6. Evolución histórica del peronismo en Santa Fe
HUGO STRATT
Las intervenciones federales del gobierno militar en Santa Fe (1943-1946)
El golpe militar de junio de 1943 puso fin al régimen del fraude electoral en la provincia. Gobernaba el antipersonalismo radical, que integraba la Concordancia que conducía la provincia desde 1935 y era una escisión antiyrigoyenista de la UCR.
En el período 1943–1946 se suceden en la provincia varios interventores federales, al influjo de las disputas dentro del gobierno militar entre los nacionalistas reaccionarios integristas, clericales, partidarios de disolver los partidos políticos e instaurar un régimen corporativo y los demás grupos, especialmente el importante sector del GOU, con la ascendente figura del coronel Perón.
Es designado interventor en la Universidad Nacional del Litoral Bruno Genta, intelectual partidario del garrote, la misa diaria y la educación religiosa, quien se manifiesta despectivamente sobre los egresados de la Universidad.
En consonancia con el ascenso de Perón a la vicepresidencia, en julio de 1944 asume la intervención el coronel Arturo Saavedra, iniciando el diálogo con los partidos políticos y apoyando la política social de la Secretaría de Trabajo y Previsión, a través de los delegados regionales.
En marzo de 1945 es designado interventor Oscar Alfonso Aldrey, de origen ferroviario y acercado a Perón por Mercante, hijo de ferroviario. Designa a Leandro Meiners, de extracción radical yrigoyenista y oriundo de Esperanza, como ministro de Gobierno e Instrucción Pública. El interventor en su discurso de asunción anuncia que, siguiendo los lineamientos del gobierno nacional, se produciría la reapertura de la actividad de los partidos políticos y que el gobierno auspiciaría comicios libres y limpios. En el plano económico, el eje estaría puesto en la redistribución del ingreso a favor de los asalariados.
El conflicto social que se desarrolla en estos años entre los trabajadores en procura de aumentos salariales y mejores condiciones de trabajo y los empresarios, fue zanjado en muchas oportunidades por los delegados regionales.
El malestar del sector empresario se manifestó en distintos sectores, exigiendo el libre comercio de las cosechas, el cese del control de precios y la derogación de la obligatoriedad del laudo en los conflictos laborales.
Los sectores sindicales respondieron a la ofensiva empresarial, criticando a las fuerzas vivas por desconocer el concepto de justicia social. Crecientemente, la mayoría de los gremios obreros fueron publicando solicitadas de apoyo a la política social de la Secretaría de Trabajo.
En septiembre de 1945, la Sociedad Rural, Bolsa de Comercio y Federación Gremial del Comercio y la Industria pararon unas horas en apoyo a la Marcha de la Constitución y la Libertad en la Capital Federal.
El 9 de octubre renuncia el coronel Perón a sus cargos. Su posterior prisión parece terminar con su trayectoria. Pero la masiva movilización de los trabajadores el 17 de octubre reordena la política nacional e impulsa la convocatoria de elecciones. La huelga del 18 de octubre declarada por la CGT se realiza exitosamente en Santa Fe, como reconoce la prensa local, que era hostil al naciente peronismo.
Fuerzas vivas
Personas o clases representativas de una ciudad, región, país, etc., por su autoridad o por su influencia social.
Las elecciones de febrero de 1946
Los principales opositores en la provincia eran la UCR y el Partido Demócrata Progresista (que recibió el apoyo del Partido Comunista y el Partido Socialista). La propuesta de reeditar en la provincia la Unión Democrática del orden nacional no es aceptada por la UCR, por lo que concurren separados a la elección. Esta oposición unifica su discurso en la defensa de la democracia, la libertad y la república.
La coalición peronista se organiza en torno al Partido Laborista, creado por los sindicatos, a la UCR Junta Renovadora, compuesta por los radicales yrigoyenistas expulsados por la UCR Comité Nacional y grupos menores. Sus miembros responden a las afirmaciones de autoritarismo, formuladas por la oposición y la prensa, refrendando su vocación democrática y propugnando la defensa de las conquistas sociales.
La fórmula de gobernador y vice recae en Leandro Meiners, propuesto por el Partido Laborista y Juan Pardal, por la UCR Junta Renovadora. Para senadores nacionales son elegidos Armando Antille, dirigente radical yrigoyenista, y Demetrio Figueiras, dirigente ferroviario de la ciudad de Rosario. Todos concurrieron bajo la denominación de Partido Laborista.
Los comicios contaron con todas las garantías exigidas por la Unión Democrática. Fueron controlados por el Ejército a través de los Comandos Electorales. En la elección a gobernador y vice, los opositores concurrieron separados. Los resultados fueron:
Gráfico 1. Resultados electorales provinciales: 24 de febrero de 1946
Candidato | Cant. Votos | % Votos |
---|---|---|
Meiners (P. Laborista) | 192.225 | 55% |
Molinas (PDP) | 74.941 | 21% |
Teisaire (UCR CN) | 71.837 | 20% |
El gobierno provincial en el período 1946 - 1949
En abril de 1946 se conforma la Legislatura Provincial. Los laboristas son 37 sobre el total de 41. Eligen a Ángel Marini como presidente de la Cámara.
Poco después de constituida la Legislatura se suicidó el gobernador electo. Para la sucesión, un sector del laborismo proponía a Aldrey, otro a Waldino Suárez, abogado del Partido Laborista; los radicales renovadores al vicegobernador electo. Por mediación del Ministerio del Interior y los senadores nacionales elegidos, se halló un consenso designando como gobernador a Waldino Suárez.
La gobernación de Suárez fue inestable. Provenía del nacionalismo católico, sin antecedentes en la política provincial, sin una base propia dentro de los legisladores electos. En su gabinete excluye a los radicales renovadores y designa como ministro de Gobierno a José María Funes, nacionalista cerril, y a jefes de policía que habían actuado en los gobiernos fraudulentos. En las cámaras legislativas se divide el oficialismo. El bloque mayoritario liderado por Ángel Marini, alineado al senador Figueiras, establece una alianza con Suárez e impulsa la intervención de la municipalidad de Rosario. Se fractura el oficialismo, creándose el Bloque Revolucionario Peronista, liderado por el senador Julio Díaz de Rosario. En ambos bloques participan laboristas y radicales renovadores.
El oficialismo se divide también por los cargos en el partido que se crea para unir los partidos y grupos que apoyaron a Perón. Primero surge el Partido Único de la Revolución Nacional y, como no prospera, se organiza el Partido Peronista.
En enero de 1947, el diputado nacional Rubino, de la UCR, pide la intervención argumentando la falta en la provincia de Consejos Deliberantes que controlen a los comisionados municipales. El pedido es rechazado.
El divisionismo, la falta de acuerdos y de referentes sume al oficialismo en una crisis que pone en peligro su fuerza electoral. Interviene sin éxito el ministro de Interior, Borlenghi. Se hace cargo Perón, quien designa una Secretaría Técnica y una Política. La primera pide informes y la segunda designa veedores.
La hegemonía ejercida por el senador nacional Figueiras es resistida. Sectores gremiales lo desconocen y conforman con los radicales renovadores la Junta Peronista del Sur. Con el Bloque Revolucionario Peronista impulsan pedidos de intervención del Partido Peronista.
El Consejo Superior no habilita la intervención. En las elecciones internas de septiembre de 1947, Figueiras y Marini controlan las mismas. No afilian a los disidentes que habían decidido participar y no oficializan la lista azul y blanco de la oposición.
El sector de Figueiras–Marini digita en la Convención Provincial la elección de los candidatos a diputados nacionales, provinciales y concejales. La Junta Peronista del Sur, el Bloque Revolucionario Peronista y la Junta Renovadora Peronista crean, en febrero de 1948, el Partido Obrero de la Revolución.
La Junta Electoral Provincial no le permite participar en las elecciones provinciales, en tanto que la Junta Electoral Nacional los habilita para las elecciones nacionales y provinciales.
El gobernador Suárez apoya al nuevo partido. El Consejo Superior del Partido Peronista mantiene una actitud expectante. Los resultados de las elecciones favorecen ampliamente al Partido Peronista, relegando al Partido Obrero de la Revolución al tercer lugar, detrás del radicalismo. Esta decisión del gobernador lo lleva a un quiebre de su relación con Figueiras.
El Consejo Superior Peronista designó interventor del Partido Peronista a Guillermo Lasciar, quien consiguió que el Partido Obrero se disolviera, procedió a declarar caducas las autoridades del partido y eligió la lista de convencionales constituyentes integrando a dirigentes de distintos orígenes.
