Edgar Tulio VALENZUELA "Tucho"
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Editorial EL PERISCOPIO - Libre de reproducirse con mención de fuente
Nació en 1945 en San Juan, vivió en su ciudad natal hasta 1963, cuando emigró a Buenos Aires para estudiar en la UBA. Su padre, Héctor Rómulo Valenzuela fue uno de los fundadores del bloquismo sanjuanino, diputado provincial y primer secretario de la embajada argentina en Moscú. “Tulishka” (como cariñosamente lo apodaba su grupo familiar). Tulio se va a estudiar abogacía y conoce en 1970 a su primer compañera, Alcira Fidalgo, una mujer extraordinaria, poeta y militante.
Comienza su militancia en Acción Revolucionaria Peronista (ARP), luego de conocer a Alicia Eguren, la viuda de John William Cooke. y años más tarde se sumó a Montoneros. Por su militancia, primero fue trasladado a Jujuy, adonde contrajo un fugaz matrimonio con Alcira y tiempo después fue nuevamente trasladado a la Regional Rosario.
En 1972 fue detenido y, como otros presos políticos, fue llevado al Penal de máxima seguridad en Rawson. Luego de la célebre fuga de los dirigentes guerrilleros del ERP, FAR y Montoneros, el 15 de agosto, fue el segundo al mando de los montoneros presos. Fue liberado el 25 de mayo de 1973, tras la amnistía general a los presos políticos que decretó el gobierno de Héctor Cámpora.
De vuelta a la militancia en Rosario, contribuyó al desarrollo de aquella Columna durante 1973. Para 1974 se convirtió en el jefe político y militar de la Columna Rosario de Montoneros, alcanzando el grado de Oficial Mayor en la organización, que era el segundo rango en orden de importancia, luego de los oficiales Superiores (Conducción Nacional).
Con posterioridad al pase de Montoneros a la clandestinidad, se produce el recambio de la conducción de Santa Fe a fines de diciembre de 1974. Así llegan “Tucho” junto con Luis Fernando Martínez Novillo y Raúl Rossini. Era oficial 1º de la organización y se hace cargo de las agrupaciones de territorio, con presencia y liderazgo.
Era un compañero con mucha capacidad de análisis político y se recuerda su aporte a la elaboración de las "Tesis" de Montoneros, documento político-ideológico. Llegó con una premisa muy clara para Santa Fe: crecer desde el frente gremial, participaba en las reuniones con las agrupaciones y estaba compenetrado con el desarrollo de la organización, con pleno convencimiento y entrega.
En diciembre de 1975 continúa su militancia clandestina en Rosario. Tras el golpe militar de 1976, y producto de la demoledora represión que sufrió la Columna Rosario, Valenzuela parte al exilio con su compañera, Raquel Negro, y Sebastian (Quinqui), hijo de ella con Marcelino Alvarez. Exiliado recorrerá un extenso trayecto que lo llevó por Costa Rica, Nicaragua, Uganda, Suiza, España, Brasil y Paraguay. Por este último país, finalmente, vuelve a ingresar a Argentina en diciembre de 1977.
De regreso al país fue atrapado el 2 de enero de 1978, en Mar del Plata. También aquel día es secuestrada su compañera con su hijo Sebastián. Los tres, de inmediato, son trasladados a la quinta en Funes, cerca de Rosario, adonde el Ejército tenía concentrada a la cúpula de la Regional en un centro clandestino de detención. Al llegar a la quinta, Valenzuela percibe rápidamente la particular situación del lugar y simula encontrarse "quebrado" y dispuesto a colaborar con los militares para golpear al núcleo dirigente de Montoneros. En consecuencia, convence al general Galtieri de que está dispuesto a atentar contra Firmenich, quien se encuentra en México.
Se pone en marcha la “Operación México”, que consistía en infiltrar a Valenzuela en la reunión que realizaría Montoneros en tierra mexicana y atentar contra el líder máximo de la organización. Como garantía de que Valenzuela no se fugara, el Ejército retiene como rehenes a su mujer embarazada y al hijo de Raquel. "Yo sé que si vos vas y no vendés a tus compañeros, a mí me van a matar. Pero si vos vas y vendés a tus compañeros, no vengas más", le habría dicho Raquel Negro a Valenzuela, aún sabiendo que representaría para ambos una sentencia de muerte, según declaró el periodista Bonasso.
