Ignacio IKONICOFF
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Ikonicoff nació en 1941 octubre 25 en Hersilia, un pueblo al noroeste de la Provincia de Santa Fe. Realizó parte de sus estudios de Ciencias Físicas en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y los completó en la Universidad de La Sorbona, París, Francia, donde se graduó con medalla de oro como Doctor Honoris Causa. En 1968, publicó en la editorial Centro Editor de América Latina (CEAL) un libro titulado “La crisis de la ciencia”. Integró también la Comisión Argentina para el Desarrollo de las Ciencias Exactas, representando al país internacionalmente.
Luego de su regreso de Francia pasó a formar parte del Consejo de Dirección de una revista científica que, mezclando la ciencia con las políticas revolucionarias, marcó época en su campo. Nacida en abril 1970, “Ciencia Nueva” fue el lugar de reunión, opinión y trabajo de una buena parte de los científicos comprometidos políticamente, la mayoría de los cuales terminaron desarrollando su militancia en los sectores más combativos del peronismo.
Entre las amistades que Ikonicoff forjó en el mundo del periodismo, destacó el vínculo con Rafael Perrota, dueño del diario El Cronista Comercial y posteriormente víctima de secuestro y desaparición forzada en 1977. Hacia 1971, cuando ya había dejado de militar en el Movimiento de Liberación Nacional (MLN o "MALENA"), que fue el lugar de su formación política e intelectual, Ikonicoff conoció a quien sería su esposa y compañera de militancia, la periodista María Bedoian. Ambos se suman a la organización de origen marxista-guevarista Comandos Populares de Liberación (CPL).
En 1972 Ikonicoff militaba también en el Comité de Lucha de Prensa y la Lista Marrón del gremio de Prensa, en el Foro Buenos Aires por los Derechos Humanos y en el Movimiento Nacional contra la Represión y la Tortura (MNRT), una organización dedicada a la defensa de los presos políticos ligada al Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP). En marzo de ese año fue arrestado bajo falsos cargos de portación de armas de fuego, vehículo robado y “material de propaganda política”. Durante su detención fue sometido a torturas que luego denunció penalmente y que fueron hechas de conocimiento público a través de una nota aparecida en la revista Primera Plana. Representantes de la dictadura militar le ofrecieron levantarle la causa si se retractaba de las acusaciones de torturas que figuraban en su testimonio. Ante su negativa, fue condenado a tres años de prisión por un tribunal militar y enviado al Penal de alta seguridad de Rawson, Chubut.
Desde allí, en enero de 1973, le escribió una carta a su abogada Mirta Favris que, al ser recopilada y publicada por María Bedoain y Vicente Zito Lema en la revista Crisis, le dio notoriedad nacional e internacional como “el científico poeta”. En 1973 fue trasladado a la Cárcel de Villa Devoto, Ciudad de Buenos Aires, y en el pabellón de los presos políticos de las organizaciones armadas de menor tamaño conoció a Haroldo Logiurato y Hector Bellingeri. Prontamente pasó a formar parte de los grupos de estudio y formación política encuadrados dentro de la visión del peronismo revolucionario que estos dos militantes organizaban, estableciendo así una amistad -especialmente con Logiurato- que los uniría en su trayectoria política posterior.
El 16 de mayo de 1973 fue liberado, pero por voluntad propia decidió regresar a la cárcel argumentando que “salimos todos o no sale nadie”, cosa que sucedió días después, el 25 de mayo con la amnistía del presidente Cámpora.
Entre 1973 y 1974 los CPL debatieron el acercamiento con el peronismo revolucionario y su incorporación a Montoneros, organización con la cual una buena parte de los miembros de los CPL Buenos Aires se terminaría fusionando. Ikonicoff y Bedoain se sumaron brevemente a esta iniciativa. En ese momento, Ikonicoff pasó a colaborar con el diario Noticias, vinculado a la estructura de prensa de Montoneros.
Hacia fines de 1974 o principios de 1975, Ikonicoff se sumó junto a Bedoain al proyecto del Partido Revolucionario de los Obreros Argentinos (PROA). Pronto asumió responsabilidades en la conducción y, a mediados de 1975, junto a Eduardo L. Duhalde, mantuvo reuniones con altos cuadros de otras organizaciones armadas para sumarlos al proyecto PROA, tal es el caso del Ejército de Liberación 22 de Agosto, ex ERP 22 de Agosto. Después del Golpe de Estado de 1976 marzo 24, por un acuerdo entre PROA, PRT-ERP, Montoneros y el Partido Comunista Marxista Leninista (PCML), se creó la Comisión Argentina de Derechos Humanos (CADHU), a la cual se sumaron también Ikonicoff y Bedoain. El PROA delegó en Ikonicoff -que por entonces era ya dirigente de la Coordinadora de Prensa en la Resistencia- la responsabilidad de la CADHU en la Argentina, centralizando la información recibida del PRT-ERP y Montoneros a través de sus respectivos nexos. Su familia paterna le ofreció los contactos necesarios para marchar al exilio, ofrecimiento éste que fue rechazado.
A medida que la represión se acentuó sobre las y los militantes de la CADHU y el PROA, el Partido decidió organizar una reunión plenaria para determinar el rumbo a seguir por la CADHU en Argentina y también para organizar la salida del país de sus tres máximos dirigentes todavía en el territorio: Logiurato, Bellingeri e Ikonicoff. El encuentro iba a tener lugar el 12 de junio de 1977 en una casa-quinta que el PROA había comprado en Montesquieu y General Justo José de Urquiza, barrio de La Capilla de Fátima, Marcos Paz, Provincia de Buenos Aires. La casa-quinta, donde ya vivían de manera permanente Bellingeri y temporariamente varios militantes del PROA, se hallaba bajo vigilancia del Ejército y la Policía de Provincia de Buenos Aires. El sábado 11 a la madrugada, la patota cayó en la casa y atacó a quienes estaban allí: Bellingeri, Arias, Ikonikoff y Veinstein, según pudieron reconstruir. La masacre duró todo el fin de semana, con el secuestro de otros integrantes que llegaron esos días a la casa en dos autos: Haroldo Logiurato, su hijo Fabián de 15 años, su hermano Luis y su compañera Galetti en uno; en otro José Voloch. Los hechos ocurridos ese fin de semana se conocieron como la "Masacre de Marcos Paz".
En 1977 julio, desconociendo la recuperación de la hija por parte de la familia paterna y bajo el titulo “Que aparezcan vivos Haroldo Logiurato, Liliana Galletti, Ignacio Ikonicoff, María Bedoian” la CADHU España publicó una extensa denuncia sobre su secuestro y el de su esposa e hija, acompañadola de sus antecedentes y un llamamiento a la comunidad internacional exhortándola a tomar acción urgente bajo la convicción de que todavía era posible salvar sus vidas. A los pocos días de los hechos de Marcos Paz la familia Ikonicoff recibió dos llamadas anónimas exigiendo dinero por su aparición con vida. En marzo de 1979, con casi dos años de retraso, el Ministerio del Interior contestó una carta de la familia solicitando información sobre Ignacio, respondiendo que no había novedades sobre su paradero.
Su memoria es recordada por la Asociación Física Argentina, en su página web oficial
45 años después de la matanza, los propietarios de la casa donde tuvo lugar la Masacre de Marcos Paz la cedieron a hijos e hijas de aquellos militantes, quienes se preparan para convertirla en un “espacio que resguarde y mantenga viva la memoria”.
Los responsables de su secuestro y desaparición son juzgados en la causa “Pozo de Banfield-Pozo de Quilmes-El Infierno de Avellaneda”, en curso en 2023