En enero de 1949, legisladores provinciales y diputados nacionales del peronismo impulsan una nueva intervención de la provincia, argumentando que el gobernador favorecía al juego clandestino en Rosario.
El Poder Ejecutivo Nacional interviene la provincia designando al coronel Dalmiro Adaro. Figueiras consigue la remoción del gobernador pero no su reelección a senador. A pesar de los apoyos en Rosario, el interventor designa candidato al convencional constituyente nacional A. Giavarini. El interventor del Partido Peronista junto con el Consejo Superior consiguen cambiar la postura de la junta de Rosario y Figueiras renuncia para evitar un pleito interno.
Como el Poder Legislativo exige su derecho a elegir los candidatos a gobernador y vice, el Poder Ejecutivo Nacional interviene también ambas cámaras legislativas. Algunos sindicatos descontentos con la decisión del interventor organizan un congreso para reclamar. Los delegados regionales de las CGT de Rosario y Santa Fe llaman a que los gremios actúen en el contexto de la organización gremial y no lleven los disensos políticos al interior de los sindicatos.
El gobierno provincial en el período 1949 - 1951
El interventor federal asume en febrero de 1949 y finaliza en junio del mismo año. Toma algunas medidas, como la reducción de la cantidad de ministerios, llevando el número a tres. Esta medida es bien vista por la población.
La intervención del partido junto con el Consejo Superior designa como candidatos a gobernador a Juan Hugo Caésar y a Álvaro González como vice. Caésar había sido ministro de Obras Públicas en 1945 en la intervención federal de Aldrey.
En la oposición, en el radicalismo dominan los unionistas que proponen a los intransigentes un acuerdo, designándose como candidatos a Agustín Rodríguez Araya y Alfredo Grassi. Los demócratas progresistas eligen a Horacio Thedy y Rodolfo Arronga. Proponen una lista de electores común que los radicales no aceptan.
Gráfico 2. Resultados electorales provinciales: 8 de mayo de 1949
Candidato | Cant. Votos | % Votos |
---|---|---|
Caésar - Gonzalez (P. Peronista) | 192.093 | 54% |
Rodríguez Araya (UCR) | 125.703 | 35% |
Thedy (PDP) | 27.600 | 7% |
El peronismo logra 192.093 votos cosechando 13 senadores y 30 diputados provinciales. La UCR 125.703 votos, consiguiendo seis senadores y once diputados, realizando una mejor elección en el norte provincial. Producto de la polarización, los demócratas progresistas descienden a 27.600 votos.
El gobierno de Caésar duró tres años al unificarse los mandatos en la reforma de la Constitución Nacional. Fijó como objetivo sanear las finanzas de la provincia, designando un gabinete de carácter técnico. Pidió a los legisladores que actuaran de acuerdo con el Poder Ejecutivo y a los sindicatos que no pujaran por la distribución de recursos. Solicitó la colaboración de los legisladores radicales. El gobernador reprodujo el esquema nacional, creando un Consejo de Planificación y Coordinación y un Consejo Consultivo Económico, integrado por empresarios y sindicatos.
A diferencia del fraccionalismo del período anterior, los legisladores lograron acuerdos entre ellos y con el gobierno para aprobar las leyes que necesitaba. Ayudó la aparición de un nuevo liderazgo y una distribución más regional de las autoridades de las Cámaras Legislativas. Los legisladores casi no participaron en el Partido Peronista.
La oposición radical aprobó el plan de obras públicas, pero criticó la no inclusión de cooperativas y productores agropecuarios en el Consejo Consultivo. También objetaron la ley de partidos y el régimen electoral aprobado por los legisladores del oficialismo.
Pioneras dirigentes
La presencia de Eva conduciendo a las mujeres indudablemente permitió el crecimiento partidario. Ella expondría públicamente su pensamiento en orden a captar la atención del universo de mujeres. Radio, discursos, su emblemático libro La razón de mi vida, fueron algunas de las herramientas para transmitirlo. La primera provincia dedicada a estructurar el Partido Peronista Femenino fue precisamente Santa Fe. Pioneras dirigentes como Ana Carmen Macri, Josefa Sólito de Alegre y Elsa Esther Franco de Sperati, impulsaron la apertura de numerosas unidades básicas.
En septiembre de 1949 la Legislatura aprobó la ley de los partidos políticos. Prohibió las contribuciones sindicales, exigía tres años de antigüedad para autorizar la participación electoral, con excepción del Partido Peronista Femenino y dispuso la baja de los partidos que efectuasen alianzas o no concurran a elecciones. En septiembre de 1951 aprobó el Régimen Electoral, estableciendo la elección de diputados nacionales por un sistema de circunscripción uninominal, por el cual se eligió un diputado por mayoría de votos por circunscripción. El distrito Santa Fe se componía de 15 circunscripciones, algunas como agrupamiento de departamentos y otras divisiones de los más poblados, como Rosario y Santa Fe.
Las mujeres votaron en noviembre de 1951 y de 1954. El peronismo promovió su participación en la política. El Partido Peronista Femenino, organizado por Evita y un conjunto de colaboradoras que ella misma seleccionó, eligió un tercio de las candidaturas, en conjunto con la CGT y el Partido Peronista, de acuerdo con la creación del movimiento. En Santa Fe, las mujeres eran ocho para diputadas provinciales y una para senadora. En el orden nacional llegó a un 25,47 %. Al ser desplazado el peronismo, entre 1958 y 1966, el porcentaje se redujo a un 2 %.
Entre 1949 y 1951, los interventores del Partido Peronista, Lavia y luego Pérez Otero, lo reorganizaron, separando los órganos del partido del gobierno local. Caésar se relacionó con los interventores y participó en la campaña electoral de reelección de Perón, pero no en la elección de los candidatos a cargos legislativos.
Las mujeres votaron en noviembre de 1951 y de 1954. El peronismo promovió su participación en la política. En Santa Fe, las mujeres eran ocho para diputadas provinciales y una para senadora.
El Consejo Superior junto con el interventor eligieron los candidatos a gobernador y vice: Luis Cárcamo y Roulet. El resto de los candidatos se distribuyó en tercios entre el Partido Peronista, el Partido Peronista Femenino y la CGT. En las elecciones para noviembre de 1951 participaron el Partido Peronista, el Partido Radical, el Socialista y el Comunista. El Partido Demócrata Progresista optó por la abstención en frontal oposición hacia el gobierno de Perón. El Partido Radical, principal oposición al oficialismo en la provincia, eligió la fórmula Grassi–Pagani.
En las elecciones de reelección de Perón en 1951, el Partido Peronista obtuvo 551.314 (66 %) votos, el Partido Radical 270.698 votos (33 %). Las mujeres votaron por primera vez, superando a los varones en el voto al peronismo. Fue elegida Hilda Castañeira como senadora nacional. Los candidatos a diputados nacionales triunfaron en todas las circunscripciones. Los radicales obtuvieron dos diputados nacionales y dos provinciales por la minoría, en Rosario.
El gobierno provincial en el período 1952 - 1955
Gráfico 3. Resultados electorales provinciales: 11 de noviembre de 1951
Candidato | Cant. Votos | % Votos |
---|---|---|
Cárcamo - Roulet (P. Peronista) | 551.314 | 64% |
Grassi - Pagani (P. Radical) | 270.698 | 33% |
El gobernador Cárcamo asume en junio de 1952, con el propósito de contener el gasto público. Enfrenta un alto déficit público y deudas a proveedores, herencia de sus antecesores Suárez y Caésar. Intenta sin éxito racionalizar la administración pública.
Las prioridades locales del Segundo Plan Quinquenal son la infraestructura vial, construcción de unidades sanitarias y la producción agropecuaria. Por las limitaciones presupuestarias sólo se invierten los fondos que envía el gobierno nacional, que además ayuda a pagar deudas anteriores. Se apoyan las cooperativas agropecuarias y se crean Consejos Agrarios departamentales para apuntalar a los productores.
En mayo de 1952 se conforman las Cámaras Legislativas, teniendo el peronismo la totalidad de los senadores. La relación del oficialismo con la oposición en la Cámara de Diputados, adquiere un carácter de confrontación. Los pedidos de informes sobre las finanzas de la provincia, sobre las prohibiciones de actos de la UCR, de una amplia amnistía para detenidos en la provincia son rechazados. El radicalismo se opone a la colocación de retratos de Perón, Eva Perón y el escudo peronista en el recinto legislativo.
