Coronda , la cárcel
Última actualización
Última actualización
Editorial EL PERISCOPIO - Libre de reproducirse con mención de fuente
Entre 1974 y mayo de 1979 pasaron por la cárcel de Coronda 1.153 presos políticos. Aunque el trato que recibieron fue variando de acuerdo a diferentes circunstancias, siempre estuvo orientado hacia la destrucción física y psíquica de los prisioneros. Fueron la solidaridad, la creatividad y la resistencia diaria, la continuidad de la lucha, lo que les dio la posibilidad de seguir viviendo. A pesar de ello, a pesar de las protestas, del apoyo, de la lucha de los compañeros, Juan Carlos Voisard, Luis Alberto Hormaeche, Raúl Manuel San Martín y Daniel Gorosito, no lograron sobrevivir.
Las cárceles argentinas fueron parte del circuito represivo que instaló el terrorismo de Estado y ejecutó un plan de exterminio a presos políticos, por lo que la cárcel de Coronda fue un campo de concentración y exterminio "sufrieron en sus cuerpos las privaciones, prohibiciones, hostigamientos, vejaciones y tormentos más extremos" que llevó a la muerte de varios compañeros.
Requisas vejatorias, sanciones arbitrarias, el aislamiento en celdas de castigo en situaciones infrahumanas, traslados internos, música a todo volumen, golpizas, falta de atención médica, violencias a las familias durante las visitas, especialmente a las mujeres. Estas condiciones de vida tenían un propósito claro: quebrantar la voluntad y aniquilar, propósito que expresaba de manera explícita Kushidonchi “ De aquí se van locos o muertos” y agregaba que no esperaba quebrar a todos pero se conformaba con la mitad.
En un estudio realizado por la psicóloga María Celia Robaina se sostiene que la prisión misma se transformó en un instrumento de tortura cuyo propósito era destruir al opositor.
“Coronda durante la dictadura argentina (1976-1983) implementó un régimen cotidiano que respondía a la política aplicada en todas las cárceles y centros de detención con el objetivo del aniquilamiento de todo aquel que piensa distinto. Esa política se resume en aquella frase del director del penal, el comandante de Gendarmería Adolfo Kushidonchi (condenado luego a 22 años de cárcel): “Ustedes no van a salir más de aquí. Y si llegaran un día a salir, saldrán muertos o locos”. No fue apenas una amenaza aislada sino una política sistemática de destrucción aplicada día tras día, sin tregua, que incluso terminó con la vida de algunos detenidos. “ Victorio Paulón
JUSTICIA 40 AÑOS DESPUÉS
CONDENARON A LOS COMANDANTES DE GENDARMERÍA QUE DIRIGÍAN LA CÁRCEL
El 11 de mayo de 2018, el Tribunal Oral Federal de Santa Fe condenó a los comandantes de Gendarmería y Directores de la Cárcel de Coronda durante la última dictadura cívico-militar, Adolfo Kushidonchi y Juan Ángel Domínguez, en la causa por los delitos de Lesa Humanidad cometidos en la cárcel que concentró a 1100 presos políticos de la región.
22 años de condena a Kushidonchi y 17 a Domínguez por los delitos de tormentos agravados por persecución política comprobada hacia 38 ex presos políticos y por la muerte de Luis Alberto Hormaeche y Raúl San Martín, han quebrado la impunidad de cuatro décadas. Octavio Zirone, el comandante de Gendarmería tercer director del penal falleció antes del juicio oral.
Desde la vereda del Tribunal Oral Federal una gran concurrencia completó el ciclo iniciado el 14 de diciembre del 2017 cuando comenzaron las audiencias. Desde aquel día ochenta compañeros ex presos políticos y sus familiares aportaron su testimonio, demostrando la maquinaria ejecutada para destruir física, mental, moral e ideológicamente a los presos políticos.
Los ex presos políticos, organizados en la asociación civil El Periscopio, fueron querellantes a través de sus abogadxs Lucila Puyol y Guillermo Munné, quienes solicitaron al Tribunal que ordene investigar a treinta denunciados durante el juicio, entre ellos 23 agentes del Servicio Penitenciario de la provincia, dos médicos y un enfermero de apellidos Valls, Traverso y Acuña, dos alférez de la Gendarmería Nacional identificados como Oerlinger y Jorge y los ex secretarios del Juzgado Federal, Víctor Montti y Víctor Brusa. Más, tres ex agentes secretos del Ejército que actuaron como Personal Civil de Inteligencia (PCI).
El 6 de diciembre de 2022, las Secretarías de Derechos Humanos y de la Provincia de Santa Fe señalizaron, juntos a los ex presos políticos y la comunidad de Coronda, la Unidad Penal 1 con un gran cartel que dice:
UNIDAD PENAL DE CORONDA
AQUÍ SE COMETIERON CRÍMENES DE LESA HUMANIDAD DURANTE EL TERRORISMO DE ESTADO
En esta unidad penal, dependiente del Servicio Penitenciario de Santa Fe, permanecieron detenidos más de mil hombres perseguidos por razones políticas y sindicales desde 1974 y, con mayor intensidad, durante el plan sistemático de terror y exterminio ejecutado por la última dictadura cívico-militar (1976-1983).
A partir del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, el penal quedó bajo el control operacional de la Gendarmería Nacional y se agravaron las condiciones de detención. A causa del maltrato físico y psicológico se produjeron los asesinatos de, al menos, Raúl Manuel San Martín, Luis Alberto Hormaeche, Daniel Gorosito y Juan Carlos Voisard. En este régimen carcelario extremo, los detenidos se organizaron colectivamente realizando prácticas de resistencia destinadas a solidarizarse entre ellos.
Durante la última dictadura, esta cárcel cumplió una doble función. Por un lado, fue un lugar de “legalización” de los detenidos-desaparecidos que provenían de distintos centros clandestinos, o bien desde otras unidades penales del país. Por otro lado, muchos presos políticos eran trasladados a centros de reclusión ilegal para ser interrogados bajo tortura y, posteriormente, los regresaban al penal.
Durante los diferentes juicios de lesa humanidad realizados en Santa Fe, quedó comprobada la inserción de la Unidad Penal de Coronda en los circuitos represivos del Segundo Cuerpo de Ejército, principalmente de las ciudades de Rosario y Santa Fe.
En 2018, juicio en que la asociación de ex presos políticos “El Periscopio” fue querellante, el Tribunal federal condenó a los ex directores del penal, Juan Ángel Domínguez y Adolfo Kushidonchi. Octavio Zirone, ex Director de Institutos Penales de la Provincia de Santa Fe y de esta cárcel, murió sin ser condenado.
A 46 años del último golpe cívico-militar: los crímenes de lesa humanidad no prescriben, por eso están siendo juzgados.
Nunca más terrorismo de Estado.