6. Transformaciones en el sistema educativo -cultural
JORGE RAÚL FERNÁNDEZ
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JORGE RAÚL FERNÁNDEZ
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Los gobiernos provinciales radicales se destacaron por una especial dedicación al sistema de educación media y superior, habiéndose encontrado con un ordenado régimen de escuelas primarias que sus antecesores habían construido en Santa Fe, pero cuya expansión consolidaron, como lo demuestra el hecho de que el número de establecimientos fiscales pasa de 365 en 1913 a 446 en 1915. En tal sentido, se dicta una ley para la construcción de 300 edificios escolares y se produce la creación de Escuelas Normales mixtas rurales en Casilda, Cañada de Gómez, Reconquista, Rafaela, Venado Tuerto y Villa Constitución, durante las gobernaciones de Menchaca y de Lehmann, instituciones claves en la formación de maestros preparados para la enseñanza de educandos del sector rural, razón por la cual la currícula de las mismas incluye el aprendizaje de tareas campestres, destinándose numerosas becas para facilitar los estudios mencionados. Además, durante la gobernación de Menchaca se funda la Escuela de mecánica agrícola en Rafaela, así como un consultorio agronómico para asesorar a los agricultores y granjas experimentales, como por ejemplo la de Villa Ocampo, actos que indican una política educativa tendiente a relacionar el sistema con las necesidades de capacitación que requería la estructura productiva santafesina. Durante la gestión de Lehmann, se concederán numerosas becas para facilitar los estudios antedichos, se continuará con la construcción de edificios escolares y la creación de instituciones de enseñanza media y se producirá también la creación del curso de Contadores de la Escuela de Comercio de Santa Fe, denominada luego Escuela de Comercio Domingo G. Silva. Siendo gobernador Mosca, se incrementarán los años de estudio de las escuelas normales y se producirán modificaciones en la educación primaria, destinados a orientar una parte de la misma hacia la enseñanza práctica y teniendo en cuenta las particularidades socio–económicas regionales, sin olvidar la creación de Escuelas de Artes y Oficios.
Otro importante aporte que se produce en el período de los gobiernos radicales es la creación de numerosas bibliotecas en el interior del territorio provincial para cumplir la importante misión de acercar los libros a los pobladores de los respectivos lugares y no sólo a los integrantes del sistema educativo formal, con la particularidad de que muchas de ellas estaban especializadas en temas agrícolas.
Durante el mandato de Mosca se inaugura el Museo Rosa Galisteo de Rodríguez, posteriormente Museo Provincial de Bellas Artes. También se crea la Biblioteca y Archivo Histórico del Gobierno, luego Archivo General de la Provincia, y la Biblioteca de la Cámara de Diputados, sin olvidar la creación del Museo Escolar de la ciudad de Santa Fe, durante la gobernación de Menchaca.
El 17 de octubre de 1919, el presidente Yrigoyen promulga la ley 10.861 de creación de la Universidad Nacional del Litoral, estableciendo un hito fundamental en la historia de la educación superior de la provincia. José Luis Pivetta, en su libro La Universidad del Río. Relecturas de la ley de creación de la UNL, define como héroe al joven diputado nacional que presenta el proyecto de creación: Jorge Raúl Rodríguez, concepto que compartimos. Ese héroe y esa ley tienen un recorrido previo que analizaremos brevemente.
En primer lugar, una ley provincial de 1868 autoriza un aula de Derecho en el ámbito del Colegio de la Inmaculada Concepción de la ciudad de Santa Fe, perteneciente a la orden de los jesuitas, a partir de la cual se incrementa la institucionalidad universitaria, al convertirse en Facultades Mayores. Sin embargo, una particular situación en ese colegio, que provoca su cierre temporario en 1864, deja prácticamente sin directivos ni sede a las mencionadas facultades, las que son administradas por un funcionario provincial para garantizar la terminación de los estudios de los que ya cursaban, situación que subsiste hasta 1886.