El elevador de grano de la ciudad de Santa Fe
Se construyó donde antes nacía el arroyo Quillá, producto de un plan promovido desde el gobierno nacional de finales de 1935. La construcción del elevador (y acopio de cereales y oleaginosas) se inició en 1940 pero varias dificultades, producto de las limitaciones comerciales y de movimiento naviero impuesto por la Segunda Guerra Mundial, dilataron su finalización.
El 27 de diciembre de 1952, luego de doce años, fue inaugurado y puesto en servicio, con el nombre «Eva Perón», en el marco del segundo gobierno peronista. Este elevador marcó la etapa más importante de las cargas de granos en el puerto de Santa Fe.
Los legisladores provinciales de origen sindical actúan con el objetivo de generar una identidad obrera del peronismo. Sus esfuerzos van dirigidos a resaltar las capacidades políticas de los dirigentes obreros para los asuntos públicos. Llevan al recinto la palabra de la central a la que están adheridos. Impulsan desde 1954 la expropiación de campos a solicitud de los arrendatarios y de locales del Jockey Club en Rosario.
Las organizaciones empresarias, unificadas en la Federación Económica de Santa Fe, presionan para disminuir las conquistas obreras. Durante el año 1954 se suceden conflictos y huelgas en reclamo de aumentos salariales resistidos por las organizaciones patronales. El Congreso de la Productividad y el Bienestar Social presidido por la CGT y la CGE creado en marzo de 1955, realiza un acto de difusión en el Teatro Municipal de Santa Fe, enfrentándose dos posiciones.
La intervención del Partido Peronista reordena las Unidades Básicas, reconociendo 395 en la provincia. Se avanza con el adoctrinamiento propuesto por la Escuela Superior Peronista en todos los ámbitos y localidades provinciales, distribuyendo Mundo Peronista y recomendándose su lectura y la difusión del Segundo Plan Quinquenal.
El Comando Táctico integrado por el gobernador, el secretario regional de la CGT, el interventor del Partido Peronista y el Partido Peronista Femenino, participan en reuniones de gabinete, en la inauguración de las cámaras legislativas y en los encuentros con productores agropecuarios.
El gobernador Cárcamo se desgasta en su enfrentamiento con la Federación Económica de Santa Fe, que reclama ser incluida en el proyecto de ley enviado a la Legislatura para el control del agio y la especulación y posteriormente se opone a un proyecto de aumento impositivo que el gobierno implanta por decreto.
Agio
Beneficio que se obtiene del cambio de la moneda, o del descuento de documentos de crédito. También se refiere a la especulación sobre el alza y la baja de los fondos públicos o de valores que cotizan en bolsa. Genéricamente, se menciona con este término (agiotistas) a los especuladores.
El Poder Ejecutivo Nacional interviene el Estado provincial
Ante el enfrentamiento entre la Federación Económica y el Ejecutivo provincial, luego de una reunión nacional de gobernadores en marzo de 1955, el Poder Ejecutivo Nacional interviene todos los poderes de la provincia. De esta manera, Perón zanja la disputa a favor de la Federación Económica. Es designado interventor el capitán de fragata, Ricardo Pedro Anzorena, cercano al almirante Tesaire.
Ni el Partido Peronista ni la CGT defienden al saliente gobernador. Anzorena deja sin efecto los aumentos de impuestos y se apoya en algunos dirigentes sindicales, nombrando a José Galimberti, secretario general de Empleados de Comercio de Rosario, como comisionado municipal en Rosario. Galimberti había apoyado como senador a la Federación Económica. Anzorena intenta integrar a la Federación Económica a su gobierno y preparar las condiciones para llamar a elecciones, cuando se produce el alzamiento militar del 16 de septiembre de 1955 y Perón decide renunciar, a pesar de que un sector mayoritario del Ejército era leal a su gobierno, para evitar, según sus palabras, una masacre.
Aspectos de la obra del justicialismo en Santa Fe 1943 - 1955
por Alejandro A. Damianovich
El período histórico que corre en la Argentina entre 1943 y 1955 cubre la época de los primeros gobiernos justicialistas, como también la breve etapa previa de su surgimiento en medio del reordenamiento político y social puesto a rodar tras la caída del presidente Castillo el 4 de junio de 1943, movimiento cívico militar que puso fin a la denominada década infame, desatada luego del derrocamiento del presidente Yrigoyen.
Fue una época de una acentuada centralización política y administrativa, marcada por las descollantes personalidades de Juan Perón y Eva Duarte, impulsores de grandes cambios estructurales de profundo contenido social, una fuerte planificación de políticas generales contenidas en dos planes quinquenales, la adopción de prácticas económicas soberanas, la inclusión de la mujer en la vida política, la consagración de derechos hasta entonces postergados o concedidos a medias bajo la figura de la caridad.
Todos estos aspectos aparecen proyectados a nivel provincial a lo largo de la administración de tres gobernadores: Waldino Suárez (del 16/6/1946 al 8/2/1949), Juan Hugo Caésar (del 4/6/1949 al 4/6/1952) y Luis J. Cárcamo (del 4/6/1952 al 4/3/1955); y de tres intervenciones federales: Oscar Alfonso Aldrey (del 24/3/1945 al 16/6/1946), Dalmiro Adaro (del 8/2/1949 al 4/6/1949) y Ricardo Anzorena (del 4/3/1955 al 20/9/1955).
Las intervenciones de los dos primeros años no se ajustan al nuevo modelo que se incuba en torno a la figura de Perón y su gestión desde la Secretaría de Trabajo y Previsión. Por eso es que hacemos esta reseña a partir de la gestión de Aldrey, proveniente de las filas de la Unión Ferroviaria y consustanciado con la figura del activo coronel.
Hay que decir que ninguno de los tres gobernadores constitucionales completó el período para el que había sido elegido. Suárez y Cárcamo, porque no lograron sostener el apoyo de la conducción nacional, y Caésar porque la reforma constitucional de 1949 le obligaba a reducirlo.
Sea como sea, la obra de gobierno del justicialismo en Santa Fe fue relevante, aun cuando las secuelas de la Segunda Guerra Mundial limitaron la realización de grandes proyectos de infraestructura por la escasez de materiales e insumos. En este cúmulo de realizaciones se advierte una planificación central, amplia y a la vez pormenorizada, que, en muchos casos, convierte a los gobernadores en meros ejecutores de proyectos nacionales, como ocurrió con los dos planes quinquenales y con las líneas de acción de la Fundación Eva Perón. La intención de Waldino Suárez de remontar su propio Plan Trienal fue una de las causas de su distanciamiento con la conducción de Perón.
Contrariamente, el gobernador Cárcamo anunció con gran ceremonia ante ambas cámaras legislativas el 28 de diciembre de 1952, que los objetivos fundamentales del Segundo Plan Quinquenal de la Nación formaban parte central del plan de gobierno de la provincia para el quinquenio 1953–1957.
Por lo dicho, es preciso aclarar que en esta apretada, y seguramente incompleta síntesis, será difícil deslindar por momentos las realizaciones impulsadas desde la provincia y desde la nación, por lo que hemos preferido englobar todo el conjunto de obras bajo la autoría del justicialismo.
Estructura y organización del Estado
Con la idea de implementar su Plan Trienal, Suárez produjo un reordenamiento administrativo. Reestructuró las diversas áreas del Poder Ejecutivo, dándole categoría de ministerio a la Secretaría de Trabajo y Economía, por él creada. Se crearon también la Dirección de Informaciones, Prensa y Publicidad y la de Aeronáutica Provincial.
Durante los primeros 90 días de su administración, Caésar produjo reformas en la organización del gobierno, mientras la Legislatura aprobaba los decretos de la intervención de Adaro, entre los que figuraba una reorganización ministerial. El gobernador precisó cuáles organismos dependerían de cada ministerio y suspendió el funcionamiento de la Dirección de Cultura, creada por su antecesor. Formó en cambio las direcciones generales de Hidráulica y de Arquitectura y se centralizó en una Dirección General el mando de la policía de la provincia.
El gabinete ministerial pasó a componerse de cinco carteras: Gobierno y Culto, Hacienda y Economía, Justicia y Educación, Salud Pública y Bienestar Social, y Obras Públicas e Industria. Con la idea de optimizar el funcionamiento de la administración, Caésar procuró obtener el máximo rendimiento de funcionarios, empleados y obreros del Estado y obligó a quienes tuvieran la edad y antigüedad necesarias a jubilarse. Para descentralizar el funcionamiento de la Contaduría General de la Provincia y de la Dirección de Finanzas, dispuso el funcionamiento de una contaduría en la Dirección de Administración de cada ministerio.
