La Universidad Católica de Santa Fe

«La Católica» fue fundada al finalizar los '50 a raíz de la aplicación de la ley «enseñanza libre». Desde mediados de los '60, la politización fue cada vez más intensa, a la par que la búsqueda de los caminos que hicieran posible una sociedad verdaderamente cristiana, una sociedad de hermanos. Ese era el objetivo perseguido en jornadas de lectura y debate, intercambio de ideas, pensamiento crítico, análisis social, político, económico. Desde la formación del MEUC (Movimiento de Estudiantes de la Universidad Católica), fue evidente que la lucha por una Universidad abierta e integrada era también la lucha por una sociedad igualitaria, una sociedad donde el derecho a la familia, al trabajo digno y justamente remunerado, donde el acceso a la vivienda, salud y educación fuesen para todos. Pero no se trataba solamente de hablar de la necesidad del cambio, sino que ese cambio, que aparecía como necesario, posible e incluso inevitable, debía concretarse. Entonces, era necesario encontrar los caminos para alcanzarlo.

Es en esa búsqueda, en la que muchos alumnos de «la Católica» se van a integrar junto con otros jóvenes, de otras universidades y colegios, con obreros y empleados, en las diferentes organizaciones políticas y sociales en las que comenzaron a luchar, de distintas maneras, por ese país diferente al que todos aspiraban.

Esa integración es palpable cuando en 1968, Ongaro, Secretario General de la flamante CGT de los Argentinos, visita a los estudiantes en huelga de hambre. Cuando dos años después, esa situación se repite, los alumnos de la Facultad de Historia, en pleno conflicto con las autoridades universitarias, cumplen la huelga, en el local del Sindicato de la Sanidad. También en el apoyo a la Marcha del Hambre de los pobladores de la cuña boscosa.

Los muchachos y las chicas trabajaron en los barrios marginales, apoyaron las huelgas obreras, entre otras la de los municipales, colaboraron en los trabajos de mejoramiento barrial, ayudaron a los desplazados por la inundación y muy poco tiempo después, también se integraron en las organizaciones armadas y empezaron a poblar las cárceles de la dictadura como miembros de las organizaciones peronistas, del ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) o del OCPO (Organización Comunista Poder Obrero), y como afirma Lucas Lanusse en su libro «Montoneros, el mito de los 12 fundadores»; uno de los grupos iniciales de esa organización surge de la Católica de Santa Fe.

Con la llegada al Gobierno de Cámpora en el año '73 la primavera política se vive en la Universidad Católica de una forma diferente. La asamblea universitaria (docentes y alumnos) propone un programa de Regionalización como forma de integrar la universidad con las reales necesidades de cada región. Así, cuando se da la gran crecida del Salado que afecta los barrios del oeste de la ciudad, en la universidad se alberga gran cantidad de evacuados y los estudiantes colaboran con las tareas de proveer la alimentación y ropa para los mismos, también proporcionarles educación durante el tiempo en que los niños no podían concurrir a las escuelas.

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