Clara Ruth ARGENTO «Clarita»

Clara Ruth Argento Fontaine era hija de Abel Argento Arguelles y Clara Fontaine, tenía tres hermanos: Abel Eduardo, también desaparecido, Gastón, fallecido hace un tiempo y Marcela. Clarita había nacido en Santa Fe el 6 de julio de 1947.

Cursó la escuela primaria y secundaria en el Colegio Nuestra Señora del Calvario, donde se recibió con el título de Maestra Normal Nacional. Fue profesora de Inglés en 1967 en el Liceo Municipal Antonio Fuentes de Arco de Santa Fe y en 1976 Directora y Maestra de la Escuela de 4ta. categoría N° 429, J. B. Cabral de Colonia Clorinda (entre Cayastacito y Campo Andino, provincia de Santa Fe). Fue maestra de música de la Escuela Provincial de Villa Diego (Rosario) N°1148, calle José Piazza 312. Integró la cooperadora de la Escuela donde actuaba como secretaria. Muy bien conceptuada por la directora, fue ésta quien informó a la familia, que un día de septiembre de 1977 dejó de asistir sin aviso y desde entonces continúa desaparecida.

Ya desde la infancia fue una persona que conjugó la libertad artística con la actitud de independencia como característica en su vida. En su marco familiar y social no se preveía la acción política para una mujer, todo lo contrario, fue educada para tomar el té y tocar el piano. Pero en el contexto del Colegio del Calvario con la presencia del padre Catena y el ambiente artístico al que se integró al finalizar el secundario, su opción política fue la de una joven sensible de su época, reaccionó ante la realidad con conciencia social y dispuesta a arriesgarse por los demás. Políticamente proviene de los grupos originarios santafesinos montoneros. Participó con el Movimiento Estudiantil de la Universidad Católica (MEUC), en la huelga de hambre de estudiantes y egresados contra la política llevada adelante por la dictadura de Lanusse.

También militó en los barrios. Dejó su buen pasar y su seguridad económica para seguir la suerte del agredido, del humillado, del explotado. Una característica de Clarita fue la capacidad de comprometerse y mantener la frescura de la creatividad. Por eso hizo teatro, estudió música, pero también fue «al barrio», es decir compartió la realidad de los sectores humildes con naturalidad, ya que podía adaptarse a diferentes ambientes y sectores sociales, tenía una gran capacidad de percepción, en realidad postergó su vocación artística por la opción revolucionaria, aunque la música era para ella como el aire, una necesidad.

La música parecía transfigurarla, nos hizo conocer los Beatles aun siendo la más chica de su grupo de amigas adolescentes, era innovadora, se conectaba de una manera positiva y aun cuando tenía problemas físicos, con operaciones traumáticas y dolorosas, los sobrellevaba disimulándolos, encontrando los aspectos positivos en todas las situaciones. Como muchos jóvenes de entonces, vivió vertiginosamente.

La felicidad de su embarazo la transmitió en cartas clandestinas que nos mandaba a sus compañeros presos, también nos mandaba libros, tanto de historia argentina como de astrología, sin prejuicios como era ella, casi desprolija en su actitud vital exuberante, como a la vanguardia en las decisiones de la vida. Por eso mismo no se separó nunca de su hijo Pablo, en quien depositó todo el afecto materno en esos pocos años de convivencia. Cuando tuvo que dejar Santa Fe sin su hijo debió haber sido el momento más duro de su vida. Lo acompañó a su hermano a quien protegía, a pesar de ser menor y de tener menos responsabilidad política en la organización.

Secuestrada y desaparecida el mismo día que su hermano (1-9-77) y en el mismo lugar (José Piazza 650. Villa Diego. Rosario).

Su memoria es recordada en una placa colectiva colocada en la Universidad Católica de Santa Fe

Los responsables de su secuestro y desaparición comenzaron a ser juzgados en la causa Guerrieri IV

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