El 22 de noviembre de 1949, el gobierno creó un Consejo Político–Económico para asesorar al Poder Ejecutivo, que lo integrarían miembros del gabinete y legisladores. Durante la gestión del gobernador Cárcamo quedó constituida una Comisión Económica Consultiva el 13 de noviembre de 1953. La integraban representantes del gobierno, de la Confederación General del Trabajo y de la Confederación General Económica.
La reforma de la Constitución Provincial de 1949, a la que nos referiremos por separado, introdujo cambios importantes en la estructura y el rol del Estado provincial, dándole atribuciones propias del modelo de bienestar que caracterizó a la Argentina durante el período que nos ocupa y que dio por superado el anterior esquema liberal individualista. Sus disposiciones se proyectaron en el dictado de una nueva Ley Orgánica de Tribunales y otra de Municipios y Comunas.
Dentro de su renovado rol, el Estado asumió una política redistributiva. Así lo dispuso la Ley de Expropiaciones del 14 de agosto de 1949 y otra del mismo mes por la que se autorizaba al Poder Ejecutivo a expropiar hasta 250.000 hectáreas en los departamentos Garay, San Javier y General Obligado, a los efectos de su subdivisión y venta a familias de agricultores. El proyecto incluía un plan de instalación de colonias pilotos con inmigrantes agricultores y artesanos, las que debían contar con escuelas rurales. También se estimularía la organización de cooperativas agrarias.
Educación
Durante la gobernación de Juan Hugo Caésar se transformó la estructura de gobierno del sistema educativo provincial. El antiguo Consejo General de Educación fue reemplazado por el Ministerio de Justicia y Educación, con lo cual se jerarquizaba el lugar que el área ocupaba en el organigrama del Estado.
El hecho sobresaliente en materia educativa lo constituyó la sanción de la Ley de Educación del 14 de agosto de 1949. Se reglamentaba la enseñanza en jardines de infantes, la escuela primaria, normal, técnico profesional y especial, siendo obligatoria la concurrencia a clases a partir de los 6 años y hasta completar el ciclo primario. El artículo 10 relacionaba a la escuela con el control de la salud de los niños. También se reconocía del derecho a practicar la enseñanza privada bajo el control estatal.
La enseñanza religiosa en las escuelas, orientada y controlada por el Estado, se impartió en la provincia entre 1943 y 1954, y estaba contemplada en el artículo 9 de la mencionada ley de educación. Hacia 1950 concurrían a estas clases un 97 % de los alumnos de la provincia y la impartían un 94 % de los maestros. Cuando se profundizó el enfrentamiento de la jerarquía eclesiástica con el gobierno justicialista, la enseñanza religiosa fue nuevamente suspendida en las escuelas del Estado.
En 1949 fueron creados los jardines de infantes en Santa Fe (ley nº 3.514). Para posibilitar su puesta en marcha se organizaron cursos acelerados de maestras jardineras, contándose con un primer plantel de 71 docentes. En 1950 se inició la labor de 14 jardines, con varias secciones cada uno. La formación sistemática de maestros para la enseñanza inicial se puso en marcha en las ciudades de Casilda y Coronda, considerados puntos estratégicos para cubrir las necesidades del norte, centro y sur.
También se propició la especialización de los maestros rurales, para que más allá de su formación normalista tradicional, poseyeran saberes provechosos para los alumnos del campo y poblaciones pequeñas. En un primer paso, en 1949 enviaron a diez maestras a especializarse en el Instituto Superior del Hogar Agrícola de Bolívar. El mismo interés se aplicó a la creación de grados diferenciales para niños con deficiencias mentales, según expresión de la época, y a la educación para adultos en escuelas nocturnas.
Monumento a la Bandera
El grandioso monumento en Rosario es obra de los arquitectos Ángel Guido y Alejandro Bustillo. Según sus creadores, simboliza la nave de la Patria surcando las aguas del mar de la eternidad en procura de un destino glorioso. El monumento se transformó en el hito urbano más sobresaliente de la ciudad y uno de los más relevantes de la provincia. Único en el mundo en su tipo.
Las necesidades edilicias de las escuelas públicas se pusieron de manifiesto especialmente en los barrios que iban extendiendo las geografías urbanas de las principales ciudades. El desplazamiento de buena parte de la población fuera de bulevares y sus consecuencias, era puesto de manifiesto por El Litoral en junio de 1954, ya que mientras la matrícula descendía en el centro, crecía en los barrios, haciendo insuficiente la cantidad de aulas en edificios nuevos, como la Escuela Drago de Santa Fe.
En 1949 se creó en Rosario el Instituto de Profesiones Técnicas, con las carreras de Publicidad y Ventas, Periodismo, Decoración de Interiores, Bibliotecología, Fotografía y Mecanografía. Se trataba de capacitaciones equivalentes al nivel secundario, o complementarias de este. En Santa Fe se creó también la carrera de Bibliotecología en 1952, dependiente de la Academia Provincial de Cultura y con sede en la Escuela nº 9 Juan José Paso. Ambos establecimientos constituyen el origen de los institutos superiores nº 18 y 12, de importante trayectoria en las dos ciudades.
Durante la gestión del gobernador Luis Cárcamo quedaron inaugurados los edificios de la Escuela de Comercio nº 3 de El Trébol, de la Escuela Primaria nº 417 de Tostado y de la Escuela Primaria nº 6 Mariano Moreno, del barrio Candioti de Santa Fe, entre otros.
Cultura
Durante la gestión del gobernador Suárez, el Archivo Histórico se trasladó a la casa que fuera del Brigadier General Estanislao López y quedó establecida la Dirección General de Cultura de la Provincia.
La creación de este organismo dio lugar a marchas y contramarchas. Establecida inicialmente por la ley 3.474 durante la gestión de Suárez, fue disuelta por su sucesor Caésar, aludiendo a fallas de fondo y de forma en sus fines y en su organización. Con la idea de reemplazarla por otra estructura acorde con los propósitos de su administración, Caésar creo una comisión interministerial ad honorem para que estudiaran y propusieran un proyecto.
Como resultado quedó constituida en diciembre de 1950 la Academia Provincial de Cultura, integrada por figuras relevantes a cargo de entidades culturales oficiales. De la Academia dependerían los museos de la provincia, el Archivo Histórico y las Bibliotecas Pedagógicas de Santa Fe y Rosario.
Una de las principales realizaciones del período en materia cultural fue la consolidación del Museo Etnográfico y Colonial, creado en 1941. Bajo la dirección de Agustín Zapata Gollan, la entidad había ocupado distintos locales, hasta que los positivos resultados de las excavaciones arqueológicas realizadas desde 1949 en el sitio donde se había levantado Santa Fe la Vieja, movieron al gobernador Caésar a dotarlo de un adecuado edificio construido al efecto. Fue inaugurado el 25 de mayo de 1952.
El año 1950 fue declarado Año Sanmartiniano por la Nación, al cumplirse el primer centenario del fallecimiento del prócer y la provincia adhirió a los actos generales y programó los propios, creando una comisión provincial para colaborar con la designada a nivel nacional en la preparación del programa de actos de homenajes.
Animado de un marcado espíritu nacionalista, el gobierno provincial instó a las comisiones de fomento a reemplazar los nombres extranjeros de su nomenclatura urbana, por otros que hicieran referencia a la historia argentina y santafesina.
Agustín Zapata Gollán
Zapata Gollan, imagen de su Cédula de Identidad. (Banco de imágenes Florian Paucke)
Nació y murió en la ciudad de Santa Fe (1895–1986).
En su juventud participó en las movilizaciones estudiantiles que impulsaron la Reforma Universitaria.
Doctorado en Ciencias Jurídicas, su figura adquirió relieve por sus estudios y trabajos para descubrir y poner en valor el asentamiento originario de la ciudad de Santa Fe, ubicado en lo que hoy es Cayastá.
Desde 1940 hasta 1986 dirigió el Departamento de Estudios Etnográficos y Coloniales de la provincia.
Como director del Museo Etnográfico y Colonial (creado en 1941), en el año 1948, a instancias del gobernador Waldino Suárez, proyectó e inició las excavaciones arqueológicas donde se había levantado Santa Fe la Vieja. Estos descubrimientos movieron al gobernador Caésar a dotar al Museo de un adecuado edificio, que fue inaugurado el 25 de mayo de 1952.
