Carlos José CATTANEO -"Cabezón"
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Editorial EL PERISCOPIO - Libre de reproducirse con mención de fuente
Nació en Reconquista el 27 de noviembre de 1951. Carlitos era hijo de don Carlos y de Carmen Benítez. Cursó los primeros aprendizajes en la Escuela Normal Nº 3. Los estudios secundarios fueron en la Escuela Nacional de Comercio de su ciudad donde se recibió de perito mercantil en 1969. Al año siguiente partió a Rosario donde comenzó la carrera de Medicina aprobando el ingreso, peleando con dos materias filtro: Anatomía e Histología. Vivirá en la ciudad del sur compartiendo la vivienda que alquiló con Edgardo Alonso, Tito Azulay, Alberto Wilhelem, Mario Salami, el Pelado Maldansky, en estadías irregulares. Su mama apoyándolo consiguió las respectivas garantías.
Esta convivencia, en la que no faltaron incontables guitarreadas ya que músicos sobraban, en determinado momento se disolverá y Carlitos se irá a vivir a una pensión. Allí conocerá a una estudiante de Enfermería universitaria que había venido desde Rafael Obligado (Buenos Aires) con la que se unirá en amores: Amalia Antonini. Luego Amalia se va a otra pensión y él a la Casa del Estudiante, lugar regenteado por la Facultad y el Centro de Estudiantes Se casarán allí en Rosario el 18 de septiembre de 1972 y de ese vínculo nacerá su hijo Aníbal en el año 1975
En 1972 el servicio militar obligatorio en la Marina lo obliga interrumpir su carrera universitaria. Por estar casado estará sólo algunos meses bajo bandera, no retomando el estudio y volviendo al norte.
Desde 1973 hasta fines del 75 su derrotero lo llevó hacia varias labore estuvo en el Chaco por meses, volvió como empleado bancario en el Hipotecario sucursal Reconquista, aprendió teatro, fue caricaturista, tocaba la guitarra y además trabajó escaso tiempo como albañil. Después en afanosa militancia se marchó a Santa Fe.
Pero una de sus habilidades más elocuentes fue la de ser dibujante, trabajando en el Instituto de Cultura Popular (Incupo) y en el periódico “Edición 4” editado en Reconquista. "El Cabezón era dibujante del periódico "Inquietudes Estudiantiles" que teníamos en la Escuela de Comercio, lo hacíamos entre muchos compañeros. Una vez nos censuraron y nos quitaron todos los números. Él tenía la página cómica" retrocede en el tiempo su amigo Alberto Wilhelem.
Carlitos era alegre con una personalidad fogosa, impulsiva y muchas veces contradictoria en esos años vertiginosos de los 70.
"Era un tipo muy vital, dinámico, con una alegría de vivir, contando chistes de todo tipo, vivia acelerado, estudiando, trabajando, todos vivíamos así, con una actividad politica que la hacíamos de manera no profesional ni full time, si bien estábamos mentalizados". (Alberto Wilhelem).
En esa tempestad, quien hasta meses antes del infortunio vivía en su ciudad, decidió tomar como opción de vida la militancia política tras el anhelo de la revolución. Cambiar el mundo, buscar una sociedad más justa. A cualquier precio. Aún al que se llevó su vida. Militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores, el brazo político del Ejército Revolucionario del Pueblo.
El 27 de febrero de 1976 fue muerto en Santa Fe, en una persecución de efectivos de la Policía y el Ejército. El golpe militar estaba en marcha, los militares controlaban ya en gran parte la calle.
El ya desaparecido matutino "Nuevo Diario" en su edición del sábado 28 de febrero de 1976 informaba que las "fuerzas de seguridad locales desplegaron en el día de ayer, una actividad pocas veces vistas en distintas zonas de la ciudad, lo que, por supuesto provocó la lógica curiosidad de los vecinos y conmocionó las barriadas donde ese accionar culminó con intensos tiroteos y tuvo como epilogo la muerte de dos personas, varios heridos y detenidos”. "Los vecinos que viven en las manzanas comprendidas entre avenida Freyre, San Lorenzo, Primera Junta, Tucumán y Rioja, tuvieron oportunidad de vivir momentos similares a los ocurridos en cualquier guerra. Tal fue el despliegue de fuerzas policiales, del ejército, corridas, explosión de granadas el tartamudeante lenguaje de las ametralladoras".
En esta cacería represiva fueron asesinados Cattáneo y Fernando Lucio López y resultaron heridos María Inés Gutiérrez, de Reconquista, Eusebio Cabral y Carlos Courault, los dos de Santa Fe.
Texto extractado de “Solo digo compañeros” de Raúl Borsatti>
Aníbal Cattáneo: "TENGO DERECHO A SABER QUÉ PASÓ"
Aníbal, hijo de Carlos, fue testigo en el juicio por su asesinato.
“Me encantaría completar la información de quién era mi papá, pero lamentablemente no lo conocí”, respondió Aníbal. “Para mí significó justamente esa falta. Una falta enorme, cualquiera que no haya tenido padre lo entiende. Así que en lo afectivo fue un golpazo. Hoy como padre de una nena y un nene me doy cuenta. Realmente me hizo falta toda la vida. Me doy cuenta de eso ahora, 47 años después. En lo emocional, un golpe durísimo”.
“No tener un guía, un padre, es muy difícil”, dijo Aníbal. “Las cosas no son sencillas. Las dificultades económicas, como cualquiera que pierde uno de los soportes de la familia. Convivir con personas que habían sido afectadas en forma directa como mi madre. Muchos problemas, pero sobre todo el vacío”.
En la infancia y en la adolescencia, la falta del padre significó también “la falta de respuestas”. “De no estar seguro en qué circunstancias” lo mataron. “Muchos años, mucha bronca” por la pérdida. “Por no poder ni siquiera poner una cara a esas personas. Me refiero a los matadores”, expresó Aníbal. “No vengo acá con ánimo de revancha. No es lo que quiero. Vengo por mis hijos. Con ganas de que se haga justicia, lenta, pero justicia”.
“Durante muchos años escuché que mi padre era un terrorista y con eso no se vive fácil”. En el trato con sus compañeros, algunos comentan lo que escuchaban en sus casas acerca del hijo de… “La verdad es que había un prejuicio muy grande. Y eso fue un choque muy grande” con otros pibes, en una ciudad chica como Reconquista, atravesada por la dictadura.
–¿Qué recuerda de su padre? –le preguntó el fiscal Martín Suárez Faisal.
–Tengo entendido que me vio un día antes de su fallecimiento (en un encuentro en Paraná). Lo único que me queda de él no es una imagen. Es la sensación de un abrazo. Para mí, era un tipo amoroso, que quería al hijo que trajo al mundo.
Textos: JUAN CARLOS TIZZIANI – Rosario 12
Los responsables de su asesinato fueron juzgados y condenados en la causa Militantes del PRT
Precisamente en 1973 donde la apertura democrática abrió posibilidades para el cine social y político, participó junto a un grupo de actores de Reconquista en la filmación de la película "Quebracho" dirigida por Ricardo Wulicher, rodada en parte en Villa Guillermina. Una escena del film, una asamblea obrera, mantiene hoy la figura viva del Cabezón. Fue estrenada en Buenos Aires el 16 de mayo de 1974.