Alto Verde en la memoria
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Editorial EL PERISCOPIO - Libre de reproducirse con mención de fuente
Sobre la orilla Este de la laguna Setúbal, frente al puerto de Santa Fe, al costado del riacho del mismo nombre, se encuentra enclavado un barrio humilde, Alto Verde. En sus orígenes, esta zona de la ciudad fue poblada por pescadores y trabajadores del puerto.
En la década del 60, a estos pobladores, se suman “los chaqueños”, trabajadores migrantes del norte provincial y de provincias vecinas desplazados por la crisis de las economías regionales, en la producción de azúcar, de algodón y el cierre de La Forestal.
“Una mañana nos levantamos y encontramos a esa gente con su “monito” y nada más…vinieron del monte con toda la familia, los habían sacado del ferrocarril en chatas y los tiraron sin nada en El Arenal. Ahí empezaron a cortar ramas y pajas para hacer “un bendito”, luego un ranchito..” Testimonio de Marta T (Historias de Vida T 2, pág 23)
La desolación, desesperación y miseria en que las políticas económicas habían dejado a los pueblos norteños los empujaba hacia las ciudades dónde esperaban encontrar algún medio de subsistencia. Se van a ubicar en la periferia de esas ciudades, “conglomerados azarosos de viviendas precarias de adobe y chapas; no hay calles, no hay desagües, no hay luz, no hay cloacas, no hay escuelas, no hay transporte, no hay agua, simple agua para beber o lavarse. Algunas pocas canillas públicas para miles…” (L. Martínez en Historias de Vida T2)
Así , era también Alto Verde cuando Horacio Guaraní cantaba:
“Alto Verde querido, pueblito humilde del litoral, tus ranchitos dormidos, tal vez un día despertarán…”
Y un día despertaron…
El barrio, en los años 60-70 se caracterizó, por desarrollar un nivel de organización comunitaria que le permitió afrontar mediante la unidad y la lucha de los vecinos, las diferentes problemáticas por las que pasó el país y la zona.
Existían muchos grupos con identidades políticas e ideológicas diferentes, la mayoría peronistas, pero había también radicales, gente de izquierda que conservaban la tradición de las luchas en La Forestal en los 20. Cada uno con sus opciones, pero todos confluían en un Frente de Instituciones.
Al esfuerzo vecinal, se sumó el apoyo de docentes, monjas, curas y estudiantes secundarios y universitarios, que con un objetivo común supieron amalgamarse. Esa unidad se fue consolidando a través de una serie de instituciones creadas para responder a las necesidades comunes, a partir de ellas se iba dando la organización y, poco a poco se fue logrando un sostenido desarrollo social.
Ejemplo de esta acción vecinal es la guardería, una construcción en la que participaban las madres de Alto Verde. Se concreta ocupando el lugar del viejo dispensario de madera, que fue reemplazado por una nueva edificación en 1973.
Entre los logros alcanzados podemos mencionar también, la organización del Club de Niños, el Sindicato de Empleadas Domésticas, la gremial de los pescadores, la Parroquia, las Escuelas, el grupo de jóvenes, la cooperadora de la Escuela 95, el dispensario, la unidad básica. En conjunto, organizados en red, el Frente de Instituciones, trabajaron por proyectos centrales para el barrio no sólo a través del propio accionar del vecino, sino también mediante gestiones ante las autoridades: un nuevo dispensario, el servicio de colectivos, el plan de defensa para inundación que gestionaron ante el gobierno democrático iniciado en 1973 (Gobernador Sylvestre Begnis, Intendente Campagnolo)
En la parroquia se hacían las asambleas del barrio y en el comedor de la Escuela 95 se reunían los representantes de las diferentes Instituciones.
Recuerdos y testimonios
A principio de los Años 60 el cura Nicolás Mijalovich, del Colegio Inmaculada, realizó tareas de catequesis con sus alumnos y los de otros colegios religiosos, tarea que se continuó por años
En este tiempo también comienza la labor del cura Aldo Buntig: crea la parroquia y realiza una gran acción social secundado por las Hermanas Auxiliares, dos monjas que estaban en la Catedral y se instalan en el barrio (Zulema y Cecilia). Acercó a la gente, promovió la participación y la integración, por ejemplo, a través del Club de Niños o los Torneos de futbol masculinos y femeninos.