Infancia y ancianidad
Dos de las principales preocupaciones del justicialismo en el ejercicio del gobierno estuvieron dirigidas a la infancia y la ancianidad, aspectos contemplados específicamente en la Constitución de 1949. A la programación del Estado en esta materia se sumó la acción de la Fundación Eva Perón, dirigida personalmente por Eva Duarte. Desde esta organización se encararon dos proyectos de envergadura en la provincia de Santa Fe: el Hogar Escuela «Coronel Perón», de Granadero Baigorria, y el Hogar de Ancianos de Recreo.
El gobierno provincial apoyó tales iniciativas, dotándolas de los terrenos necesarios. Así informaba el gobernador Caésar en su Memoria de 1950, que se había promovido un juicio de más de un millón de pesos para la expropiación de terrenos situados sobre la ruta 11 en la localidad de Granadero Baigorria, en los que ya se había comenzado a construir un hospital para 300 camas y una escuela hogar con capacidad para 1.500 niños.
La Fundación Eva Perón incluyó entre sus acciones prioritarias la de dedicarse a la educación y formación de niños y niñas en situación de riesgo, diseñando la creación de un nuevo tipo de instituciones consagradas a la infancia institucionalizada: los hogares escuela. Como señala Jaqueline Attara: «Estos establecimientos modelos alojaron a niños y niñas de entre 4 a 16 años de edad, pupilos y semipupilos huérfanos o abandonados, de familias muy carenciadas o numerosas, de madres trabajadoras o solas». Fueron construidos a lo largo del país, uno por provincia.
Como exponente de las nuevas miradas de inclusión social, el Hogar «Coronel Perón» podía albergar un total de 1.200 niños, entre internos y externos. Contaba con 600 camas, 300 para el sector de las niñas y 300 para el sector de los niños. Galerías, ventanales, gran parque, salón de actos, roperías, lavadero, gran comedor, pileta de natación, componían el paisaje. Una testigo de la época (Eugenia Rojas) señala: «Los niños tenían camitas lindas, no de orfelinato, dormitorios amplios abiertos y en el centro había una alfombra de extremo a extremo. Todo estaba pintado con colores agradables, el comedor estaba pintado con dibujos infantiles».
Fue inaugurado el 22 de agosto de 1952 sobre la ruta nacional nº 11 en la localidad de Granadero Baigorria (anteriormente pueblo de Paganini), departamento Rosario. El lugar era de la mejor región agraria en los años treinta, pero que desde la década siguiente había vivido un sostenido desarrollo industrial. Considerado estratégico por el fácil acceso y comunicación que presentaba —constituía uno de los requisitos para su funcionamiento—, ya que impedía el aislamiento de los niños internados.
El 5 de julio de 1949, la provincia transfería al dominio de la Nación y con destino a la instalación de un hogar de ancianos, una fracción de cuarenta hectáreas de su propiedad, existente en el distrito Recreo. Los trabajos estaban avanzados cuando el 29 de enero de 1952, el diario El Litoral daba cuenta de sus progresos. Las fotografías muestran edificios que van tomando forma en el amplio predio, en el que se esperaba poner en funcionamiento un hogar para hombres que se llamaría «Juan Domingo Perón», y otro para mujeres, bajo la de nominación de «Eva Perón».
Las amplias y bien proyectadas instalaciones nunca se aplicaron a su objetivo inicial. Al producirse la Revolución Libertadora en 1955, se quiso ocultar la obra del justicialismo y pronto se decidió que las nuevas y modernas edificaciones serían destinadas al Centro Antituberculoso «Dr. Gumersindo Sayago», que por entonces funcionaba en instalaciones inapropiadas, en un ala del Hospital Iturraspe, sobre calle Paraguay. En tiempos del proceso, las autoridades de facto hicieron un intercambio de sedes entre el Hospital Sayago y el Liceo Militar General Belgrano, entidad que, recientemente, cedió el predio a la provincia para concentrarse en la antigua locación del Distrito Militar Santa Fe, sobre avenida Freyre.
Hospitales y salud
Los grandes hospitales de la provincia habían sido construidos y concebidos bajo el paradigma de la caridad, propia de la cultura individualista de la generación del 80. Las sociedades de beneficencia, constituidas especialmente por damas de la alta sociedad, eran las encargadas de administrarlos.
Con la llegada del justicialismo al poder y la consolidación del modelo de Estado de Bienestar, se priorizó el derecho a la salud de cada ciudadano, pero no se agregaron grandes hospitales a los ya existentes, aunque el Estado tomó a su cargo la administración de la salud desde el ministerio creado en 1941, primero en su tipo en el país. En Santa Fe continuaron siendo los más importantes el de Caridad (actual José María Cullen), el Iturraspe y el Italiano.
Una de las primeras realizaciones que en materia de salud llevó adelante el justicialismo en la provincia, la constituyen los Hospitales Policlínicos Ferroviarios, inaugurados en julio de 1944 en Rosario (con la presencia de Perón) y en Santa Fe, el 28 de abril de 1946. Se advierte en ello la fuerte influencia gremial de los obreros ferroviarios, representados en Santa Fe por el interventor Oscar Aldrey (Unión Ferroviaria). En el edificio habilitado para tal fin en la capital provincial había funcionado el Sanatorio Santa Fe, desde la década del treinta.
La intervención de los hospitales que administraban las sociedades de beneficencia de Santa Fe y Rosario, los que pasaron a llamarse «17 de octubre» y «Eva Perón», se consideró un ataque a las clases altas que conformaban dichas sociedades. Caésar dio al asunto otros alcances en su Mensaje a las Cámaras de 1950.
En enero de 1945, El Litoral había hecho notar el déficit existente en Santa Fe en cuanto a la atención integral de la salud infantil y la urgente necesidad de construir un hospital de niños. Consecuentemente, el 7 de diciembre de 1947 se inauguraba el Hospital de Niños de Santa Fe, con la presencia de la señora Eva Perón. Con sede sobre bulevar Gálvez, el hospital funcionó en el lugar hasta la década de 1990, cuando otro gobierno justicialista puso en funcionamiento su nueva sede en el barrio La Florida. El mismo día, Eva Perón y el gobernador Suárez dejaron inaugurado el Centro Antituberculoso que funcionó en un ala del Hospital Iturraspe, sobre calle Paraguay.
Por esa época se habilitó el Hospital Regional de Firmat, creándose escuelas de enfermeras (Rosario y capital), y se implementaron grandes campañas de vacunación.
Las deficiencias hospitalarias quedaron evidenciadas con los brotes de poliomielitis de mediados de 1951 y en marzo–abril de 1953. Allí la disponibilidad de camas y de pulmotores en los establecimientos especializados resultó insuficiente.
En marzo de 1954 se estaban retomando las obras para la construcción de un Hospital Policlínico Regional en terrenos fiscales existentes sobre la avenida J. J. Paso y calle 1º de Mayo, de la ciudad de Santa Fe. La obra prometía tener amplias y modernas instalaciones y era financiada por la Fundación Eva Perón. Sin embargo, el proyecto, que pudo haber sido el principal aporte hospitalario del justicialismo en Santa Fe, no prosperó, quedando en el olvido.
El Laboratorio Industrial Farmacéutico (LIF) de la provincia de Santa Fe y su historia
El 23 de mayo de 1946, durante el gobierno de Edelmiro J. Farrell se creó la Secretaría de Salud Pública. Posteriormente, tras la reforma constitucional de 1949, siendo presidente Juan Domingo Perón, por medio de la ley 13.529, el 7 de julio de 1949 se creó el Ministerio de Salud Pública, siendo designado Ramón Carrillo como primer titular.
Al influjo del ministro Carrillo se generaron políticas para instalar establecimientos que elaboraran medicamentos para la atención de la salud pública que proveían a las llamadas Farmacias Hospitalarias. Entre otros objetivos, estas entidades tenían como finalidad suplir la compra de fármacos al exterior en una política de sustitución de importaciones, esencial en la concepción política económica del peronismo.
En la provincia de Santa Fe, previamente se creó un organismo similar y el 17 de mayo de 1948, siendo gobernador de la provincia el Dr. Waldino Suárez y José María Bassó, presidente del Dpto. de Salud Pública de la Provincia, se designó al primer Jefe del Laboratorio de Comprimidos e Inyectables y demás preparaciones farmacéuticas, el farmacéutico Gustavo Spina.
Posteriormente, siendo gobernador de la provincia José María Vernet, se sanciona la ley 10.069, del 2 de julio de 1987, por la que se crea el Laboratorio Productor de Fármacos Medicinales, como continuación de aquel organismo estatal.
