Raúl Nicolás ELÍAS "Rulo" "Turco"

Nació en Romang el 12 de septiembre de 1943 en el seno de una familia cuya cabeza estaba conformada por papá Ramón y mamá Elvira Sager, que en total tuvieron 6 hijos: cuatro varones y dos mujeres. Don Ramón Elias, comerciante, sin militancia política, tenía dos socios que adherían políticamente a la Unión Civica Radical, veta ideológica a la que adherirán posteriormente algunos de sus hijos.

Cuando los hermanos eran aún pequeños su padre fallece a la edad de 48 años. Todos estudiarán terciariamente en centros con universidades, alejados de su pueblo que no contaba entonces con escuela secundaria: Córdoba, Rosario, Santa Fe, serán los destinos elegidos para canalizar las vocaciones. Por lo que el mejor y único momento del año para encontrarse todos quebrando la dispersión familiar serán los fines de año.

Raúl hizo el aprendizaje educativo primario en la Escuela Fiscal No 545 de Romang. En el año 1957 ingresó a la Escuela Normal de Reconquista donde cursó los tres primeros años del secundario, para luego pasar en 1960 a la Escuela de Comercio, donde se había creado un anexo, de la que egresará 1961 como bachiller.

A la hora de plantearse : ¿qué seguir? ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Córdoba de la que obtendrá su título de médico despuntado los '70.

Durante los años 60 militaba en la Unión Reformista Franja Morada, que era el movimiento estudiantil radical, siendo secretario de la agrupación y consejero de su Facultad. Rulo tenía un carácter jovial, divertido con un espíritu animado, generoso. Pero su transformación emocional y política será durante el Cordobazo, según testimonio de un hermano: él vivía en el barrio Alberdi, cerca de la cancha del club Belgrano, un lugar de mucha ebullición.

"Moldeando conductas"

"En mis recuerdos más remotos, creo que a Raúl Elías lo conocí en Córdoba allá por 1966. Éramos estudiantes de Medicina y me parece que él estaba más adelantado que yo, que andaba por el segundo año. Lo recuerdo como adherente entonces a la Franja Morada, la corriente universitaria reformista (mayoritaria en Medicina en ese momento) cuya dirigencia predominantemente adhería al radicalismo, aunque había en su seno algunos socialistas y otros sin pertenencia partidaria Ese año 66 fue el del golpe militar del 28 de junio, con el derrocamiento del gobierno radical y la instalación de la dictadura de Onganía. La rebelión estudiantil fue muy importante a partir de la intervención y cierre de las Universidades el 29 de julio. En Córdoba, cuando la Universidad fue reabierta el 18 de agosto, fue baleado mientras volanteaba el estudiante de 20 año de Medicina Alberto Cerda, que pertenecía al Centro de Estudiantes de Medicina, integrante de la Federación Universitaria de Córdoba (FUC). La respuesta inmediata por parte del estudiantado fue la toma del Hospital de Clínicas, que después fue desalojado con mucha violencia por orden de un juez y por acción de la policía. Recuerdo haberlo visto en esa toma y desalojo a Raúl Elías.

El flaco era muy fácilmente identificable, alto, bastante más alto que el promedio, y medio chueco, cabello bien negro, abundante, cejas muy tupidas. A raíz de esa represión estalló la huelga estudiantil que duró hasta noviembre o diciembre. Fueron luchas callejeras contra las fuerzas represivas en las que asesinan al obrero - estudiante Santiago Pampillon. Allí en ese contexto político y social se iban moldeando nuestras conductas y nuestras ideas.

Al finalizar sin éxito la prolongada huelga universitaria, el movimiento estudiantil sufrió un bajón y la resistencia obrera a la dictadura era débil, destacándose Luz y Fuerza de Agustin Tosco. El año 67 transcurrió sin grandes movilizaciones sociales. Pero cabe destacar que en agosto, en ocasión de una visita del dictador Juan Carlos Onganía, un artefacto explosivo estalló en el chalet de residencia del gobernador interventor, ubicado al lado de la gobernación. Ese chalet colinda con una de las entradas de la Ciudad Universitaria y desde allí, al pasar caminando o desde el Ómnibus, podíamos observar el tremendo boquete que abarcaba media pared del chalet. La bomba explotó una media hora antes de que -según se decía- debía estar Onganía almorzando allí. Con motivo de ese episodio fueron secuestrados (y dias después legalizados) una decena de activistas estudiantiles. Estos hechos, que en apariencia no guardan relación con la vida de Raúl Ellas, si lo tienen. Pero yo no lo sabría hasta años después. Yo no podía salir de mi sorpresa, porque nunca había imaginado que fuese él, aunque teníamos el dato de que la bomba la habían colocado los radicales y por eso, ayudaron a encontrarnos y presionar para que nos liberen. Cuando le pregunté tiempo después, Raúl se rió largo y tendido y al final me contagió a mí. Yo no podía entender cómo diablos habían ido a meter un caño justo dentro del chalet del gobernador, respondió que muy simple: a todo riesgo, saltó por la ligustrina que limita la Ciudad Universitaria con la Casa de Gobierno, burló todas las custodias, se acercó hasta la pared del comedor y la dejó colocada con un mecanismo cronometrado como para que explotase a la hora en que se tenía previsto el almuerzo del general Onganía. La explosión ocurrió media hora antes de lo planeado. El desconcierto se apoderó de la comitiva dictatorial, pero Onganía salvó su vida, aunque la dictadura hizo el ridículo público.

