Raúl ROSSINI “Pedro”

Raúl nació en San Juan el 4 de febrero de 1948. Hijo de un conocido sastre. Fue estudiante de la Universidad Católica Argentina, pero un conflicto estudiantil en 1969 lo alejó de la misma al ser expulsado por las autoridades universitarias, no obstante obtuvo el título de Médico.

Fue trabajador de la Dirección General Impositiva (DGI). Inició su actividad laboral el 1° de marzo de 1970 como Verificador de 5ta., en la Delegación Regional Mendoza y bajo legajo personal n° 19.672. El 10 de noviembre de 1971 presentó su renuncia como consecuencia de la persecución a la que estaba siendo sometido.

Cuadro montonero y jefe de gran valía en las regionales Noroeste y Cuyo. Era un fervoroso seguidor a rajatabla de las decisiones de la Conducción Nacional y visto como un epítome del cuadro duro. Sin embargo, como interventor de la Columna Norte se pliega a algunos pedidos de sus compañeros al considerarlos justos. Su nombre de guerra era “Pedro”, pero sus compañeros más osados le decían “Naríz con Pelo”.

Con posterioridad al pase de Montoneros a la clandestinidad, se produce el recambio de la conducción de Santa Fe a fines de diciembre de 1974. Así llegan “Pedro” junto con Luis Fernando Martínez Novillo y Tulio Valenzuela. Era oficial mayor de la organización y compartió la conducción de las columnas de Santa Fe y Paraná con Martínez hasta que este debe ir hacia la columna norte de Buenos Aires (cordón industrial) a principios de 1975. Allí se había producido un replanteo interno muy importante, poniendo énfasis en la construcción política por sobre la lucha armada. Pasando un tiempo por Rosario, en marzo fue enviado para encausar la situación, haciéndose cargo de esa estructura. Luego de ese período, fue destinado a la estructura de Inteligencia de la organización.

Raúl Rossini fue un importante cuadro dentro de la organización Montoneros. Fue jefe máximo de la Columna Norte de la Provincia de Buenos Aires hasta que se distanció de la conducción por algunas diferencias: “Pensó que la violencia estaba siendo extrema y que había muy pocas chances de lograr los objetivos que se habían propuesto. Era mucha la agresión con la que estaban siendo golpeados por las Fuerzas Armadas, sumadas a los organismos de Inteligencia y los centros de ayuda que tuvieron de los países dominantes. Le propuso a la Conducción General de la organización desarmar lo hecho porque las posibilidades de ganar eran muy bajas. Lo destituyeron y lo enviaron a sectores donde los militares iban con mayor énfasis”, contó su hijo atestiguando en juicio.

Estaba casado con la “Negra” Lidia Alicia Zunino, quien también estudiaba en la Universidad Católica de San Juan, de donde fue expulsada por sus ideales políticos.

Lidia fue secuestrada el 11 de diciembre de 1976, en la casa de la calle Thomas Edison, en Martínez, donde vivía la familia. En ese momento, su hijo se encontraba en el jardín de infantes y Raúl no estaba en la casa. Cuando regresó al barrio, llegó a ver que se estaba llevando a cabo un operativo y se imaginó lo peor para su compañera. Huyó junto a Juan Martín y lo refugió en la casa familiar de un compañero de militancia. Cuando éste también fue secuestrado, el 12 de enero de 1977, Rossini decidió irse de la casa. Hacía visitas esporádicas para corroborar que su hijo se encontrara bien, pero ya no vivía allí con la familia de su amigo, casa que fue ocupada por personal del Ejército. Los represores planearon la captura de Raúl, utilizando como carnada a su hijo, Juan Martín. La emboscada se concretó el 28 de enero de 1977. Raúl había ido a ver a su hijo porque le habían comunicado que estaba enfermo. Apenas llegó a la casa los militares lo secuestraron.

Raúl fue atrapado con vida a los 28 años en Vicente López y visto en los CCD ESMA y “El Campito” de Campo de Mayo, antes de su asesinato.

Juan Carlos Scarpati, quien logró escaparse de ese centro clandestino, contó a su hijo Juan Martín que su papá lo había ayudado “espiritualmente” y también a sanar unas heridas de bala con las que había ingresado. “Me contó que había sobrevivido en Campo de Mayo gracias a la ayuda de mi padre”, relató.

Raúl y Lidia son dos de las 65 personas nacidas en San Juan y asesinadas por la última dictadura militar y como tal, un árbol con su nombre puebla el “Bosque de La Memoria” levantado en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de San Juan.

Su legajo de trabajador de la DGI fue reparado en el marco del Decreto n° 1199/2012 del Poder Ejecutivo Nacional, siendo entregado a sus familiares el 26 de marzo de 2021, en un acto realizado en la sede central de AFIP con la presencia de funcionarios y organizaciones de derechos humanos.

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