Elsa Guadalupe SEDRÁN
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Editorial EL PERISCOPIO - Libre de reproducirse con mención de fuente
“Elsa Guadalupe Sedrán nace en Santa Fe el 29 de septiembre de 1947, en una familia de inmigrantes italianos, residentes en el Barrio Fomento 9 de julio. Sus estudios primarios los realiza en la escuela Mitre y los secundarios en la Escuela Normal San Martín, donde se recibe de Maestra Normal Nacional. En 1971, se recibió de profesora de Ciencias de la Educación en la Universidad Católica de Santa Fe. Ya obtenido su título, trabaja como docente en la Escuela del Profesorado de la Universidad Nacional del Litoral y en la Universidad Nacional de Entre Ríos, Paraná. Además obtuvo el título de Profesora de Teatro y Declamación en el Liceo Municipal de Santa Fe; en esa actividad participa junto a todo el elenco de esa institución, en el homenaje en vida que se le brindara a Don José Pedroni. Con esta especialización dio clases en el Colegio San José Adoratrices y en la Escuela de Artes Prof. Juan Mantovani.
Era una persona muy inquieta a la que le gustaba capacitarse y además conocer la realidad social por sí misma. Por eso, además de militar en el Ateneo lo hacía también en Alto Verde. Siempre tenía en cuenta a todos, para cada uno tenía su tiempo. Era muy generosa, trabajadora, perfeccionista. Tenía una formación de base cristiana.
En los 70 conoce a su compañero Carlos Arturo Carullo, estudiante de Ingeniería Química. Su militancia en común comienza en Santa Fe, luego lo siguen haciendo en la provincia de San Juan, donde son detenidos entre enero y febrero de 1973, ella es liberada del Buen Pastor de Córdoba, pocos meses antes de la amnistía del 25 de mayo de 1973. En mayo de 1973 se casan legalmente y por Iglesia, viven en la ciudad de Mendoza donde continúan su militancia política y social; allí nace su hija Ana Elena el 1° de marzo de 1974. En enero de 1975 es detenido su compañero; ella continúa viviendo junto a su hija en Mendoza. Era abril de 1976 cuando una parte de su familia puede verla personalmente, sería la última vez.
Ella sigue viviendo en Mendoza hasta que su compañero es trasladado a las cárceles de Buenos Aires, entonces se instala en esa ciudad con la finalidad de que su hija pudiera asistir a las visitas carcelarias y así mantener el contacto con su padre.
Luego se traslada al gran Buenos Aires, allí trabaja en diversos oficios para poder subsistir, sabemos que entre otros, fue costurera. Vivía con otras compañeras, siempre cuidando de su hija y procurando que ella mantenga el conocimiento y la presencia de los afectos familiares, aunque estos estuvieran lejos, quería que su formación incluyera al resto de la familia.
Cada tanto llamaba a la casa de sus padres, porque toda su familia se encontraba con problemas: su hermana y sobrinos de 17, 16 y 14 años estaban presos, su hermano dirigente vecinal, vivía clandestino y perseguido y su madre con un cáncer de hígado, muere de la tristeza en el año 1977.
Cuentan quienes en aquel entonces eran los niños de la casa, que los llamaba por teléfono y les preguntaba por todos y les infundía ánimo. La familia no supo nada de ella desde agosto de 1977, sólo conocimos mucho después, que se había acercado a la familia de su compañero para entregarle a Ana, su hija de 3 años, y les había dicho que no sabía si podría volver, por lo que les pedía que la hicieran crecer en un lugar donde hubiera muchos niños.
Años después nos enteramos que la mataron en un puente peatonal cerca de su casa (un 28 de octubre de 1977 en Lomas de Zamora, partido de Temperley, calle La Plata 281, provincia de Buenos Aires), a los 30 años de edad, militante de Juventud Peronista y Montoneros. Le dieron un tiro por la espalda. La enterraron en el cementerio de la misma localidad en la Sección Niños, su cuerpo se encuentra envuelto en una bolsa de nylon junto a un N.N. Varón. El informe Genético y Antropológico Forense que desde 2015 viene realizando el Equipo de Antropología Forense, dice que “ habría recibido el impacto de al menos un proyectil de arma de fuego que afectó el cráneo, a su vez presenta lesión en el miembro inferior derecho provocadas por el mismo motivo, cuya trayectoria habría sido de atrás hacia adelante”. Testimonios dados por vecinos del lugar, en años cercanos a la vuelta de la democracia, decían que la mataron de atrás; cuando iba caminando hacia el puente peatonal. Su cuerpo quedó tirado largas horas.
Su hermana María Rosa, presa, torturada y cuadripléjica por ello, hoy muerta por un cáncer, decía: “Una ronda de angelitos la escolta, era lo que ella se merecía”.
Hoy Ana su hija; Chiri su compañero; Lautaro, Malena, sus nietos; Pablo, su hermano y toda su familia la aman y recuerdan como siempre. A esta gringa compañera, madre, amiga, profesional, aguerrida que pese a su corta vida, dejó una gran estela. Los suyos seguimos tomando el compromiso diario de mantenerla viva desde muchas dimensiones: su declamación, su canto a la vida, sus enseñanzas, sus libros, sus escritos, sus cartas, sus ejemplos, sus ganas de vivir... Con esos bellos ojos claros cuál uvas verdes peladas.
¡GRINGA TE AMAMOS!”
Testimonio de Marisa Almirón.
Sus restos fueron identificados por ficha dactiloscópica en el cementerio municipal de Lomas de Zamora donde se los había ingresado como NN intentando ocultarlos y luego Inhumados en el cementerio de Santa Fe
Su memoria es recordada en placas colectivas colocadas en Escuela Normal, la Universidad Católica de Sta Fe, AMSAFE y SADOP
La Asociación de Psiquiatras Argentinos rindió homenaje a los trabajadores del campo de la salud mental detenidos-desaparecidos en 2006