Luis Alberto TEALDI
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Editorial EL PERISCOPIO - Libre de reproducirse con mención de fuente
Luis Tealdi es recordado en El Trébol, un pueblo del Departamento San Martín, Provincia de Santa Fe, como un destacado deportista que hasta el año 1949, en que deja la práctica del fútbol, se desempeñó como arquero de “El Expreso”.
Pero, mucho más que un deportista, era un activo miembro de esa colectividad y sobre todo un destacado y sólido dirigente gremial. En 1954 fue uno de los fundadores del Sindicato de Obreros Lácteos, antecesor de ATILRA, en el que ocupó el cargo de Secretario General en dos oportunidades.
Había nacido en Susana, Departamento Las Colonias, el 3 de diciembre de 1921. Siendo muy joven se trasladó con su familia a El Trébol, donde trabajaba en la Fábrica De Lorenzi (actualmente Williner).
Esa fábrica fue, hasta mediados del siglo XX, la única del pueblo y la mayor fuente de trabajo. Todavía se recuerda que los desocupados, que eran muchos, aguardaban en la vereda de enfrente esperando que se produjera alguna vacante. Cosa que ocurría seguido porque al menor reclamo, se despedía al disconforme. Bajo esas circunstancias la asociación gremial era utópica. “Con escasas leyes de amparo al obrero y un Estado que dejaba librado al arbitrio patronal la suerte de los trabajadores, la actividad sindical se limitaba a esporádicos brotes reivindicativos por lo general duramente reprimidos como cuando a principios de la década del ´20 una huelga animada por las experiencias que se estaban dando en el norte de la provincia, en el imperio de La Forestal fue en De Lorenzi fue brutalmente sofocada por la intervención del escuadrón de la Policía Montada enviado desde Rosario y constituido mayoritariamente por rudos correntinos que dejaron en el pueblo, por muchos años, la impronta de su rigor.”
La situación cambió radicalmente después de la llegada de Perón a la Secretaría de Trabajo de la Nación. “…lo más determinante fue que el Estado se puso definitivamente del lado de las demandas obreras y alentó la organización gremial como herramienta indispensable para lograr un equilibrio de fuerzas con el poder de los empleadores. En una comunidad pequeña como era entonces El Trébol no tardaron en surgir las agremiaciones y la de los trabajadores de la industria lechera fue la primera: el 6 de junio de 1944 se fundó el Sindicato de Obreros Lácteos y Anexos” con base en los obreros de De Lorenzi, que pronto se extendió a las poblaciones vecinas.
En el ejercicio de su militancia sindical, Luis conoció a Perón, a quien visitó en Buenos Aires con otros dirigentes. Ese contacto breve pero intenso con el fundador del Movimiento Peronista lo impactó de forma que marcaría para siempre su vocación por la justicia social y su dedicación a la lucha a favor de las reivindicaciones de la clase trabajadora.
El conflicto más importante de esos años fue el que se recuerda como “la huelga grande” que inició el 8 de febrero de 1950 y se extendió hasta el 18 de abril, paralizó por más de dos meses la industria láctea de las provincias de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires . “En un vano intento por doblegar a los huelguistas la empresa local había amenazado con traer de nuevo a “los correntinos” del Escuadrón de Caballería.
Pero los tiempos habían cambiado, finalmente el conflicto concluyó con el triunfo obrero, la patronal debió aceptar el fallo arbitral nacional que establecía los salarios que debían pagarse a los obreros del sector de todo el país. Pero el costo fue el alejamiento de numerosos obreros de De Lorenzi, entre ellos Tealdi.
Desocupado, Luis se desempeña en varios oficios, repartidor de lácteos, administrativo en el Hospital, luego comerciante en Mendoza dónde una inundación le obliga a cerrar su negocio y toda la familia se traslada a Campana (Buenos Aires) donde entra a trabajar como obrero en Cometarsa, una fábrica del grupo Dálmine-Siderca de Techint.
“El tío Luis era un tipazo y medio. En Cometarsa, un capo. Peronista a muerte. Movía un dedo y se paraba la fábrica”, relata su sobrino. Luis era delegado de su sección. Eran tareas de riesgo y los reclamos por mejoras en las condiciones laborales una permanente fuente de conflictos. Luis era incondicional en la defensa de sus compañeros. La firmeza y la claridad de sus ideas le brindaron el reconocimiento, respeto y confianza de sus pares. Cuando tomaba la palabra en una asamblea “no volaba una mosca”, dice uno de sus viejos compañeros.
Los sectores reaccionarios, políticos, gremiales y empresarios que apoyaron a la dictadura tenían en su mira lo que llamaban el “Cordón Rojo del Paraná”, es decir toda la zona industrial desde Buenos Aires hasta San Lorenzo y puerto General San Martín, con el objetivo de barrer al sindicalismo más contestatario.
Luego del golpe del 76, con el antecedente de lo ocurrido el año anterior en Villa Constitución y el terror en que se vivía, la familia le sugirió exiliarse en Paraguay donde tenía parientes, pero se negó. Hay indicios de que estuvo ligado a la CGT en Resistencia, organización que el peronismo revolucionario intentaba formar para enfrentar a la dictadura a nivel laboral. A raíz de ese contacto hubo un primer secuestro, del que fue liberado.
En la madrugada del 28 de septiembre de 1977, lo secuestraron cuando salía de su casa hacia el trabajo. No se descarta la complicidad de la patronal en ese secuestro y en el de otro medio centenar de obreros del complejo, dado el público apoyo que dieron al accionar del ejército. Cínicamente a las 48 hs del secuestro, la empresa lo intimó a presentarse al trabajo y luego fue despedido.
En 2012 el Concejo Deliberante de El Trébol dispuso incorporar su nombre junto al de otros militantes del pueblo en la placa colocada en el Lugar de la Memoria.
Los responsables de su secuestro y desaparición fueron juzgados en la Megacausa Campo de Mayo
El libro “Crónicas contra el Olvido, Luis Tealdi” de Rubén Chacho Pron, en el que se basa nuestro relato y al que pertenecen los textos entre comillas, fue escrito en su homenaje.