Durante la gestión del gobernador Gálvez, se crea una Universidad Provincial mediante ley promulgada el 16 de octubre de 1889. Continuidad de las Facultades Mayores señaladas en el punto anterior, también la presente Casa de Altos Estudios funciona en la sede del Colegio de la Inmaculada Concepción, comenzando a desarrollar sus actividades en el año académico 1890 y asumiendo José Gálvez el rectorado de la misma cuando termina su mandato de gobernador provincial. Su primera facultad es la de Derecho y Ciencias Sociales, transitando sus primeros años con el inconveniente de la falta de reconocimiento de los títulos fuera del territorio santafesino, que parece solucionarse cuando el gobierno nacional reconoce en 1909 la validez de los mismos en todo el país, cuestión que termina desconociendo un fallo de la Corte Suprema de Justicia de 1912. Mientras tanto, la Universidad Provincial aumenta su oferta educativa en los primeros años del siglo XX, incorporando las carreras de Farmacia, Obstetricia y Medicina, esta última en la ciudad de Rosario.
Ese fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, la sanción de la ley Sáenz Peña, la influencia del pensamiento religioso en la Universidad Provincial y el ambiente de época imperante, son elementos que se combinan para generar un clima de reclamo estudiantil para la creación de una universidad nacional, ya sea mediante la nacionalización de lo existente o por la creación de una nueva institución que adquiriera carácter regional y que modificara los criterios imperantes. Las movilizaciones cuentan con el apoyo de parte de la sociedad santafesina. En tal sentido, se constituyen diversas organizaciones para apoyar la iniciativa, tales como la que crean los estudiantes en 1912, presidida por Alejandro Gruning Rosas, o el Comité Pro–Universidad Nacional del Litoral, en 1916, donde aparece Manuel Menchaca, primer gobernador radical en Santa Fe, sin olvidar un petitorio con más de 500 firmas que se entrega al presidente Roque Sáenz Peña cuando visita Santa Fe o la entrevista que mantienen con Hipólito Yrigoyen los representantes de la Federación Universitaria del Litoral, constituida en 1918. La reforma universitaria de 1918 completa las condiciones para la creación de una universidad nacional en Santa Fe pero, al propio tiempo, condiciona positivamente su impronta.
Diversos proyectos se presentan en ambas cámaras del congreso nacional a partir de 1913, muchos de los cuales establecen la sede de la universidad en la ciudad de Rosario. Inicialmente, en el citado año, lo hacen los diputados Rafael Castillo, Estanislao Zeballos y Víctor Pesenti, pero luego continúan Lisandro de la Torre, Leopoldo Melo, Domingo Frugoni Zavala, Francisco Correa, Ovidio Lagos y Gustavo Martínez Zuviría, sin olvidar los presentados por los senadores Joaquín V. González y Pedro Echagüe. En agosto de 1917, Jorge Raúl Rodríguez introduce su primer proyecto que contempla cinco facultades, una de Derecho en Santa Fe, una de Agricultura en Casilda y las de Matemáticas, Ciencias Económicas y Medicina en Rosario.
Finalmente, tomando los requerimientos de los legisladores de Entre Ríos y Corrientes, el diputado Rodríguez presenta en 1916 el proyecto que finalmente será aprobado el 27 de agosto en Diputados y el 27 de septiembre en el Senado, siendo promulgada la norma por el presidente Yrigoyen el 17 de octubre.
Con sede en la ciudad de Santa Fe, la Universidad Nacional del Litoral se crea absorbiendo instituciones preexistentes. En la capital provincial se prevé la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, sobre la base de la Facultad de Derecho de la Universidad Provincial, y la de Química Industrial y Agrícola, a partir de la Escuela Industrial Nacional, creada en 1909; en la ciudad de Rosario, la Facultad de Medicina mediante la Escuela de Medicina y el Hospital Centenario, la de Ciencias Económicas, Comerciales y Políticas desde la Escuela de Comercio Nacional, y la de Ciencias, Matemáticas, Físicas y Naturales, a partir de la Escuela Industrial Nacional; en Paraná, la Facultad de Ciencias Económicas y Educacionales, sobre la base de la Escuela Normal de la capital de Entre Ríos; y en Corrientes, la Facultad de Agricultura, Ganadería, Industria y afines, desde la Escuela de Agricultura provincial.
En el mes de mayo de 1920 comienza el proceso de organización, que contempla la transferencia a la Nación de las instituciones educativas preexistentes como cuestión central y su reorganización en la nueva estructura. Las autoridades de la provincia de Santa Fe lo hacen mediante la ley 2031, firmando el gobernador Mosca el acta de traspaso de la unidades académicas de la disuelta Universidad Provincial el 18 de abril de 1922. En el mismo año se aprueba el Estatuto de la nueva Casa de Altos Estudios, la que adquiere la institucionalidad plena, siendo designado en 1923 como primer rector de la misma Pedro E. Martínez.
