Mariano MARTÍNEZ

Nació en Rosario un 22 de septiembre de 1946, de padre rosarino y madre correntina. En su infancia fue una de las víctimas de la epidemia de polio que ocurrió en la década de los años “50 en Argentina; como secuela de la enfermedad tenía la pierna derecha más corta, situación que no afectó su postura en la vida siendo un buen hijo y hermano, buen estudiante y muy emprendedor.

Estudió en el Normal 3 de Rosario, escuela que por entonces contaba con pileta de natación cubierta y como la natación era recomendada como rehabilitación por la enfermedad padecida, su dedicación a este deporte hizo que en su Juventud realizara un curso de «Guarda Vidas» en la Cruz Roja y desempeñó esa actividad en la misma pileta.

Se recibe de Maestro Normal Nacional en 1964. Por entonces era muy querido por todos, en su promoción y por elección de todos los alumnos se lo reconoce como «el mejor compañero». Terminado el secundario se inscribe en la Facultad de Psicología pero, al poco tiempo y quizás por su necesidad de independizarse, abandona. Comienza a trabajar en el Canal 5 de televisión y desde 1966 se desempeña como asistente de producción hasta el año 1968, cuando se traslada a Santa Fe e ingresa al Instituto de Cine. Ya como estudiante de cine, en 1970 participa de un cortometraje que se realiza en Santa Fe, titulado «Vestigios», de un conocido director.

Para sus padres era muy difícil sostener económicamente su carrera en Santa Fe, por lo que vivió en varias residencias estudiantiles y trabajó haciendo fotos. En cierta oportunidad se enteró que había vacantes de fotógrafo para el Nuevo Diario. Allí, en la etapa de prueba, se conoce con Rayna y Russo; este último sería tiempo después por esas cosas de la vida su cuñado. Ante la posibilidad de que una de las vacantes sea ocupada por el hijo de uno de los dueños del diario, el trío de fotógrafos trabajó con gran dedicación y camaradería, quedando luego confirmados en sus cargos.

Siempre tuvo un gran ingenio y habilidad manual, su destreza lo llevó a realizar desde pequeños muebles hogareños hasta diversos objetos artísticos o simplemente cosas que eran el entretenimiento de sus sobrinos. Cuentan también que ya en su militancia política, por esa capacidad manual e inventiva propia, desarrolló formas de resguardar documentación y objetos ante la avanzada represiva que no tardaría en llegar. Siempre se destacó en él su sentido de responsabilidad. Fue muy cuidadoso en relación a la seguridad y el respeto por la vida de los compañeros, como para tantos otros, las citas eran programadas con gran cuidado.

Viviendo ya en Rosario, en el año 1974 caen en diversos operativos varios compañeros en Santa Fe, que bajo tortura lo nombran. A partir de ese momento tuvo que extremar su seguridad. Mostró una participación muy activa en el conflicto de Villa Constitución en 1975, realizando la revisión del accionar de la organización, proponiendo más acciones políticas para ese momento.

Se enamora de una amiga de su hermana y comienza la relación más sería de su vida. Para el año 1977 ya tenía tomada la decisión de irse a Mendoza donde planeaba casarse. En la mañana del 27 de enero de 1977 despachó varias encomiendas con sus pertenencias y a las cinco de la tarde en un operativo en la calle, justo en la esquina de su casa, lo secuestraron y nunca más se supo de él.

Como militante del OCPO (Organización Comunista Poder Obrero) y en función de su actividad fotografió todos los documentos de la organización para su preservación. Estos fueron enviados en encomiendas con otras pertenencias personales el día de su secuestro. A la fecha nunca fueron encontrados.

Ya en la noche de ese día, un grupo del ejército entra en la casa y reclama por él, sus padres dicen que ya lo habían llevado por la tarde. No obstante se quedan y con el cable de un velador comienzan a torturar a su padre para que dijera dónde estaba, en tanto a la madre le aplican submarino en la bañera del baño sin querer escuchar que ya lo había chupado otro grupo de tareas.

Al tener la certeza que no estaba y que no llegaría comienzan el saqueo de la casa, se llevan la ropa preparada para el viaje de la familia, un equipo de aire acondicionado que su padre había comprado y todavía estaba embalado, documentos al cobro perteneciente al padre que con posterioridad se confirma cobraron a sus deudores, todo lo que tenía algún valor fue alcanzado por la rapiña.

Luego de estos acontecimientos y estando la familia dispersa, sus padres no podían superar lo vivido, estando solos son visitados por personas que los inducen a vender la casa. En algún momento cuando por alguna razón vuelven, la persona que los atiende, en un descuido o no, deja ver que el garaje se había convertido en depósito de electrodomésticos.

A pesar de todos los intentos que su madre hizo por saber de su paradero y de todos los lugares que visitó nunca pudo saber el destino final de Mariano. Se cree que lo mataron y fue enterrado en las afueras de Rosario. Su padre murió de cáncer y su madre vive con graves secuelas neurológicas.

/ Entrevista con Juanita, su hermana

Mariano Martinez era de Rosario. Era un tipo extraordinario, solidario, laburador, de bajo perfil. Era un tipo muy voluntarioso. Era renguito, la poliomielitis le había dejado secuelas en una pierna. Tenía mucha voluntad de trabajo, le gustaba el trabajo de luces, electricidad e iluminación, más que la realización. Laburaba como un negro, era muy buen tipo.

/ «Negro»

Su memoria es recordada en una placa colectiva en el Instituto de Cine de la UNL

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