Emma Beatriz CABRAL « Pelusa »
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Editorial EL PERISCOPIO - Libre de reproducirse con mención de fuente
Nacida en Reconquista el 16 de junio de 1948. Hija del enfermero universitario Enrique Carlos Cabral y la docente Delfina Pividori. En el Colegio San José y luego en la Escuela Normal No 3 "Juan B. Alberdi" se instruirá con el ciclo primario educativo. La fase secundaria será continuada en esta última escuela, de donde egresará como maestra normal en 1966.
En su etapa adolescente Pelusa, bella mujer, participa como princesa en octubre de 1963 en la fiesta de la colectividad española de Reconquista. Su primera mirada y gestos juveniles en política fueron para adherir afectivamente a la Unión Cívica Radical, partido en etapa de apabullamiento tras la caída del presidente Illía y frente a una creciente movilización social.
Terminados los estudios medios se marchó a formarse al Centro de Rehabilitación del Lisiado, en Buenos Aires, que dependía del Ministerio de Salud. Allí durante tres años (1967,68,69) se capacita para obtener una profesión: terapista ocupacional. Será también un espacio para el diálogo y la discusión política con sus compañeros de curso. Allí no sólo con estudiantes argentinos sino también de otros países latinoamericanos: Colombia, Panamá, etc. En ese lugar absorberá la pasión política de los nutriéndose de las ideas que irán desembocando en el peronismo revolucionario.
Luego de recibirse se viene a su ciudad natal para trabajar, con su profesión, en el Hospital Central. Será en ese mismo lugar de trabajo donde en un gran gesto adopta una niña. También cumplirá labores en la entonces reciente Escuela Diferencial.
Pelusa visitará asiduamente el Barrio La Cortada, lugar emblemático en esos años si alguien quería caminar con la pobreza. En 1971 participa de un Campamento Universitario del Trabajo, que se realiza en Salta. Se casa con Reinaldo Zapata , en cuya unión nacerá en 1976 su hija Amalia Susana.
En el Chaco le es asignada la responsabilidad de trabajar sobre los profesionales, para acercar a los posibles simpatizantes o colaboradores. Según cuentan sus compañeros, Cabral era respetada y tenía buena percepción de la dura realidad del 76, previendo que, caídas tras caídas de compañeros, la debacle llegaba más temprano que tarde. Objetando el exitismo de otros. Quienes conocieron a la pareja recuerdan a Emma como “una tipaza”, con una gran capacidad y claridad en sus análisis políticos. “Era muy reflexiva, tenía una visión muy crítica del despliegue que estaban haciendo las Fuerzas Armadas, al estilo de lo que después va a decir la carta de Rodolfo Walsh”.
Esos mismos compañeros de militancia sostienen que fue secuestrada en Corrientes en la primera quincena de noviembre de 1976. Su hija le fue confiada a su hermana Edelmira. Días antes le había regalado a una de sus compañeras una estampita de Santa Catalina “... para que te proteja de la muerte...”, le había dicho.
Mientras tanto, su mamá Delfina, durante muchos días mirará si por debajo de la puerta de calle no deslizaban alguna carta o esquela de su hija para explicarse cómo estaba. Recién siete años después un ex detenido político, al venir contó que a fines del 76, en algún momento vio a Pelusa detenida en la Investigaciones de Resistencia. Fue como un balde de agua fría: ella creía que su hija había huido y nadie en este largo tiempo le dio algún indicio de la penosa verdad. Su enojo con el entorno familiar fue muy fuerte.
Su nombre se agregó a la lista de la Masacre de Margarita Belén, porque estuvo detenida de manera ilegal en la Brigada de Investigaciones de Resistencia y allí fue vista hasta esa fecha. Los registros “oficiales” confirman que un cuerpo de mujer fue reconocido como NN por el médico que firmó las actas de defunción.
En el año 2007 el Equipo Argentino de Antropología Forense corrobora la identidad de Emma por medio de las huellas dactilares que habían sido registradas en dicha documentación. Su cuerpo fue exhumado e identificado en 2009 por resolución del Juzgado Federal de Resistencia
Elaborado con textos publicados en “Solo digo compañeros” de Raúl Borsatti, donde se puede contar con más desarrollo de información
Su memoria es recordada en placas colectivas colocadas en el Hospital central de Reconquista y en la FBCB-UNL (Carrera de Terapia Ocupacional)
Los responsables de su secuestro y desaparición fueron juzgados y condenados en la causa Margarita Belen