El propio Tucho lo dejó escrito en una carta al pequeño hijo “Quinqui”, hijo de Raquel y Marcelino:
“De allí fuimos trasladados a Rosario, donde en una quinta de la localidad de Funes, un grupo de traidores de nuestro Movimiento, quebrados por la tortura y su individualismo, trabajaba para el enemigo. Trataron de comprarnos para sus fines, dirigidos por el general Galtieri. El objetivo era que yo, jefe del partido en Rosario, facilitara la infiltración en el mismo y el asesinato de Firmenich y otros dirigentes. Nos ofrecieron a cambio nuestra vida y nuestra libertad. Si no aceptábamos nos matarían a tu madre y a mí (…) Tu madre y yo discutimos la situación y resolvimos simular que colaborábamos con el plan, para que yo pudiera viajar a México y avisar a nuestros dirigentes de lo que se tramaba. Quedarían como rehén tu madre, amenazada de muerte, y hasta tu propia vida correría riesgos, pese a que logramos enviarte con tus abuelos. Nuestras convicciones patrióticas no nos harían dudar, pero el cariño que nos teníamos nos haría sufrir mucho. No nos veríamos más porque las bestias enemigas difícilmente iban a dejar con vida a Raquel. Ella decidió su propio sacrificio y aceptó todas sus posibles consecuencias. Engañamos a enemigos y traidores y yo encontré la oportunidad de fugarme en México y denunciarlos allí y en Europa generando un escándalo internacional. Los asesinos que viajaron conmigo fueron capturados por un gobierno amigo y desenmascarados…”.
El 16 de enero de 1978 llegan a México, y al día siguiente Valenzuela toma contacto con la organización y los pone en conocimiento de los planes militares. Por orden de la Conducción Nacional, el 18 de enero, Tulio denuncia públicamente la Operación México, en conferencia de prensa, además de denunciar lo que ocurre en la quinta de Funes (nombre que tuvo a partir de entonces ese centro clandestino de detención) y les dio un número de teléfono. Desde el diario Uno más Uno se comunicaron, lo cual llevó al levantamiento del centro clandestino y el traslado de los detenidos a otros centros clandestinos. Esa misma noche las autoridades mexicanas expulsan a los miembros del comando militar.
Raquel Negro fue llevada a parir al Hospital Militar de Paraná, en Entre Ríos, donde dio a luz a sus hijos mellizos en los primeros días de marzo de 1978. La niña fue adoptada luego de ser dejada en la puerta del Hogar del Huérfano con un mes de vida y logró recuperar su identidad en 2008. El niño aún es buscado por su familia biológica.
Raquel continúa desaparecida, pero ha quedado su voz en un casette grabado que Sabrina recuperó:
“Quiero que sepan que aún dentro de esta situación soy feliz, y quiero decírselos a ustedes para que dentro de la desesperación que puedan vivir a veces cuando yo no llamo o en otras oportunidades, sepan que pude recuperarme, que bueno, si bien uno nunca es igual que antes porque las cosas no se olvidan, porque uno tiene memoria y porque todo deja una huella… Aún, a pesar de eso, yo he vuelto y he podido. He tenido la suerte de poder ser feliz de nuevo, de poder volver a mirar, no sé yo, desde un río, un árbol, hasta la luna, volver a mirarla con alguna esperanza, o mirarla con ganas de vivir”.
Cinco meses después, Tulio Valenzuela volvió voluntariamente a Argentina en el marco de la Primera Contraofensiva y, al verse cercado por integrantes de un grupo de tareas de la ESMA, se suicidó ingiriendo una pastilla de cianuro.
HIJO E HIJA RECUPERADXS
En diciembre de 2008, la organización Abuelas de Plaza de Mayo informó a los medios de comunicación argentinos sobre la recuperación de la identidad de la hija Sabrina Gullino Valenzuela Negro nacida en cautiverio en el Hospital Militar de Paraná, junto a un hermano mellizo que aún continúan buscando. Sabrina, es la nieta número 96 recuperada por Abuelas.
Algo más sobre “Tucho” Valenzuela: en diciembre de 2009, las Abuelas de Plaza de Mayo anunciaron la recuperación del nieto número cien, de nombre Matías; hijo de “Tucho” Valenzuela y Norma Espinosa. La historia fue así: él la conoció a ella a mediados de 1974, luego de la primera salida de la cárcel, mientras militaba en la Columna Oeste de Montoneros por la zona de San Justo. A fines de 1974 empezaron una relación de pareja; la organización trasladó a Valenzuela a Santa Fe y Norma lo acompañó. En julio de 1975 ella quedó embarazada, pero enseguida se separaron. Norma volvió a Buenos Aires, se desconectó de la militancia y se fue a vivir a la casa de sus padres, a la espera del nacimiento de su hijo. Matías nació el 6 de marzo de 1976 en Lomas de Zamora. A los 6 meses su madre organizó un encuentro con el padre porque quería que éste conociera al bebé, pero “Tucho” no pudo darle el apellido a su hijo en ese momento, como sucedió con muchos otros militantes políticos, por la situación de clandestinidad en que se encontraba.
El film "TRES COSAS BÁSICAS" de Francisco Matiozzi Molinas relata con exactitud lo referido a la "Operación México"
Los responsables de su secuestro y desaparición fueron juzgados y condenados en la causa Guerrieri III