LIGAS AGRARIAS - lucha de los campesinos por su dignidad

La organización campesina se extendió por todas las provincias del noreste argentino. Es la historia de la lucha de los campesinos por su dignidad y en estas historias hay integrantes de las Ligas de Chaco, Santa Fe y Corrientes.

En el Chaco, a comienzos de los años '70, cuando la dictadura de Onganía era jaqueada por los levantamientos populares en las grandes urbes que culminan en el Cordobazo, en el sector rural algodonero se gestaba un movimiento gremial y de concientización. Los pequeños productores, afectados por una política algodonera al servicio de las multinacionales textiles, se organizaron en principio alrededor de sus instituciones más próximas: cooperativas y sus federaciones (FACA -Federación Argentina de Cooperativas Agrarias y UCAL Unión de Cooperativas Agrícolas Algodoneras Limitada-), Federación Agraria y Movimiento Rural Católico.

Ante la pasividad de las dirigencias tradicionales, los sectores juveniles asumieron el protagonismo, lo que se tradujo en las primeras grandes movilizaciones de los campesinos para reclamar por sus derechos ante las autoridades locales, provinciales y nacionales.

En esas marchas y reclamos se produce el fermento de lo que serían las Ligas Agrarías, a partir de las discusiones y la participación, lo que se concreta el 14 de noviembre de 1970 cuando, en el Primer Cabildo Abierto del Agro Chaqueño, bajo el lema «Grita lo que sientes» surge la idea de alumbrar una organización de perfil netamente gremial y reivindicativo.

El funcionamiento era estrictamente democrático, en el que todas y cada una de las decisiones se tomaban de abajo hacia arriba y las estrategias de acción se decidían en los plenarios de los Congresos y Cabildos Abiertos.

Las Ligas Agrarias Chaqueñas nacieron como un movimiento rural agrario, que defendió un campo específico de lucha, enfrentados con el poder del Estado y de las fuerzas económicas, representadas por los monopolios, en un intento por modificar las relaciones entre la sociedad y el Estado, como resultado de las acciones y experiencias de los sujetos que se identificaron a partir de intereses comunes, valores e ideas. Esto implicó la formación de una conciencia colectiva del sector agrario incluido dentro del proyecto social del «hombre nuevo.» El protagonismo social de cada individuo fue determinando la organización del movimiento agrario y la fuerza de una «resistencia» en demanda de las reivindicaciones de los derechos del hombre de campo.

La lucha que encabezaron las Ligas trajo dos efectos principales. Por un lado, promovió y favoreció la organización popular con un sistema de información y toma de decisiones rápida, eficiente y transparente.

Por otro lado, al arrancar resoluciones favorables del poder fáctico de turno generó en la población campesina la conciencia de que a través de la unión y la participación era posible mejorar las condiciones cotidianas de vida. La movilización logró mejoras en los precios del algodón, base de la economía campesina y generador de muchos puestos de trabajo.

El accionar del campesinado continuó su crecimiento, nacionalizándose a través de la Coordinación de los Movimientos Agrarios que agrupó a los pequeños productores de Chaco, Misiones, Corrientes, Formosa, Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires.

Todos estos antecedentes fueron absorbidos y analizados por los campesinos nucleados en el Movimiento Rural, quienes junto a los jóvenes del cooperativismo iniciaron una réplica en contra del proyecto monopolista de entregar un millón de hectáreas en Chaco y Formosa a la empresa Agrex, formada por la fusión de varias compañías norteamericanas y apoyada en la Argentina por la Compañía Pedro y Antonio Lanusse SA. Este fue el detonante, entre muchas otras reivindicaciones necesarias, que llevó a la convocatoria de un Primer Cabildo Abierto por las organizaciones campesinas en Sáenz Peña. Y allí, el 14 de noviembre de 1970, ante cuatro mil campesinos se proclamó la constitución de las Ligas Agrarias Chaqueñas.

