Enseñanza católica

Como señala Rubén Dri: «en 1958, el acceso al Pontificado de Juan XXIII cierra la etapa de Pio XIl, caracterizada por una Iglesia cerrada en sí misma, monárquica y autoritaria (...) Se inicia así una etapa de grandes renovaciones. El Concilio Vaticano ll es el primero que no realiza condenas por herejías, sino que escucha los nuevos reclamos, ubicando a la Iglesia en los grandes problemas del mundo.»

«La década del '60 había marcado un hito en la historia contemporánea de la humanidad, (...) La Iglesia no podía permanecer ajena a los cambios. El Papa Juan XXIIl interpretó el momento y asumió una iniciativa sin precedentes: Convocar al Concilio en 1962, con el fin de 'quitar el polvo que se había acumulado en el trono de Pedro desde la época de Constantino". Advertía la necesidad del 'aggiornamiento' de una Iglesia que debía dar una respuesta adecuada a problemas concretos como la guerra, la injusticia y la pobreza.» (...)

«La Argentina era una caldera. Transcurría el gobierno militar de Juan Carlos Onganía (...) La Iglesia empezaba a engendrar una división que perduraría hasta nuestros días. Por un lado, los curas comprometidos con el reclamo y sufrimiento de los pobres, y por otro, aquellos que permanentemente se alinearon con el poder de la jerarquía.(...) la creación del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, en 1967, incorporó el condimento político que hasta ese momento había estado disperso. Los 'Obispos del Tercer Mundo' firmaron un documento en el que condenaban las 'perversas' características del capitalismo. (...) 1968... la Conferencia de Medellín del Episcopado Latinoamericano. En la declaración advertían la diferencia existente entre 'la injusta violencia de los opresores' y la justa violencia de los oprimidos.»

Tepper Guillermo y Ahumada, Maximiliano. Monseñor. Santa Fe, Editorial Entre Líneas, 2002 Pp [21-28]

La renovación en el seno de la Iglesia se vivió intensamente en la mayoría de los Colegios católicos de Santa Fe, los y las jóvenes que allí se formaban aprendieron a leer el Evangelio y a tratar de reflejar sus valores en su propia vida. Para muchos esa fue la puerta de entrada a la militancia, social, barrial o política. Los que siguen son algunos de los testimonios recogidos.

«Durante los años 1960-70 en varios colegios católicos de Santa Fe se reformuló la catequesis, incluyendo un conocimiento y práctica sobre la realidad de la pobreza: «Hubo un cambio en la catequesis... Y como parte de eso, íbamos a un barrio (barrio Chaqueño) con las monjas... Ya no estudiábamos historia solo para rendir sino para descubrir los “por qué”... Porqué la diferencia, la injusticia, la desigualdad de oportunidades...»

Patricia, ex alumna del Colegio San José de Guadalupe

Y este movimiento se replicaba en todo el país: grupos de estudiantes tanto secundarios como universitarios convivían en vacaciones con los pobladores de las regiones más pobres: Campamentos Universitarios de Trabajo, del Padre Llorens de Mendoza; en Tartagal, Provincia de Santa. Fe, campamento de la Juventud Estudiantil Católica, con su asesor, el Padre Carlos Mugica; grupos de Acción Misionera Argentina. En el norte provincial el Padre Arturo Paoli trabajaba desde 1960 junto a los hacheros de la cuña boscosa, en Fortín Olmos transmitiendo esa experiencia a jóvenes de instituciones católicas santafesinas.

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