“El cura, siempre nos hablaba desde la religión, nunca desde la política partidaria, nos abría la mente, nos daba elementos para que apareciera el Hombre Nuevo desde la concepción de Cristo”. Sonia
A partir del Concilio Vaticano II y las orientaciones del episcopado latinoamericano, los “curas tercermundistas”, no sólo compartían la vida con los más desprotegidos sino que sostenían firmemente que la pobreza no es un hecho natural, la pobreza y la miseria son la consecuencia de una injusta organización social que debe ser cambiada. De allí su compromiso y el de muchísimos cristianos, sobre todo jóvenes, para buscar las formas y los medios para cambiar esa injusticia.
…”Las monjas auxiliares parroquiales de la Catedral, los muchachos que venían del Colegio Inmaculada, las alumnas de la Escuela de Asistentes Sociales, luego el Padre Büntig, nos planteábamos frente a la injusticia y la pobreza, el compromiso con la gente concreta en tarea de Promoción Humana y Comunitaria y vivíamos el descubrir de las posibilidades de vivir un mundo diferente, compartiendo con la gente del barrio”
"Eduardo (Gonzalez Paz) tuvo mucho que ver con la creación del “Club de Niños” en la Boca. Este espacio se pudo sostener a través del tiempo fortaleciendo puentes entre las necesidades y los recursos humanos y materiales de las diferentes zonas de Alto Verde y a su vez con amigos de la otra vera del río. Un concepto de “pueblo” que construía el “nosotros”.
Conocimos a Don Demetrio Gómez, pionero de la acción vecinal y trabajamos en las distintas tareas, que en ese momento eran tareas de gestión comunitaria, para mejorar las condiciones del Barrio."
Nora Spagni, en Historias de Vida, T. 1 ; pág 186
Programa de Alfabetización para adultos
También aproximadamente, a partir del año 1963, desde el centro de estudiantes de la Universidad Católica de Santa Fe, -Ciencias de la Educación, Abogacía, Ciencias Económicas, Arquitectura y otras- se comenzó a desarrollar un Proyecto de Alfabetización. Era un programa que venía de la Dirección Nacional de Educación para Adultos y ellos lo adaptaron a la problemática de la ciudad de Santa Fe. Promovían las ideas de Paulo Freire.
Así, se reunían en grupos sobre núcleos sugeridos de acuerdo a las necesidades y desarrollaban entre los vecinos temas vitales, que motivaban su participación. A partir de allí –sobre tales temáticas- se enseñaba a leer y a escribir a los adultos para que pudieran terminar sus estudios.
A estos se sumaron luego, en tareas multidisciplinarias estudiantes de las Facultades estatales.
Escuela Jesús Resucitado.
Dentro de la obra de promoción y evangelización que venía realizando la Parroquia “Jesús Resucitado” en el año 1971 se encara una labor con un amplio sentido de servicio a la comunidad. Debido a esto se solicita a la Escuela Técnica Nº 30 “Santa María Eufrasia”, que desarrollaba sus actividades en el Colegio “Buen Pastor”, creara un grado radial que funcionara en un salón de la parroquia, con la terminalidad de “Secretario Comercial”. Esto permitiría a los jóvenes de ambos sexos el acceso a la educación secundaria sin necesidad de viajar a Santa Fe con una propuesta de horario nocturno, que posibilitaba trabajar y estudiar. Surgió por absoluta necesidad. Ya que antes de su apertura los chicos de Alto Verde se veían obligados a viajar hacia Santa Fe para poder cursar sus estudios. “Cruzaban el riacho en canoa, no había servicio de lanchas ni estaba el puente Palito ni el de cemento. No había otra comunicación que no fuera por el riacho”
Ese cruce en lancha también lo hacían las asistentes sociales que llegaban al barrio o los niños que asistían a la escuela del convento de San Francisco y las maestras de ese establecimiento que visitaban a las familias de sus alumnos, tal como testimonian los hermanos de Susana Busaniche.