En el año 1989 el laboratorio deja de ser una división de la Dirección de Abastecimientos del Ministerio de Salud y pasa a tener el rango de Dirección General de Producción de Fármacos Medicinales, produciéndose importantes inversiones en equipamiento e infraestructura que le dan un perfil adecuado a las exigencias industriales, comenzando a tener un rol protagónico en el abastecimiento de medicamentos gratuitos para el Ministerio de Salud provincial.
Finalmente por ley 11.657 del 26 de noviembre de 1998, siendo gobernador el Ing. Jorge Obeid, se transforma al organismo en Sociedad del Estado bajo la denominación de Laboratorio Productor de Fármacos Medicinales Sociedad del Estado. Este adquiere su nombre actual en el año 2007, también bajo el gobierno del Ing. Obeid.
Hoy en día el Laboratorio Industrial Farmacéutico Sociedad del Estado es un referente nacional indiscutido dentro del grupo de laboratorios estatales.
Organización de la Justicia y colegiación profesional
Con la reforma constitucional de 1949, fue necesario dictar una nueva Carta Orgánica de Tribunales (ley 3.611/49). El Tribunal Superior de Justicia fue reemplazado por una Corte Suprema integrada por cinco ministros y un procurador general.
El Estado hizo suyo el proyecto alentado desde diversos ámbitos profesionales, dirigido a establecer la matriculación obligatoria de los profesionales. Este era un anhelo largamente acariciado por la Federación Argentina de Colegios de Abogados, al que se oponían sectores liberales que veían esta obligatoriedad como arbitraria. De esta forma, se crearon los colegios oficiales de abogados y de escribanos, aunque en este segundo caso, la norma fue anterior a la Ley Orgánica, ya que corresponde a 1948.
La ley 3.330 crea un Colegio Provincial de Escribanos con dos jurisdicciones, una en Santa Fe y otra en Rosario. En cambio, la Ley Orgánica de Tribunales contempla en el libro II, titulado Profesionales auxiliares de la Justicia, la existencia de dos colegios de abogados y dos de procuradores, organizados sobre la base de los que ya existían.
Durante la gestión de Caésar se dictaron, además de la Ley Orgánica de Tribunales, el Código de lo Contencioso Administrativo y la Ley de Enjuiciamiento de Magistrados, entre otras normas.
Los derechos políticos de la mujer
Dictada la ley 13.010 de 1947 referida a los derechos políticos de la mujer, la provincia se vio en la obligación de llevar adelante el empadronamiento femenino. De ello daba cuenta el gobernador Caésar en su mensaje de 1950, informando que la tarea estaba cumplida con éxito, para lo cual se había desplegado un importante procedimiento en las dependencias de la Dirección General del Registro Civil, «a raíz de lo cual —señalaba el gobernador— se puede aseverar que la provincia de Santa Fe, está entre las primeras en el cumplimiento de la tarea impuesta por la citada ley, que otorga derechos políticos a la mujer y que implica un avance legislativo, tan sustancial como justo».
Las elecciones del 11 de noviembre de 1951 fueron las primeras que incluyeron a las mujeres como votantes y como candidatas, llegando un importante número de ellas a formar parte de la Legislatura. Estas elecciones también trajeron la novedad de que, por primera vez, se votaba un presidente para un segundo mandato y también fueron las únicas en las que se votó un gobernador por un período de seis años, aunque esto último sería frustrado por una intervención nacional.
Si bien la reforma constitucional de 1949 fue derogada por decreto en 1956, las normas que permitieron el reconocimiento de los derechos políticos de la mujer fueron respetadas, aun cuando la participación femenina en los hechos sufrió una seria reducción, especialmente a causa de la proscripción del peronismo en la contienda electoral.
Obras viales
Los gobiernos justicialistas de las décadas del cuarenta y cincuenta no lograron un desarrollo relevante de las obras viales y las que se concretaron constituyen más bien una proyección de los programas encarados desde 1930. La Segunda Guerra Mundial y las dificultades internacionales de posguerra constituyeron serios inconvenientes para la adquisición de materiales, insumos y maquinarias, a lo que se sumó también la política proteccionista del gobierno nacional en materia de importaciones.
Hay que hacer notar que, mientras los gobiernos radicales de la década anterior buscaron competir con los ferrocarriles extranjeros y sus tarifas abusivas, trazando rutas paralelas a los rieles, la nacionalización ferroviaria implementada por el gobierno nacional hizo que se fomentara este medio de transporte, por lo que se podía retomar el plan de mejorar la red de caminos del interior de la provincia para extraer la producción y llevarla a los puertos y a las estaciones de trenes. Las vías troncales seguían siendo las rutas nacionales que comunicaban Santa Fe con Rosario (ruta nacional 11), Rosario con Buenos Aires (ruta nacional 9) y Santa Fe con Córdoba (ruta nacional 19).
El 23 de agosto de 1945, el diario El Orden se quejaba de la lentitud de las obras de pavimentación de la ruta 168 (en realidad ruta nº 1) en el tramo de San José del Rincón a Helvecia, cuando apenas se apreciaban trabajos de desmonte. Las quejas también se plantearon el 4 de febrero de 1948, a raíz de que las obras de pavimentación de la ruta 11 se habían paralizado durante los dos años anteriores. El periódico destacaba la importancia de esta ruta para las provincias litorales y aun para las comunicaciones internacionales con el Paraguay. Por su parte, El Litoral informaba el 23 de agosto que la Administración General de Vialidad Nacional había comunicado la continuidad de los trabajos en el tramo de San Justo a Reconquista, con una inversión de 93 millones de pesos.
Viviendas
En el gobierno de Waldino Suárez se pusieron en marcha proyectos habitacionales en coordinación con la Fundación Eva Perón, surgiendo en Santa Fe el barrio 4 de Junio, hoy Santa Rosa de Lima, inaugurado con la presencia de Perón en septiembre de 1948. El 8 de junio de 1950, El Litoral anunciaba la construcción de dos barrios de viviendas en Santa Fe y en Rosario, bajo la denominación de Evita y Perón. La financiación estaría a cargo del Banco Hipotecario Nacional, y en el caso de Santa Fe consistiría en 190 casas y 96 departamentos en monobloques. El barrio Evita estaría ubicado en terrenos expropiados en las proximidades de la extensión de la avenida Costanera. El barrio Perón, de Rosario, constaría de 107 casas y 117 departamentos y estaría emplazado sobre la avenida San Martín.
Tras una visita del gobernador Suárez a Buenos Aires, en agosto de 1948, se anunciaban inversiones por 45 millones de pesos en obras viales. Los proyectos incluían la pavimentación de diversos tramos sobre la ruta nacional 11, hasta Reconquista. Sobre la ruta nacional 34 se incluía la financiación del tramo Rafaela–Sunchales. Una nota de opinión del diario El Litoral de diciembre de ese año ponía de relieve la importancia de completar la pavimentación de esta ruta que une Rosario con Rafaela y Ceres y se proyecta a Santiago del Estero, Tucumán y Salta.
Hacia 1949 se encontraba en marcha un plan de obras viales que demandaría una inversión de 300 millones de pesos. Incluía la ruta de Venado Tuerto a Rufino, el acceso al puerto de Santa Fe y el de Emilia a la ruta 11. Se repararían los puentes sobre el Carcarañá, entre Cañada de Gómez y San José de la Esquina; sobre el arroyo Cañada de Gómez entre Carcarañá y Lucio V. López; sobre el Salado entre Esperanza e Iriondo, y sobre el Arroyo Pavón, entre Uranga y La Vanguardia. Las obras de mantenimiento también se proyectaban hacia el norte, sobre la ruta 11 todavía sin pavimento, y al Camino de la Costa.
Sin embargo, el 20 de agosto, El Orden reclamaba la continuidad de la obra de pavimentación de la ruta 11, detenida en San Justo, a la vez que se anunciaba la prolongación hacia el norte de la avenida costanera de Santa Fe. Los reclamos continuaron en diciembre, cuando la Federación Gremial de Comercio e Industria hacía notar que el pavimento de la ruta había llegado a San Justo en 1935, sin que se continuara hasta esa fecha, aun cuando las comunicaciones y el crecimiento económico de todo el norte de la provincia y del país reclamaban esta vía que permitiría un contacto ágil con el Paraguay. La entidad también reclamaba la construcción de un puente carretero sobre el Paraná, y la Unión Industrial de Santa Fe apoyó ambas solicitudes ese mismo mes en nota elevada al ministro nacional, el general Pistarini.
