Martín Nelio ROUGIER
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Editorial EL PERISCOPIO - Libre de reproducirse con mención de fuente
Nacido en 1933 en Villa Elisa, una colonia de Entre Ríos, en una familia de 7 hijos integrada por varios religiosos. Estudió en el Seminario de Paraná donde fue ordenado sacerdote y designado director espiritual del Seminario Menor y prefecto de estudios y profesor del seminario mayor de la arquidiócesis, capellán del Leprosario de Diamante.
Por los años 1967 y 1968 conoció al padre Arturo Paoli, es así que ingresa a la Congregación de los Hermanos del Evangelio (llamados "hermanitos de Foucuald”). Luego viajó a Francia donde hizo el noviciado y después de ello fue a una Fraternidad en el sur de Italia donde aprendió el oficio de albañil. Posteriormente marchó a Biafra, en los últimos días de la guerra civil en aquel país africano, haciendo trabajos humanitarios. De allí volvió a América Latina, a Venezuela donde trabaja con los indios. A continuación se encamina a la Fraternidad de Fortín Olmos, en la que ejerció junto a los hacheros.
Fue enviado a crear una comunidad en Córdoba. Mientras busca el lugar vive en la curia, huésped del cardenal Primatesta. Elige una "villa miseria" sin nombre, sin servicios, adonde se traslada ocultando su condición de sacerdote. Levanta su propia casilla, juega al fútbol. Lo llaman el "gringo", por sus ojos y cabellos claros. Va con sus vecinos al "cirujeo" como medio de vida.
A partir de 1971 se le suman laicos para compartir su espiritualidad y compromiso. Nelio celebra su primera misa a la sombra de un árbol. Forman la sociedad de fomento, levantan la sala de primeros auxilios, consiguen agua potable. La comunidad reza, estudia, analiza la realidad. La villa se llama ahora "Barranca Yaco" (lugar histórico, importante para el federalismo).
/Instituto Humanitas Unisinos
En Fortín Olmos entablará una estrecha relación con Nicanor Fernández , militante revolucionario oriundo de Reconquista. Se convenció que para lograr justicia en Argentina se necesitaba un cambio revolucionario. El único camino hacia esa meta era la vía marxista. Así de directo era Nelio y optó por este camino no peronista que además en Córdoba tenía una fuerte base social. . Cuando ya era perseguido por la Triple A, se incorporó al Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT)
Tras la detención de otros miembros de la Fraternidad con los que convivía, tuvo que pasar a la clandestinidad, pero manteniendo la comunicación siempre con Paoli, hasta que se traslada a Tucumán.
Nelio es inteligente, lúcido, organizado. Consecuente con su opción, es consultado por religiosos, políticos, jóvenes. En su anhelo de justicia para los pobres, hace su última opción: viaja a Tucumán en el peor momento.
Había hecho una opción política, él consideraba que era lo que Dios le pedía, de una entrega total en la lucha por los pobres. Y el opta ir a pelear al monte. Allí es secuestrado en marzo de 1975 por el Ejército. Según testimonios, los militares lo crucificaron vivo antes de asesinarlo.
Su hermano sacerdote recorrió mucho esa provincia buscando información. No se supo nada más de él.
/ Raúl Borsatti – Solo digo Compañeros
"Nelio es muy recordado entre sus amigos de militancia y otros amigos de Córdoba Lo recuerdan por su fe profunda y su notable espiritualidad. Inclusive fue el único cristiano entre muchos de ellos y su aporte fue muy importante para que ciertos sectores de la izquierda argentina se cuestionara sobre su propia actitud hacia la fe religiosa".
"Nelio se acordaba de Fortín Olmos, de todo el trabajo que habían hecho con los hacheros, toda la lucha, toda la organización que se dieron allí. Un poco fue lo que él aplicó en Córdoba para llevar a la práctica lo que aprendió en el monte"
/ Felipe González
En 2006 el Canciller Jorge Taiana junto al Secretario de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde, descubrió, en la Plaza San Martín de Buenos Aires, frente a Cancillería, una placa de mármol que evoca a religiosas y religiosos de diversos credos que resultaron víctimas del terrorismo de Estado, entre los cuales, de acuerdo con evaluaciones realizadas por diversos organismos de derechos humanos, superan el centenar.