/Abel B. "El tuerto"

Entre diciembre de 1972 y enero del 73 el "Turco" Elías participa de la huelga y movilización de médicos no rentados de la ciudad y parte de la provincia, reclamando los nombramientos, ya que trabajaban gratis.

El Turco en la villa

El barrio Chacras de la Merced surge a partir de una gran inundación ocurrida en Córdoba en 1973 por el desborde del Río Suquía. Los inundados toman tierras altas y comienzan a construir la villa. Una mujer que trabajó mucho en esa experiencia con una solidaridad militante fue la arquitecta Cristina Salvarezza, que en Córdoba hoy recuerda:

"Y empezamos a ver que después que bajaron las aguas comenzaron a haber otros tipos de problemas además de la necesidad de tener una sierra segura: el tema salud. Pedimos ayuda a todo aquel voluntario que quisiera venir a trabajar a la zona para hacer prevención, había casos de diarreas constantes... Y así fue como conocí al querido Turco Elias. Y llegó él. peinadito, grandote, una estructura grande, una cara de bebe, bueno, bueno, ojos negros, pelo ondulado, medio larguito, finito, la raya al costado. Tenía tonada de otra provincia, su voz era pausada, seria por cualquier cosa, un amor y un cariño tan grande, tan grande Y el llamó a otro y a otro y se hizo un equipo de gente que vinieron a trabajar a la villa.

"Yen esto de subir y bajar; y desmontar, ellos también desmontaban, no solo iban a curar a los enfermos, llevaban medicamentos, derivaban, llevaban en sus autos a los que estaban muy mal a internarlos. Yo no sabía que él trabajaba en el Hospital de Urgencias, sabía sí que trabajaba en un hospital porque traía muestras gratis y muchos remedios para los chicos. Y sobre las medidas de prevención de cómo había que hervir el agua... la mayoría eran chagásicos.

"El trabajo político era muy intenso, lo que nosotros queríamos era que ellos se integraran a la Coordinadora de Barrios y Villas, allí entre todos a ver la fuerza que tenían. Pensábamos que solitos y aislados, y con característica de campesinos, acostumbrados a trabajar la tierra estaban muy aislados. Nuestro trabajo era de toma de conciencia, de unidad, de trabajar para formar una cooperativa porque era la única manera de conseguir cosas, porque eran ignorados. Se integraron a la Coordinadora. Eran años en que no había un solo sector que no se moviera: en la universidad, en los gremios, los barrios, en el país.

"Con Elias nos veíamos dos veces por semana, yo luego me quedo a vivir en la villa, y le digo que la casita que iba a ser mi casita va a ser el dispensario Es una que me dan, techamos la mitad, allí dormía yo, y cuando él venía la cama era la camilla y allí tenía todas las gasas desinfectadas, los antibióticos Todos los remedios los dejaba allí, que un poco yo los cuidaba. Yo daba clases en Córdoba y a veces él me traía, tenía una moto. La gente lo adoraba. Aparte había dos compañeros más que iban al barrio, se turnaban. Más recuerdo de él cuando llegaba con su guardapolvos y arriba un piloto largo que tenía porque era grandote".

En 1974 ya estaba organizado en el Partido Revolucionario de los Trabajadores militando en el Frente Sanidad.

“Allí comenzó nuestra relación personal que en apenas algo más de un año se hizo muy entrañable y de mucha confianza mutua. Tan fuerte fue ese vínculo que decidimos que además de las tareas prácticas de nuestro frente de Sanidad, estudiaríamos juntos para fortalecer nuestra formación ideológica. Así que empecé a ir regularmente a su casa. El turco vivía en una casita pequeña muy linda en barrio San Martín, muy cerca de los monoblocks y de la Cárcel Penitenciaria. Convivía con su compañera, una chilena adherente al Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). El turco era un matero empedernido. A veces, estudiábamos hasta muy tarde y yo me quedaba a dormir en su casa, ya que deliberadamente restringíamos nuestros desplazamientos. En esos momentos la represión se había incrementado, en Córdoba actuaba la Triple A, el activismo se movía con mayor seguridad de día, la durante las noches eran el imperio del terror policial y parapolicial. “