Cañada de Gómez, la ciudad que se llamó Evita
El 22 de junio de 1953 la ley provincial n° 4.394 le cambió el nombre a Cañada de Gómez, cabecera del departamento Iriondo, y la llamó Ciudad Evita. La iniciativa, aprobada por la Legislatura santafesina, provino de la diputada justicialista Romilda Montoya. Esta denominación duró hasta septiembre de 1955 en que la llamada Revolución Libertadora le devolvió el nombre original, mediante un decreto firmado por el teniente José Jaime Gómez, a cargo de la intendencia. También restableció los nombres de las calles Lavalle y Ocampo, que habían sido cambiados por Presidente Perón y Eva Perón respectivamente.
Desde Resistencia también se movilizaban con el mismo reclamo, y en abril de 1950 se anunciaba un congreso regional para impulsar la pavimentación de la ruta 11 entre San Justo y Clorinda, tal como se había hecho 12 años antes. Este congreso movilizó bastante a la prensa y El Litoral no dejó de ofrecer atenuantes a las críticas, enumerando los avances logrados en obras previas y las dificultades derivadas de la guerra y la economía internacional. A mediados de junio se ofrecían las conclusiones del Congreso y se anunciaban gestiones del gobierno provincial para lograr la continuidad de los trabajos.
A pesar de estos anuncios y de la realización de tareas en diversos tramos de la ruta, en septiembre de 1953 no se había avanzado con el pavimento más allá de San Justo, aunque El Litoral destacaba la continuidad del proyecto y la importancia que en el Segundo Plan Quinquenal se concedía al desarrollo de la red vial en el país.
Al finalizar el mandato de Caésar en 1952, se encontraban en plena ejecución 478 kilómetros de obras básicas completas; 238 de caminos pavimentados y 14 puentes.
Al caer el gobierno justicialista, la pavimentación de la ruta 11 quedaba inconclusa. En febrero de 1956 se reiteraban los reclamos para unir Vera con Reconquista, tramo final de las obras de construcción de la ruta, aunque ciudades como San Cristóbal habían quedado fuera del circuito. Restaría luego continuar los trabajos dentro de la provincia hasta el paralelo 28º.
Entre los proyectos que cristalizarían en el futuro, pero que tuvieron sus inicios durante la etapa justicialista, figura el de la construcción de un vínculo vial entre Santa Fe y Paraná. Hacia 1950 se presentaba desde el gobierno nacional una maqueta que reproducía el proyecto de un puente que uniría las dos ciudades. La idea del puente, largamente reclamada desde ambas provincias, comenzó a ser reemplazada por la de un túnel subfluvial a partir de 1954, encontrándose avanzados los estudios técnicos y cálculos de costos al momento de la caída del gobierno del general Perón.
Industria
En materia de apoyo al desarrollo industrial, la administración del gobernador Caésar estableció dos zonas de Planificación Industrial, dentro de la provincia. La primera correría entre Santa Fe y Esperanza, a lo largo de la ruta pavimentada con un ancho de dos kilómetros a cada lado de la ruta. La segunda estaría emplazada entre el arroyo San Lorenzo, el arroyo del Medio, el río Paraná y una línea que corría paralela a dos kilómetros al oeste del camino pavimentado. La ley facultaba al gobierno a expropiar las tierras necesarias y planificar la venta a las empresas que se inscribieran con intenciones de su radicación en la provincia.
Los establecimientos industriales que funcionaran en estos espacios gozarían de exenciones impositivas, créditos industriales, aportes de capital, y la posibilidad de adquirir terrenos estatales en proporción a sus necesidades fabriles y para la construcción de viviendas del personal.
Puertos
Durante los primeros años de la administración justicialista, la actividad de los puertos de la provincia fue mínima, debido a la guerra y sus secuelas. Todavía en 1949 era casi nula la entrada y salida de ultramarinos, a lo que se sumaba el aumento del tonelaje de los barcos de ultramar que, ya por entonces hacía poco operativo al puerto de Santa Fe. Es por ello que en 1950 se estaban realizando estudios técnicos, pero se sufría todavía la carestía de repuestos de fábrica para las maquinarias y equipos de dragado. Sin embargo, se había logrado mantener el calado de 11,8 pies en el canal de derivación de Santa Fe, profundidad que para esa época era aceptable.
El gobernador Caésar había encomendado en junio de 1949 al ingeniero Carlos Niklison la realización de un informe sobre los factores que habían incidido en la paralización de las actividades portuarias y las medidas conducentes para su reactivación. Aclaraba que cualquier propuesta debería ser coordinada con la nación, atendiendo a la proximidad del traspaso de los puertos de la provincia a esa jurisdicción.
Finalizado el año de 1950, la jurisdicción del puerto santafesino pasó de la provincia a la nación, conforme lo establecía una ley de 1904. Aquella antigua norma autorizaba al gobierno nacional a contratar con el de Santa Fe la construcción y explotación de la estación fluvial santafesina por un plazo de cuarenta años. Como el puerto inició su actividad a finales de 1910, el plazo se cumplió en diciembre de 1950, de manera que un decreto del 7 de mayo de 1951 confirmó la transferencia de jurisdicción.
El golpe de 1943 y Santa Fe
La prensa escrita de la época en la provincia dio amplia información del cambio de gobierno, sin que se pueda advertir una toma de posición clara en este momento inicial, dándose la particularidad de que esta información compartía las primeras planas con las noticias de la guerra, como venía aconteciendo.
El gobernador de Santa Fe, Argonz, fue informado de la situación ese mismo día, por el comandante del Regimiento 12 de Infantería, con asiento en la ciudad capital de la provincia, si bien se mantuvo, relativamente, en funciones desde ese día 4 hasta el 15 del mismo mes, en que el mencionado militar, teniente coronel Benito Oiz, ocupó la casa de gobierno provincial.
Entre la población se despertaron actitudes de diferente signo, aparecieron los sectores más vinculados a los partidos políticos tradicionales que tenían una reacción negativa frente al nuevo gobierno; pero también había una gran parte del pueblo que no se sentía representada por el gobierno conservador, y ahora estaba al menos expectante ante la posibilidad de cambios. Esta situación era notable en los dos principales centros urbanos de la provincia.
El día 26 asumió el interventor nacional Capitán de Navío Julio Cárrega, que en consonancia con el gobierno del presidente, general Ramírez, le dio un cierto tono nacionalista al desempeño de sus funciones y las del grupo de colaboradores inmediatos. Podemos decir que en ese momento se consolidó el golpe, llamado Revolución, del 4 de junio y en la provincia se comenzaron a visualizar con más claridad apoyos, sobre todo de algunos sectores de trabajadores y resistencias político–partidarias, y de algunos de los sindicatos.
Similares características tuvieron las intervenciones nacionales del ingeniero Miguel Argüelles y del coronel Arturo Saavedra, cambios que respondieron a luchas internas de poder y que poco tuvieron que ver con la realidad provincial. Se advertía, pese a ello, una profundización en la relación con los trabajadores, que orientaría el profundo cambio social que formaba parte del proyecto y una ampliación en el seguimiento de las obras públicas.
Aldrey, un ferroviario a cargo de la provincia
En este contexto asumió en Santa Fe como interventor un exferroviario, primera vez que un trabajador alcanzaba tan alto honor público. Se trataba de un admirador y seguidor confeso de Perón y así tuvo su gestión este matiz de actor independiente de los poderes tradicionales en los enfrentamientos laborales, resultando que los fallos a favor de los trabajadores, en los sindicatos que adherían a la gestión peronista y en los intervenidos, fueron generando una adhesión cada vez más clara, por coincidencia de intereses. Aparecía en el campo de lo concreto, el proyecto social inclusivo que la Revolución venía aplicando.
Conviene destacar la inclusión, en su gobierno, de Leandro Meiners, de vieja tradición radical, como ministro de Gobierno, que trajo a un numeroso grupo de colaboradores de ese origen, logró mantener buen diálogo con los políticos tradicionales de la provincia, y que además aportó al peronismo de la jurisdicción el concepto de democracia separado del de liberalismo.
Si bien existía en la provincia el Departamento Provincial del Trabajo, sus resoluciones habían venido siendo favorables a las patronales o en su caso, de carácter no vinculante, por lo cual resultaba inoperante. Ahora, se le comenzaba a dar un nuevo cariz, pero igualmente perdía rápidamente importancia por la aparición de las Delegaciones Regionales de Trabajo y Previsión Social, órgano nacional dependientes del coronel Perón y que hacía aplicar en todo el territorio del país, incluida nuestra provincia, las políticas laborales, económicas y sociales favorables a los trabajadores.
