Carlos Mario FRIGERIO
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Editorial EL PERISCOPIO - Libre de reproducirse con mención de fuente
Carlos era oriundo de Santa Rosa, La Pampa, donde nació el 16 de octubre de 1945. Era el menor de cuatro hermanos criados en el ámbito de una familia tradicional y de muy buen pasar económico. Trabajaba en el Centro Único de Procesamiento Estadístico de Datos. Estudió física en la Universidad. Comenzó su militancia en las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias) y con la fusión de organizaciones pasó a militar en Montoneros. Se lo conocía con el sobrenombre de “Guido”, aunque para sus amigos cercanos siempre fue “Carozo”.
Su compañera de militancia, Mirta Clara, recuerda que en 1973, en un nuevo aniversario del triunfo electoral del primer peronismo, 24 de febrero del ’46, los “faroles” como se les decía a los miembros de FAR, decidieron conmemorar la fecha a su manera. “Carozo” Frigerio, “Candela” Mujica, Mirta Clara y otros compañeros entregaron delantales previamente “expropiados”, a los niños de una villa de emergencia; “todavía recuerdo la alegría de las mamás agitándose, segundo a segundo, cuando vieron la ropa blanca, inmaculada, impecable y además unos juguetitos para los hijos.”
Carlos y María Josefina Mujica llegaron a Santa Fe en 1976 en forma clandestina para reorganizar las células de Montoneros que estaban siendo cercadas y aniquiladas en la ciudad.
En 1977 el horror se había instalado en la vida de los argentinos, el asesinato y secuestro eran cotidianos. Aunque los comunicados oficiales los pretendían disfrazar de “enfrentamientos”. Uno de ellos se produjo el 19 de enero de 1977, a las 15,30 hs. En el céntrico Barrio Candioti, donde fuerzas conjuntas dependientes del II Cuerpo lo asesinaron junto a sus compañeros: Osvaldo Pascual Ziccardi (Cholo) Jefe de Montoneros en la zona, Ileana Beatriz Gómez, su compañero Jorge Luis Piotti, Secretario Político de Montoneros en Santa Fe. Carlos Frigerio había perdido 15 días antes a su mujer, María Josefina Mujica, afortunadamente antes de morir pudo saber que su hijo, Guido Roberto, había sido rescatado por sus abuelos maternos.
Su memoria es recordada por las Baldosas colocadas en Ituzaingó y Las Heras y desde 2006 en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (UBA), en que tomó rango institucional, con un acto un homenaje a los desaparecidos y las desaparecidas de la Facultad.
Los responsables de su asesinato fueron juzgados y condenados en la causa Ituzaingó y Las Heras