En el año 1974 el Consejo de Acción Parroquial, integrado por personas de la comunidad del distrito, respalda al Padre Buntig en el pedido de independización de las aulas radiales. Este anhelo se ve concretado en una petición al Arzobispo de Santa Fe Monseñor Zazpe, y a partir del 14 de abril de 1975 se dispone su autonomía y se declara el carácter de incorporada a los Establecimientos de Educación Técnica con el nombre de Escuela Técnica Particular Incorporada Nº 42 “Jesús Resucitado”. Se implementa el plan diurno del Ciclo de Práctica Comercial (CONET ) y el de Formación Artesanal de Instaladores Electricistas
El primer director fue Carlos Pauli (profesor de Inmaculada), a quien siguió Marisa Wilde (fallecida). El Secretario administrativo, Juan Taborda, de activa participación en el barrio.
El 13 de abril de 2015 recibió la Bendición Apostólica del papa Francisco
Ese año (74), un grupo de jóvenes del Movimiento de Juventudes se sumó al trabajo, realizaban una tarea de orientación vocacional para estudiantes secundarios distinta a lo conocido; se planteaba que al terminar el secundario había que trabajar con sentido social y en ese trabajo descubrir qué debían estudiar para concretar su vocación. De allí fueron a Alto Verde Alicia Genolet, Rosana Cerutti, Cacho Somasco, Juan Benassi, Jorge Devito y … Aparo. Se sumaron al trabajo.
También la Escuela primaria Nº 95 S de Iriondo participó en la actividad de la comunidad, algunas de sus maestras fueron Luisa Mazzetti, Marta Ahumada (fallecida), Leda Fernandez (fallecida), Susana Ida Ferreyra fue maestra y encargada de cocina
La Unidad Básica y la JP
Un personaje a quien muchos recuerdan es “el Viejo Gómez”: su casa era la casa de todos. En su rancho te sentías como en tu casa, eran “el viejo” y “la vieja”, iba todo el mundo, sus hijos participaron mucho, militaban en el JP.
Era un hombre muy sacrificado, trabajaba en la construcción y luego salía a hablar, organizar, movilizar. Nos quedó un dicho que siempre decía con su acento correntino: “Si no aplicamos el plan A aplicamos el plan B”. Y así seguía adelante, empujando también a todos esos jóvenes que anhelaban un futuro mejor para su comunidad.
En su casa se organizó la Unidad Básica y la JP tuvo un sitio de referencia.
Sindicato de empleadas domésticas:
El cura Buntig al que los policías le decían “el cura rojo” hacía su tarea con chicas que trabajaban en el servicio doméstico, se intentaba organizar un sindicato en Santa Fe, como existía en Buenos Aires. También existía una casa para alojar a las chicas del interior que no tenían familia en Santa Fe.
Promovido por Buntig, también se creó el primer periódico barrial “En Marcha” (1971) en el que participaron Héctor Lázaro Herrera y su hijo Horacio Herrera.
La intensa actividad social desplegada por el cura, a quien afectuosamente llamábamos “el colorado” –no por su ideología (como los canas) sino por el color de su pelo- hizo que al comenzar los años negros tuviera que irse de Santa Fe. Sólo pudo despedirse de pocos amigos, a algunos los llamó por teléfono y en clave (como teníamos que hacer entonces) les informó que por seguridad mutua no volverían a verse. Büntig murió en circunstancias dudosas en ……. En alguna oportunidad, se escuchó decir al propio Monseñor Zaspe, “al colorado me lo mataron y no me dejaron abrir el cajón”. Hasta el día de hoy es una muerte tan poco clara como lamentada por todos los que alguna vez tuvimos oportunidad de conocerlo.
Hoy, frente a las nuevas circunstancias político sociales que afectan a nuestro pueblo, es importante rescatar y valorar las tareas organizativas y comunitarias que hicieron de Alto Verde un ejemplo de compromiso y desarrollo socio-cultural.