Trelew. La masacre
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Editorial EL PERISCOPIO - Libre de reproducirse con mención de fuente
El golpe militar de 1966, no sólo destituyó al Presidente Illia, sino también a todas las demás autoridades provinciales y municipales, lo mismo que a los miembros de la Corte Suprema. Todos los partidos políticos fueron disueltos. La Constitución Nacional quedaba subordinada a un “Estatuto de la Revolución Argentina.” A diferencia de los golpes de estados anteriores que sólo pretendían cambiar el gobierno, ahora el objetivo era cambiar profundamente todas las estructuras del país.
El gobierno de Onganía fue dictatorial en lo político y liberal en lo económico. En lo político, la idea era lograr el “orden” que eliminara lo que denominaban “peligrosa infiltración marxista” y les permitiera aplicar un plan económico neoliberal resistido por los trabajadores.
La reacción a esas políticas no se hizo esperar, obreros y estudiantes las resistieron, protestaron, reclamaron cada vez más y con más fuerza. Al calor de las luchas fue surgiendo un sindicalismo combativo que en 1968 se nuclea alrededor de Ongaro en la CGT de los Argentinos.
El punto más álgido de estas protestas fue el Cordobazo. La política, prohibida por decreto, reaparecía a pedradas y tiros, mutada en otras formas de politización y organización. Es en ese contexto de luchas, represión y muertes, en el que nacen y se desarrollan las organizaciones político - militares. Las cárceles se poblaron de militantes sociales, estudiantiles y trabajadores, muchos ya comprometidos con la lucha armada, la creciente lucha popular acompañada de acciones armadas acorralaron a la dictadura.
Con el objetivo de continuar la lucha y golpear al gobierno, los principales referentes de las organizaciones armadas alojados en la Cárcel de Rawson planearon “la fuga”. Tarea que requería de la unidad conceptual del objetivo y la convicción que la única manera de éxito era la unidad.Logrado esto y con el respaldo de la población se comienza la planificación de la fuga de 130 detenidos políticos. El 15 de agosto de 1972, se toman los puestos de guardia y se comienza a liberar los pabellones, se llega a la sala de armas y la reserva militar, el penal estaba tomado según lo acordado entre Montoneros, FAR Y ERP. Había que llegar al aeropuerto y abordar el avión que esperaba y estaba en control de compañeros que eran parte del apoyo. Por un error de comunicación los camiones que debían transportarlos no llegaron y sólo el primer grupo logró escapar y llegar a Chile. Otros diecinueve militantes que no llegaron a tiempo para abordar el avión, se entregaron en el aeropuerto bajo la garantía del juez federal Godoy, en presencia de la prensa y del abogado Abel Amaya. El Capitán Sosa acuerda conducirlos nuevamente al penal. Pero una vez finalizados los acuerdos y entregadas las armas, los condujo a la Base Naval Almirante Zar, dónde en la madrugada del 22 fueron asesinados.
La masacre de Trelew conmovió profundamente a toda la sociedad argentina y tuvo profundas significaciones políticas sobre lo que pasaría pocos años después durante la dictadura del ‘76. Esos hechos, que terminaron con el fusilamiento de 16 presas y presos políticos y 3 sobrevivientes que luego serán asesinados, marca la génesis del terrorismo de Estado en Argentina.
Carlos Astudillo Ricardo Mena
Rubén Bonet Miguel Ángel Polti
Eduardo Capello Mariano Pujadas
Mario Delfino María Angélica Sabelli
Alberto del Rey Ana María de Santucho
Alfredo Kohon Humberto Suaréz
Clarisa Lea Place Humberto Toschi
Susana Lesgart Jorge Ulla
Alberto Camps –Asesinado en 1977. ´
María Antonia Berger –Secuestrada y desaparecida en 1979
Ricardo Haidar –secuestrado y desaparecido en 1982
En la actualidad, Fernando Vaca Narvaja, único sobreviviente de aquellos hechos, sostiene: “Cuando decidimos enfrentar los procesos militares o la misma fuga no nos pusimos a mirar cómo era la correlación de fuerza, siempre sostuvimos un principio de acción y la correlación se modifica en esa acción”.
La noche previa a la asunción del Presidente Cámpora, 25 de mayo de 1973, Francisco Paco Urondo entrevistó en la cárcel de Deboto a los tres sobrevivientes del fusilamiento.
