4. La economía provincial
JORGE RAÚL FERNÁNDEZ
En el marco de lo expresado respecto a la estructura económica nacional en este período y de lo señalado por Felipe Cervera sobre el desarrollo del modelo agroexportador en Santa Fe, incorporamos otros elementos para la descripción del sistema productivo provincial:
En primer lugar, reiteramos las consecuencias negativas de la Primera Guerra Mundial sobre el sector: caída del comercio internacional con su consecuencia directa sobre las exportaciones de productos agrícola–ganaderos, fundamentales en la economía santafesina; reducción de los precios de los cereales en el mercado mundial; retracción de los créditos externos, entre otros factores que se traducen en una disminución de la recaudación impositiva que impacta seriamente sobre las finanzas provinciales. A lo anterior, cabe agregar que la expansión de la frontera agrícola santafesina había encontrado su límite en los años anteriores, lo que, combinado con la continuada llegada de inmigrantes, generó una valorización acelerada y quizás exagerada de las tierras productivas. En ese contexto, subieron los precios de los productos internos y externos, muchos de los cuales escasearon o directamente no se ofertaron en el mercado; el consumo disminuyó por lo anterior, y la desocupación creció. Además, se produjo en esos años en el territorio provincial una sequía excepcional que agravó la situación, especialmente durante la gobernación de Guillermo Lehmann. Como hecho positivo, es dable destacar que en los últimos años de la guerra se produjo en Santa Fe un cierto proceso de sustitución de importaciones que no va a ser sostenido o protegido por el gobierno nacional al término del conflicto bélico.
En los primeros años de la década del 20, la situación tendió a normalizarse al reactivarse el comercio internacional con sus consecuencias favorables para el modelo económico vigente en la Argentina en general y en Santa Fe en particular. En nuestra provincia, se recuperaron los niveles de exportación, se incrementó el precio del cereal en los mercados mundiales, se reestableció el crédito y las inversiones extranjeras, entre otros. Al propio tiempo, se produjo un crecimiento en ciertos rubros de la actividad industrial, iniciada durante la guerra pero detenida al finalizar la misma. Oscar Videla señala que tal hecho se produjo en las industrias relacionadas a la producción primaria, tales como cervecerías, refinerías, fideeras, fábricas de jabones y alcohol, destacando también la instalación del frigorífico Swift en Villa Gobernador Gálvez en 1924, aunque fundamentalmente el crecimiento mencionado se produjo en la producción de maquinas agrícolas o relacionadas con las mismas, proceso que empezó a detenerse cuando se reinició la importación de productos norteamericanos. El citado autor indica también que la expansión alcanzó a industrias que utilizaban insumos importados para la elaboración de productos de consumo masivo, tales como cigarrerías, droguerías industriales, hojalateras o fábricas de bolsas, lonas y sogas. Podemos decir que la industria molinera y lechera vieron disminuir durante los años de la guerra el número de establecimientos pero que aumentó la producción por unidad productiva, creciendo las exportaciones al finalizar el conflicto bélico; que las industrias maderera y forestal se vieron afectadas considerablemente durante la guerra y en los años posteriores; que la industria frigorífica no se vio afectada sustancialmente y que, a partir de 1920, el aumento de la demanda externa incentivó la inversión de nuevas plantas procesadoras.
Al finalizar la década, la provincia de Santa Fe mantiene un importante volumen de exportación de cereales y se ha incrementado el número de tambos, mientras Rosario consolida su puerto y sus vías de comunicación. La crisis mundial de 1929 afectará las bases del modelo agrícola–ganadero ligado al mercado externo imperante en la Argentina desde la segunda mitad del siglo XIX. La economía santafesina, como parte sustantiva de ese modelo, sufrirá también las consecuencias.
Al finalizar la década, la provincia de Santa Fe mantiene un importante volumen de exportación de cereales y se ha incrementado el número de tambos, mientras Rosario consolida su puerto y sus vías de comunicación.
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