Alicia Raquel BURDISSO « Pochi »
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Editorial EL PERISCOPIO - Libre de reproducirse con mención de fuente
Alicia nació en El Trébol (Santa Fe) el 8 de marzo de 1952. Allí realizó sus estudios primarios y secundarios. Era hija de José Burdisso y Dora Rolotto. Su madre murió cuando ella tenía apenas cuatro años y fue criada por una tía, Cecilia Rolotto de Páez, hermana de su mamá. Desde muy chica se inclinó hacia la lectura, amaba los libros, quizás mucho más que otros chicos de su edad. “Era una chica alegre, muy simple” “Cuándo yo iba a su casa, en vez de jugar mirábamos los libros de la biblioteca de su tía. “Vení, vení; vamos a mirar que dicen los libros”, invitaba cuando surgía algún tema que pudiera consultarse en ellos.” Cuentan sus amigos de infancia y adolescencia.
Era una chica inteligente e inquieta y colaboraba en el periódico “Semana Gráfica”, en el que también colaboraba Carlitos Bosso, y donde los jóvenes del pueblo expresaban sus opiniones políticas.
En 1969, terminó el secundario y se trasladó a la ciudad de Tucumán para continuar sus estudios universitarios. Inicialmente se inscribió en las carreras de Periodismo, dónde su prima Mirta Páez era docente y en Bioquímica, pero luego decidió concentrarse en la carrera de Letras; ya que no tenía tiempo para estudiar dos carreras, la militancia y el trabajo. Cursaba el 2do año de Letras y era empleada pública cuando a los 25 años fue secuestrada el 21 de junio de 1977 en el camino entre el trabajo y su casa.
Sus compañeros de estudios recuerdan: “Era una chica absolutamente dulce, tranquila, tolerante, solidaria, muy interesada por el otro. Sabía ponerse en el lugar del otro…No se la creía. Nunca mostró interés por resaltar sobre los demás. Atraía principalmente por su personalidad, aunque físicamente era muy bella, alta y erguida, de pelo lacio y largo y ojos marrones claros. Exhibía una elegancia natural. Era bella por dentro y por fuera.”
El clima social tucumano había ido agravándose día a día. Al cierre de numerosos Ingenios y al desempleo consecuente le sucedieron los estallidos o “tucumanazos” 1969 y 1970. En 1972 la extraordinaria suba del combustible y los servicios públicos repercutió en el empobrecido pueblo tucumano. En distintos sitios de la capital de la provincia se produjeron protestas que convergieron en una movilización general. Alicia quedó al frente de la comisión de su barrio y así comenzó una militancia que la acercó al Partido Comunista. “EL reconocimiento logrado la llevó a integrarse a la Comisión Permanente de Defensa de la Economía Popular, un organismo donde inició su militancia social y trabó relación con Alba Cosentino, “Coca”, presidenta de la filial tucumana de la Unión de Mujeres Argentinas (UMA) e integrante de la mesa del comité provincial del Partido Comunista”,
Los años siguientes “ fueron para Alicia de intenso trajín, repartido entre el estudio, el trabajo y la actividad política, que ejercía sobre todo en el campo social y lateralmente, en una agrupación gremial de afiliados a la Asociación de Trabajadores del Estado…” Junto a Coca Cosentino, “intervenía en encuentros barriales…. gestando actividades que fueron especialmente relevantes en 1975, en el marco del Año Internacional de la Mujer.”
“Simultáneamente entró a formar parte del equipo de prensa y difusión del partido, ocupándose de la distribución de Nuestra Palabra, el periódico oficial del PC (….) colaborando ocasionalmente con artículos en esa publicación y en Aquí Nosotras, el vocero de la UMA.” Alicia con sólo 25 años, llegará a ser la presidenta de UMA.
Como empleada del Servicio Provincial de Agua Potable, trabajaba en el Programa de Evaluación y Manejo del Agua Subterránea, un compañero la recuerda como “Muy trabajadora y sobre todo muy dispuesta e inteligente” y otro afirma “ Era una chica encantadora. Le gustaba bailar. Le gustaba la vida y contagiaba ese entusiasmo.”
No hay testigos de su secuestro, pero sí hay testigos de su cautiverio en el Servicio de Informaciones Confidenciales (SIC) un organismo paralelo al Departamento de Inteligencia de la Policía de Tucumán, a través del cual se realizaban las detenciones clandestinas.
Al momento de su secuestro, la escalada de violencia iniciada en los ´60 con la crisis de la industria azucarera, se había incrementado exponencialmente. A partir del decreto de febrero de 1975, que con la excusa de “exterminar a la subversión”, encarnada en la presencia de la guerrilla del ERP en zonas rurales de la provincia, se inicia el “Operativo Independencia”. Se trató de una operación militar que bajo el mando del General Acdel Vilas primero, y luego de Antonio Bussi instaló el terror, derrotada la guerrilla persiguieron, secuestraron, torturaron y asesinaron a simpatizantes de la guerrilla y sus familias, a obreros, estudiantes, profesionales, religiosos, docentes. Por su intensidad y metodología, el Operativo Independencia, puede considerarse el prólogo de la represión que se perfecciona e intensifica a partir del golpe de estado de 1976.
Fue vista en el Centro Clandestino de Detención (CCD) que funcionaba en el SIC, por los sobrevivientes Juan Martín y René Núñez, este último relata que la vio y habló con ella, que al verla pensó que era una nena de 12 años. A poco más de un mes de su secuestro, esa chica hermosa, alta, esbelta, parecía una niña pequeña. Su familia la buscó, presentó habeas corpus, imploró a las autoridades, pero Alicia nunca apareció. En el Juicio celebrado en Tucumán, el ex policía Juan Carlos Clemente, aportó documentación que había sustraído del SIC, y resguardado en su domicilio, donde aparece el nombre de Alicia entre el de las víctimas asesinadas en ese centro.
> Los textos entre comillas pertenecen al libro “Alicia” que integra la trilogía “Crónicas contra el Olvido”, de la que también forman parte “Luis Tealdi” y “Carlitos y Mari” (Carlos Bosso y Mari Salinas)
Acallaron su voz pero quedaron sus poemas:
Poema
Ven, abandona esta madrugada
tus huecos y la soledad
donde encalló el egoísmo
y te fue devorando imperdonable.
Verás entonces que era solo mística
tu ceguera
que eran sombras en el alma
y que es posible alcanzar juntos el alba
para hacernos día.
Despedida
Me despido de este país. Me despido de mis amigos, de mis enemigos. Amigos. Sólo quiero recordarles que no dejen de ser mis amigos. Sólo quiero recordarles que no me olviden a la marcha del tiempo, a la marcha del tren en que me vaya que borran las huellas de la amistad lejana.
Los responsables de su secuestro y desaparición fueron juzgados y condenados en la Causa Arsenales y Jefatura de Policía
Su memoria está presente en Placas colectivas colocadas en el lugar donde funcionó el SIC, en la Universidad Nacional de Tucumán, en el Colegio de Psicólogos de Tucumán, en el Paseo junto a la Histórica Casa de Tucumán y en la sede de UMA en Buenos Aires.
En el cementerio de El Trébol se recuerda su nombre junto al de otros jóvenes de la localidad víctimas de la dictadura y desde 2012 su nombre y su trayectoria están presentes en el Lugar por Memoria y Justicia, inaugurado por el Consejo Municipal.
Sus poesías fueron publicadas en Documentos de Página 12: “Desde el Silencio. Escritos de jóvenes secuestrados durante la Dictadura
y el libro “Alicia” de Rubén Pron recupera su historia de vida.