El primer antecedente de la fundación de LT9 Radio Roca Soler se remonta al año 1921, pocos meses después de la conocida primera transmisión radial del país, realizada por «Los locos de la azotea» el 27 de agosto de 1920 en los altos del Teatro Coliseo en Buenos Aires.
Alfredo Roca Soler e Isidoro Fretitta, a quienes podemos hoy colocarles el rótulo de emprendedores, fabricaron a partir de conocimientos iniciales adquiridos en Buenos Aires, un transmisor de radio. Realizaban con él pruebas desde un altillo de calle San Martín y Tucumán, ocasiones que generaban no mucho más que la curiosidad de los vecinos de una Santa Fe que por esos días contaba alrededor de 70.000 habitantes. Era esa una ciudad que aún no sufría los avatares de la crisis del 30, alrededor del 30 % de sus habitantes eran extranjeros y se disponía en los próximos años a comenzar obras que denotan una marcada decisión por crecer: la construcción del Puente Colgante (1924) y del Rectorado de la UNL (1926), por citar los ejemplos más claros. LT9 forma parte de esa transformación.
Hecha la contextualización de época, situémonos ahora en el día 14 de septiembre de 1923: la pelea de box entre Jack Dempsey y Luis Ángel Firpo acaparaba la atención de todo el país y sería Roca Soler el que traería las alternativas del combate realizado en Nueva York a nuestra ciudad, aplicando su experimentación previa, al colocar parlantes en la fachada del novel diario El Litoral. El exitoso evento público convencería a Roca Soler de la sustentabilidad técnica del nuevo sistema de comunicación y el próximo paso sería concretar la concesión de la licencia oficial, que llegaría el 24 de junio de 1924 bajo la denominación inicial de F1. Con una longitud de onda inicial de trescientos metros y transmitiendo inicialmente entre las 17:30 y las 19, Alfredo Roca Soler le daría al interior del país la primera emisora autorizada, que se sumaba a las cuatro ya existentes en Buenos Aires.
A contramano de la historia de la mayoría de los medios de comunicación del país, LT9 no surgiría desde un espacio político determinado ni como una tribuna de doctrina. Su carácter netamente empresarial nace del perfil de su fundador, quien poco a poco amplió el horario de transmisión de su emisora, conformando una programación que se apoyaba en la difusión de música en vivo, tango fundamentalmente. La estructura organizativa de la radio fue ganando en volumen: Roca Soler pasó de ser a la vez director, operador, disc jockey, ejecutante de pianola y locutor, a contratar voces rentadas que producían un radioteatro. La venta de publicidad le otorgó un crecimiento sostenido, le permitió mudarse a un local más amplio en calle 9 de julio y Tucumán, y contar también con una planta transmisora en un predio en Santo Tomé. La señal definitiva de LT9 le fue otorgada el 6 de abril de 1931 y reemplazó así a la anterior: LV6.
Los próximos hitos destacables de la radio serían la mudanza en 1940 a un local en calle Rivadavia 2849, junto al Cine Colón —hoy Centro Cultural ATE Casa España—, contando allí con una sala para realizar transmisiones con público masivo.
Alfredo Roca Soler se mantuvo al frente de la empresa hasta su muerte el 11 de diciembre 1950, hecho que marcó primero la asunción de su hermano José Roca Soler como director y poco después, en 1951, la compra de la licencia por parte de la Editorial Haynes, concesionaria en Buenos Aires de Radio El Mundo. En tanto, en 1958, un nuevo llamado a licitación fue ganado por el grupo local Boisa, Bobbio y Savio, que instaló la emisora en San Martín 2685, bajo la denominación de L.T.9 Santa Fe.
El emplazamiento en su actual ubicación, calle 4 de enero 2153, se daría el 1° de marzo de 1970, bajo la tutela de la empresa Ondafe S.A., que llevó adelante la construcción de un edificio de tres pisos especialmente construido para albergar una radio, un hito de alcance continental. A través de las décadas posteriores, la radio experimentaría diferentes cambios en su conformación accionaria, los cuales permitieron a la emisora acompañar los cambios tecnológicos y de formatos experimentados en la industria de la comunicación, y a la ciudad de Santa Fe afirmar hasta hoy con orgullo que es sede de la primera radio del interior del país, tal como el emprendedor, operador, disc jockey, ejecutante de pianola y locutor, Alfredo Roca Soler se animó a soñar.