"Las lecturas y los debates políticos eran muy placenteros con Raúl. descubriendo su formación. Coincidíamos muchísimo en nuestros puntos acerca de la actualidad política. Compartíamos la visión acerca que en nuestro país estaba ocurriendo un viraje hacia el inicio de una situación revolucionaria y la necesidad de intensificar la propaganda para una propuesta socialista. La lectura del El Combatiente, Estrella Roja y boletines internos era acompañada con textos del marxismo. Recuerdo como debatíamos acreca del rumbo del socialismo en el mundo cuando leíamos La revolución inconclusa de Isaac Deutscher, un libro balance sobre los primeros 50 años de la Revolución Rusa. También estudiamos una pequeña obra sobre la salud pública en Vietnam de un libro italiano. “

Durante todo 1974 y 1975 Elías realizará tareas sanitarias acompañando el movimiento revolucionario. A fines de ese último año asumió nueva responsabilidad profesional, médico-laboral del Sindicato de Trabajadores de Perkins. No era nada nuevo para él en lo médico y en político: hacía años que estaba vinculado orgánicamente con el movimiento obrero y desde el sector sanitario, participaba en el Movimiento de de Trabajadores de la Salud (MTS), un agrupamiento de orientación socialista integrado por médicos, enfermeros y practicantes.

"Juntos organizamos un asado para toda la militancia simpatizante del PRT en los ámbitos hospitalarios que reunió en noviembre de 1975 a unos 50 simpatizantes. Luego nos tuvimos que su separar por mi traslado a otra ciudad"

"Una semana antes del golpe militar del 24 de marzo de 1976 regresé a Córdoba y fui a su casa. Charlamos media tarde sobre la situación del pais a la que considerábamos muy difícil, muy dura por la oleada represiva, pero mirábamos con optimismo el futuro. Comentamos juntos la disposición y dirección del PRT había dado entre enero y febrero, alertando a toda la militancia a replegarse de los frentes donde pudieran estar identificados. Yo le insistí en que él debía dejar de inmediato sus trabajos y reubicarse en otra ciudad. Raúl dijo que lo había planteado, pero que el responsable regional partidario consideraba que no había necesidad de eso”

/Abel

"Doctor de pobres"

Tal vez como parábola final de lo que significaron los hombres de la generación del 70 vale la pena rescatar un fragmento del testimonio de Petrona Funes, una vecina de Chacras de la Merced, fallecida en 1995, que escribió la memoria de las luchas y sufrimientos, de logros y fracasos del barrio donde caminó y le puso el cuerpo Rulo Elías. Fue publicada por "Con las manos propias", revista de los chicos y chicas trabajadores del Barrio Villa La Merced en el año 2000: "Pero un tiempo después, todo lo que habíamos hecho con la presencia de los voluntarios nos pareció un sueño que se desmoronaba como un castillo de arena: detuvieron a un vecino acusándolo de terrorista, los voluntarios desaparecían sin aviso. Luego el padre Santiago fue sacado de la Argentina acusado por las Fuerzas Armadas de actuar mal. Pero entre nosotros solo hizo el bien y predicó el buen ejemplo como religioso y humano que era. Así también los voluntarios que hicieron algo parecido y que jamás permitieron inmiscuir entre nuestros problemas las ideas políticas que cada uno lleva dentro del corazón. Todo desapareció, quizás se lo llevó la política. Y nosotros quedamos solos. Éramos como un árbol bien verde, sabíamos que cuidándolo crecería y podríamos cosechar sus frutos, pero estábamos desmoralizados".

Fue secuestrado en el Hospital, estaba trabajando en la guardia del mismo cuando llegaron unas personas, se presentaron como miembros del Ejército y se lo llevaron ese día lunes de abril antes de la Semana Santa. Llevaba el guardapolvo blanco puesto. Todo un símbolo de la medicina puesta al servicio del pueblo".

/ Juan Carlos Zanuttini

Los familiares de Rulo recorrerán innumerables veces la Guardia de Infantería de la policía cordobesa, el Comando del III Cuerpo de Ejército y cada una de las dependencias militares y campos clandestinos de detención, la Comisión de Derechos Humanos de la OEA, Ministerio del Interior y todo organismo que pudiera brindar información sobre su destino final.

El peregrinaje fue infructuoso. Su hermana Mariluz recibirá, cuando visitaba Carlos Paz, mucho consuelo hablando con un hombre ético que tuvo este país: el ya anciano médico Arturo Humberto Illía.

La revista "Humor", en el suplemento "Humor interior" que se producía desde Córdoba, dedicó después de 1983 una nota recordatoria al médico romanense.

Elaborado con textos publicados en “Solo digo compañeros” de Raúl Borsatti, donde se puede contar con más desarrollo de información

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