Sus testimonios:
“El capitán Sosa ordenó formar en el pasillo. Salimos todos los prisioneros y en completo silencio formamos dos filas, mirando hacia la salida, cada uno parado al lado de la puerta de su celda. En el extremo abierto del pasillo, había dos o tres suboficiales armados con metralletas PAM. Bravo y Sosa recorrieron las hileras hasta el final y volvieron. Hicieron ese recorrido profiriendo amenazas e insultos y diciendo cosas tales como 'Lo peor que podían haber hecho era meterse con la marina' y 'Ahora van a ver lo que es el terror antiguerrilla'. Nosotros permanecíamos en silencio. Nadie contestaba. Nadie se movía. Cuando Sosa y Bravo ya terminaban su recorrido, en forma completamente sorpresiva y sin que mediara el menor incidente, el menor movimiento, comenzó el tableteo de una ametralladora. Miré sobresaltado hacia el extremo abierto del pasillo y vi caer a Susana y Clarisa. "Giré rápidamente y me introduje en mi celda. Detrás mío lo hizo mi compañero. Allí nos quedamos Kohon y yo, durante un instante, parados, escuchando las ráfagas y sin atinar a hacer nada. Enfrente mío vi caídos a Bonet y a Toschi, alcanzados por los disparos cuando intentaban introducirse en su celda. Bonet se apoyaba en su codo derecho y me miraba en silencio, nadie atinaba a hablar. Sólo se oían los quejidos de dolor de los heridos. Inmediatamente Kohon y yo nos acostamos debajo de la loza de cemento que, empotrada en la pared, hacía las veces de única cama en la celda. Yo estaba contra la pared, y Kohon a mi izquierda, ambos boca abajo. Desde allí seguimos escuchando el ruido de las ráfagas, hasta que de pronto éstas se interrumpen.” (…)
Hubo un largo rato de silencio, luego nuevamente la voz de Bravo que en tono muy fuerte decía a alguien '¡Se quisieron fugar! ¡Pujadas quiso quitarle la pistola al capitán, intentó resistirse". "Minutos más tarde, alguien me tomó el pulso y comentó: 'Este tiene el pulso bastante bueno'. Poco después me colocaron sobre una camilla y me condujeron hasta el hospital de la base. AIlí me taparon la herida y me aplicaron un calmante. Pude ver a los otros heridos: Astudillo, Kohon, María Antonia, Polti y Camps.
(…) Cuando leo los diarios, me entero de la versión oficial dada por el almirante Hermes Quijada. Es completamente falsa. No hubo ninguna tentativa de fuga; es totalmente falso que Pujadas haya intentado arrebatar el arma a un oficial. Fue una masacre alevosa y premeditada contra diecinueve prisioneros desarmados.”
Ricardo Haidar.
“Ahí es cuando escucho que uno, pienso que era el petiso Ulla, por el lugar de la voz, decía “hijo de puta” (…) Después veo que llega uno vestido de azul (…) levanta la mano y me apunta con bastante cuidado; yo lo miro entre ojos, yo estoy tirada así sobre el hombro, y con cuidado me tira.
María Antonia Berger
(…) alguien dice dice: Este todavía vive inmediatamente después se escucha un tiro. Bueno, pocos momentos después (…) llega Bravo a nuestra celda y nos hace parar a Delfino y a mí (…) Nos pregunta si vamos a contestar el interrogatorio, le decimos que no, y ahí me tira, a mí primero, y cuando estoy cayendo escucho otro tiro y veo que cae Mario Delfino.” (…) Indudablemente la masacre fue planificada para que no quedara nadie. Ahí intervienen esos elementos que ellos no evaluaron bien, fundamentalmente supongo que la resistencia física nuestra. Al principio la falta de atención médica, todo buscaba que no hubiera sobrevivientes.”
Alberto Camps
Más información en: “La patria fusilada”. Entrevista de Paco Urondo en la cárcel de Devoto y “La pasión según Trelew” de Tomás Eloy Martínez
LA HORA DE LA JUSTICIA
En 2012 el Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia condenó a prisión perpetua a los ex marinos Luis Sosa, Emilio del Real y Carlos Marandino por el asesinato de 16 personas e intento de asesinato de otras tres. La justicia argentina considero que el 22 de agosto de 1972 da comienzo el Terrorismo de Estado en Argentina y condenó a los asesinos por « Crímenes contra la Humanidad ».
Guillermo Bravo, no pudo ser juzgado en Argentina por estar ausente del país. En 1973, fue enviado a Estados Unidos por la Armada como agregado militar en la Embajada Argentina. Luego de su retiro de la fuerza en 1979 permaneció en Estados Unidos y hoy es ciudadano de ese país.
El 22 de junio de 2022 se inició en Miami el Juicio Civil contra Roberto Guillermo Bravo por su culpabilidad en la Masacre de Trelew. Familiares de cuatro de las diecinueve víctimas demandaron a Bravo, basándose en la ley de protección de víctimas de tortura (TVPA) demandando rendición de cuentas y reparación.
El 30 de junio, fue condenado por la justicia norteamericana y deberá indemnizar a sus víctimas. Esta condena, abre la posibilidad de que Estados Unidos acepte la extradición para que sea sometido a un juicio penal en Argentina.
Tres meses después de la masacre, el 11 y 12 de noviembre se reunió en Santa Fe el Congreso de la Juventud Peronista que, previo a las elecciones, reivindico la libertad de presos y presas políticas mediante esta Lista de Electores 22 de Agost
Durante todo el mes de agosto de 2022 se realizaron en Trelew y Rawson actividades conmemorativas, a las que asistieron delegaciones provenientes de todo el país.
Organizado por la Comisión de Familiares de las víctimas de la masacre de Trelew, culminó con un gran acto popular en el viejo aeropuerto, hoy convertido en Centro Cultural de la Memoria
A 50 AÑOS DE LA MASACRE