«Cuando comenzamos con las Ligas, de alguna forma el nombre de Ligas Agrarias, fue un nombre intermedio, entre Ligas Campesinas y Movimientos Agrarios, por eso queda con el nombre de Ligas Agrarias, no es casualidad, (...) El origen de todos ahí o de la inmensa mayoría era el Movimiento Rural Católico, eran los muchachos de las Juventudes Agrarias Cooperativistas, los de la JAC (Juventud Acción Católica) eran fundamentalmente Orianski y Picoli, los dos muertos o desaparecidos. Esas eran las dos vertientes que llevaron a la creación de las Ligas Agrarias.»

/ Lucho Rodríguez

«La asamblea fundacional fue el Primer Cabildo Abierto del Agro Chaqueño, y así lo llamamos en aquella época. El lema era «grita lo que sientes» y se realizó en Roque Sáenz Peña, la zona algodonera por excelencia. Pero no fue una cosa que surgiera de un día para otro, tenía antecedentes en las primeras movilizaciones campesinas encabezadas aquí por la Federación Agraria Argentina. Yo siempre digo que todo el movimiento de las Ligas lo inició la Federación Agraria Argentina. Lo que pasa es que después, al defeccionar, la Federación estuvo dirigida por hombres que se prestaron al juego de los sectores monopólicos de esa época, en connivencia con el gobierno de turno.

Entonces a este movimiento lo continuaron los sectores juveniles, como el Movimiento Rural de la Acción Católica, al que muchos estábamos integrados, además en los centros juveniles cooperativistas. Esas fueron las dos vertientes de jóvenes que nos pusimos al frente de forma improvisada en las primeras movilizaciones y le dimos continuidad. Al quedarnos sin una entidad orgánica que dirigiera el movimiento, se formó una nueva entidad, que fueron las Ligas Agrarias.»

/ Osvaldo Lovey, ex Secretario General de las Ligas Agrarias del Chaco, en Revista «Los 70»

Ligas Agrarias Santafesinas

Desde su creación en agosto de 1971, la Unión de Ligas Agrarias Santafesinas tuvo su sede en Avellaneda y agrupaba campesinos propietarios de chacras de 70 hectáreas promedio. Los principales cultivos de la zona eran el algodón, la caña de azúcar y el girasol. Estas Ligas debieron enfrentar, en primer lugar, a los problemas de la comercialización originados en el control monopólico del comercio e industrialización de los productos agrícolas. A pesar del peso del cooperativismo en la provincia de Santa Fe no pudo competir con la fuerza de los monopolios.

El 7 de diciembre de 1971, las Ligas Agrarias Santafesinas realizaron su primera concentración en Avellaneda, a la que acudieron 4.500 productores. El 31 de enero de 1972 marcharon junto a chaqueños y formoseños a la capital del Chaco, para hacer sentir su desacuerdo con la política algodonera. Simultáneamente se abocaron a los problemas de funcionamiento del Ingenio Arno cuya amenaza de cierre databa ya de varios años.

Y fue en octubre de 1972 cuando las U.L.A.S (Unión de Ligas Agrarias Santafesinas) protagonizaron su jornada de lucha más significativa (…) la concentración estaba prevista en Avellaneda, pero fue prohibida y se produjeron choques con la policía y la guardia rural “Los Pumas” (…) Esta jornada produjo un profundo avance en la conciencia de quienes participaron. (…) Su desarrollo fue en aumento paulatino hasta que comenzó la represión durante el gobierno de Isabel Perón, que luego recrudeció a partir del 24 de marzo de 1976, que terminó por desintegrarlas.(…)

/ Monte Madre, de Jorge Miceli.2006

La persecución

No tenía que cundir el ejemplo. La organización de las Ligas Agrarias ya era un peligro cierto para el modelo económico a instalar. Había que aniquilarlas, como a todo brote o intento mínimo de organización popular. Por eso la persecución fue implacable, sin contemplaciones, sangrienta, dejando como saldo, al final de la dictadura en 1983, las Ligas totalmente disueltas y sus dirigentes más representativos encarcelados, en el exilio o muertos y desaparecidos.

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