coqui”, nació en el año 1944 en Rafaela, provincia de Santa Fe
Cortassa era oficial segundo de la organización político-militar Montoneros. Un tipo joven, inteligente, un verdadero cuadro político, fundador de la Juventud Peronista de Rosario donde militó hasta pasar a la clandestinidad. Sus amigos, los que lo conocieron en los tiempos en que trabajaba políticamente en el Barrio El Rincón, dicen que era un típico rosarino, de tez trigueña, de esos que se comían todas las eses cuando hablaba y que siempre andaba con una camisa de trabajó “Ombú” puesta.
Su pareja, Blanca Zapata era militante de Juventud Peronista en la Unidad Básica “El Bochín” en el Barrio Rincón de la ciudad de Rosario. Enrique y Blanca se conocieron militando en la zona sur de Rosario, donde recorrían el barrio hablando con la gente con sus mismos códigos. Quienes conocían a Coqui marcan su condición de líder que lograba escuchar y ser escuchado. Con su hija Paula recién nacida en diciembre de 1975, la pareja se acostumbró a vivir como fugitivos, los bosques de Entre Ríos que Blanca conocía como la palma de su mano y las alcantarillas de la ciudad eran sus lugares predilectos para escabullirse.
Pasaron, como muchos militantes rosarinos, a afincarse y militar clandestinamente en Montoneros en la ciudad de Santa Fe.
La tarde del 11 de febrero de 1977, fuerzas de operación conjunta dirigidas por el Area de defensa 212 irrumpen en forma armada en la vivienda ubicada en calle Castelli Nº 4351 de esta ciudad habitada por Blanca Zapata -quien se encontraba en avanzado estado de gravidez, Enrique Cortassa y la hija de ambos -Paula Cortassa-, acompañados por Cristina Ruiz de Ziccardi y sus dos hijos. Resultando de esta irrupción la muerte de Cristina, el secuestro de Enrique Cortassa y quedando Blanca gravemente herida, quien perdió su bebé luego de agonizar diez días en coma profundo, producto de un tiro en la frente, que fue disparado por quienes querían secuestrarla.
Blanca Zapata y el bebé fallecieron el día 23 de febrero de 1977, sus restos fueron exhumados e identificados por el EAAF en noviembre de 1998. Mientras que Enrique Cortassa permanece desaparecido hasta el día de hoy.
En la acción la niña fue dejada en la vivienda contigua y luego retirada por los militares, la secuestraron como presión psicológica para su padre mientras era torturado, y luego la entregaron a la Justicia de Menores, lo que tornó incierta su identidad por más de 20 años. Fue dada en adopción a un matrimonio quien la bautizó “Carolina” y no le ocultó lo poco que sabían de su historia y que la ayudó a buscar su identidad. Creció como María Carolina Guallane y después recuperó su verdadero nombre: Paula Cortassa.
Por esta razón fue condenado el entonces Juez de Menores, Luis María Vera Candioti.
Su memoria es recordada en una Baldosa de la Memoria colocada en calle Castelli
Los responsables de su secuestro y desaparición fueron juzgados y condenados en la Causa Acumulada - Vera Candioti