La visita de los coroneles Mercante y Perón, mentores de la promoción social de los trabajadores, a la ciudad de Rosario, anticipó el apoyo mutuo entre trabajadores y la gestión peronista, dando lugar a una manifestación numerosa, cuya característica sobresaliente fue la alegría. La segunda visita originó una concentración y acto en el estadio de Newell’s Old Boys, con el apoyo del pueblo trabajador, con una contundencia inesperada.
El 17 de octubre en Santa Fe
Los acontecimientos de esos días en nuestra provincia se vivieron de forma contradictoria. Algunos dirigentes obreros, como en Buenos Aires —y agrego, como siempre—, convocaron a la tranquilidad y expresaron que las manifestaciones y movilizaciones populares respondían a intereses ajenos a los trabajadores. Pero las bases hicieron fuerza para salir en defensa de Perón, que, en definitiva, entendían que era salir en defensa de las conquistas ya logradas, de un mañana con ciudadanía plena.
Llegaron comunicaciones de las últimas medidas tomadas desde Trabajo y Previsión por el coronel Perón, entre otras: un régimen de asociaciones profesionales ampliado, un incremento de salarios generalizado, la movilidad salarial para los sueldos básicos, apareció por primera vez el concepto de vital aplicado a los salarios, se anunció la participación en las ganancias empresariales. Todo esto, actos y actores, sumado a lo actuado en los dos años anteriores, merecía ser defendido.
La misma espontaneidad de las movilizaciones del 17 de octubre hizo que no se reproduzcan al mismo tiempo en todo el país, como hubiera ocurrido si fueran organizadas, pero a medida que pasaban las horas, los trabajadores en todas las ciudades de la provincia comenzaban a mostrar públicamente su efervescencia, y luego del discurso de Perón, emitido a las 24 horas del 17, y durante todo el 18, se concretaron paros y movilizaciones que se constituyeron en las mayores registradas hasta el momento.
En la capital provincial, los dirigentes que acompañaron las manifestaciones se ubicaron en los balcones de la casa de gobierno, pronunciando discursos en apoyo a Perón y cerró el acto el interventor Aldrey, quien supo que, como el presidente Farrell, aseguraba su permanencia en el cargo por su apoyo, como ferroviario que era, al líder de los trabajadores, el coronel Perón.
Los partidos políticos: reacomodamientos, rupturas y alianza luego del 17 de octubre en la provincia de Santa Fe
En Santa Fe, el peronismo se encauzó en los clubes de tiro, centros de captación de voluntades peronistas, los centros cívicos, sobre todo en el sur de la provincia, y por la acción de los organismos del gobierno nacional que hicieron pie en las provincias, como las Delegaciones de Trabajo y Previsión, que aplicaron la doctrina de Perón con respecto al resguardo de los derechos de los trabajadores. A todo esto se sumó el Partido Independiente, con asiento en Rosario.
También las delegaciones locales de las empresas públicas industriales, herederas de las empresas alemanas expropiadas al declararle la guerra el Eje, como las de servicio públicos, aún en manos del capital privado, pero con fuertes sindicatos con apoyo mutuo entre gobierno y trabajadores (transporte, luz, gas, combustibles, agua, cloacas), que se transformaron, sin necesidad de directivas al respecto, en órganos de propaganda permanente, por imperio de sus acciones.
No debemos olvidar el papel de las mujeres, aún sin derecho a voto, pero con una fuerte influencia sociocultural, que a partir de la visibilización pública de la figura de Evita, se fueron constituyendo en un importante apoyo.
Armando Antille: el paso del yrigoyenismo al peronismo o la continuidad de los ciclos históricos
Fue llamativo, tanto en Santa Fe como a nivel nacional, el encadenamiento entre el movimiento que encabezara Hipólito Yrigoyen y el que inició Perón. Muchos hombres que militaban en el radicalismo (tanto personalista como antipersonalista) pasaron a conformar el naciente peronismo. A través de la Unión Cívica Radical (Junta Renovadora), con nombres como Quijano, Molinari, y de FORJA (Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina), se insertó en la naciente corriente política, la mejor tradición nacional y democrática del partido de Alem e Yrigoyen. En el caso de nuestra provincia, uno de quienes realizó esa transición fue Armando Antille:
Nació en Helvecia en 1883.
Se recibió de abogado en la Universidad de Santa Fe y fue profesor en la misma.
Actuó en la Unión Cívica Radical, ocupando el Ministerio de Gobierno, Justicia y Culto en el gobierno de Mosca en 1920.
Fue convencional constituyente para la reforma de la Constitución provincial en 1920, diputado nacional en 1922 y senador nacional en 1924.
Asumió la defensa jurídica y política de Hipólito Yrigoyen, derrocado por el golpe de 1930.
Fue detenido en 1932 por supuesta complicidad con los levantamientos radicales de la década del 30.
En el año 1940 fue nuevamente elegido diputado nacional.
En el año 1945 se acercó al gobierno militar y fue designado ministro de Hacienda.
Fue precandidato por la Unión Cívica Radical Junta Renovadora a la vicepresidencia, siendo derrotado por Hortensio Quijano, quien fue el vicepresidente de Perón.
En el año 1946 es elegido senador nacional.
Falleció en 1954. Sus restos descansan en Helvecia.
La situación política en febrero de 1946
En Santa Fe, radicales y demócratas progresistas dominaban el panorama político santafesino. La posición se vio debilitada por el trasvasamiento de los radicales personalistas o yrigoyenistas en general y los que militaban en la Junta Renovadora en particular, que brindaron a la nueva propuesta política el núcleo más fuerte. Junto a ellos, los dirigentes laboristas relacionados con los gremios que adscribían a los mandatos de la Secretaría de Trabajo y Previsión, y el conjunto prácticamente total de los trabajadores nucleados en dichos sindicatos, militantes de las luchas por las conquistas laborales.
Grupos menores de militantes católicos, sobre todo en la capital provincial, y de los remanentes del nacionalismo imperante en el gobierno de la Revolución desde la época de la presidencia de Ramírez y sus interventores, con bastante arraigo en la provincia, también apoyaron a Perón.
Algunas figuras, que, como la de Meiners, ministro del interventor Aldrey, se destacaron por la prédica en contra de la oposición, que encaró desde su pertenencia al radicalismo y como integrante de la intervención en nuestra provincia, recogieron también voluntades en sectores medios.
En nuestra provincia, el proceso que siguió a las elecciones fue complicado. El Colegio Electoral eligió la fórmula Meiners–Pardal. Si bien ambos provenían del radicalismo, Leandro Meiners era impulsado por los laboristas y Pardal por el radicalismo (Junta Renovadora). El suicidio de Meiners, una semana antes de asumir, se produjo, según la carta que dejó, por el conflicto que le provocaba afrontar la tarea de gobernador y algunos problemas de salud que le impedirían desempeñarse a la altura del honor recibido. Perón, que se trasladó a Santa Fe ante este hecho, se declaró prescindente de la decisión que adopte el Colegio Electoral, que, vuelto a reunir, finalmente proclamó a la fórmula Waldino Suárez–Juan Pardal.
Suárez, que venía de grupos católicos, militaba en el laborismo y era un convencido de la importancia de sostener las autonomías provinciales, se transformó en el candidato de compromiso, y así se trató de mantener el equilibrio entre los grupos que integraban el peronismo naciente. Asumió el 16 de junio de 1946, luego de las demoras sufridas por el proceso.
Leandro S. Meiners
Nació en Esperanza en 1896.
De origen radical, fue candidato a la gobernación santafesina en las elecciones del 24 de febrero de 1946, concurriendo por la coalición entre la Unión Cívica Radical Junta Renovadora, el Partido Laborista y el Partido Independiente, siendo impulsado por los laboristas. Su compañero de fórmula fue Juan D. Pardal, propuesto por la Unión Cívica Radical Junta Renovadora.
La fórmula resultó elegida con el 55,91 % de los votos contra el 21,78 % de Luciano Molinas (Partido Demócrata Progresista), el 20,54 % de Eduardo Teisaire (Unión Cívica Radical), y el 1,77 % de Manuel María de Iriondo, (Unión Cívica Radical Unificada), según datos del diario El Litoral del 18 de marzo. Tres días después de la proclamación, dio a conocer a los medios de comunicación la composición de su futuro gabinete.
En la mañana del 17 de mayo de 1946, seis días después de haber sido proclamado gobernador electo, Meiners fue encontrado muerto en su casa de Buenos Aires. En una nota dejada decía: «No se culpe a nadie de mi muerte. No encontrándome en condiciones físicas para poder desempeñar el cargo de gobernador electo de Santa Fe y no queriendo defraudar al electorado, pongo fin a mi vida».
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