Carlos Pablo MOLINAS

Carlos (el Gringo), quizás el más introvertido de todos los hermanos nació el 29 de junio de 1950. De todos modos era muy común en él utilizar las bromas (a veces bastante pesadas) como una forma de vincularse y expresar sus afectos. No se adaptaba casi nunca a los esquemas establecidos, era original y decidido en sus conductas, y en su forma de apreciar la realidad.

«Carlos: muy sensible, comprometido y audaz con sus convicciones, generoso, súper responsable en sus decisiones, divertido, sencillo y tenaz.»

/ Haydee

Desde su tercer grado primario ya rompió esquemas familiares decidiendo el ambiente escolar que quería. Terminó su colegio secundario en el Colegio Don Bosco. Comenzó su militancia en el Ateneo, cuando estudiaba Abogacía en la UNL y se incorporó a la administración pública en Bienestar Social de la Provincia; representó a sus compañeros como delegado en Unión Personal Civil de la Nación (UPCN) y fue dirigente de la Juventud Trabajadora Peronista (JTP).

En 1971 vino a Santa Fe el ex presidente Arturo Frondizi a un local que estaba en calle 1° de Mayo entre Junín y Suipacha. El Ateneo organizó un repudio dentro del local; cuando Frondizi comenzó a hablar Carlos en persona le recriminó por no haber cumplido el pacto con Perón en 1958 y los contratos petroleros. La reunión terminó en un escándalo; el custodio de Frondizi empezó a tirar tiros al techo y se armó una corrida afuera del local con la policía tirando gases, no hubo más reunión.

Carlos para esa época había entrado a la administración pública como contratado al igual que muchísimos otros, ya que desde entonces y aún se sigue haciendo, el ingreso se hace precarizando el trabajo para no abultar el presupuesto en el rubro personal. Él trabajaba en Bienestar Social, en la casa conocida como «de los gobernadores» en Güemes y Bulevar Galvez. En aquel entonces ya existía el concepto neoliberal del «Estado elefante» y las dictaduras lo asumían como propio, además de reconocer que no podían nombrar planta permanente porque su poder era ilegal ya que no tenían ley de presupuesto legislativo.

Tanto Carlos como otros compañeros que estaban en la misma situación comenzaron a reunirse en distintos lugares y así fue creciendo un movimiento de contratados y comenzó la lucha por el pase a planta permanente, siendo muy importante para esa época. Incluso se hizo un trabajo para demostrar que la mayoría de los contratados, casi el 85%, pertenecía personal imprescindible para el funcionamiento especialmente en el Ministerio de Salud. Al calor de la lucha por el pase a planta comenzaron las reuniones en distintos sindicatos, puesto que los tres sindicatos de empleados públicos existentes al momento no permitían la afiliación de contratados y por lo tanto está lucha no la tomaban como propia. Paulatinamente el movimiento de contratados fue tomando fuerza. En el año 72 el movimiento de contratados alcanza una importante dimensión, llegando hacer asambleas de más de 150 personas una de ellas en ATSA, sindicato que conducía Lito Sorbellini y que prestaba sus instalaciones para las reuniones, como también lo hicieron el Sindicato de Viajantes y el de Gráficos entre otros.

Al calor de esa lucha nace la Agrupación Eva Perón de empleados públicos de la que Carlos fue uno de los fundadores y también está agrupación es una de las fundadoras de la JTP en Santa Fe. A fines de 1972 se realiza una reunión con la conducción de UPCN en una pensión de estudiantes, de la misma participan el «turco» Obeid, referente de la JP en Santa Fe, Carlos y otro compañero por la agrupación Eva Perón y se acuerda que el sindicato de UPCN tomara la revindicación del pase a planta de los contratados, cuestión esta que se logra en los inicios del gobierno democrático de Carlos Sylvestre Begnis.

Posteriormente la mayoría de los compañeros que habían dado la lucha como contratados ya en planta permanente se transforman mayoritariamente en delegados oficiales del personal de cada repartición lo que le otorga a la agrupación un peso importante en la asamblea de delegados. Así Carlos pasa a ser el delegado de Bienestar Social y un activo militante de la JTP, que tenía el local en calle Catamarca y Belgrano.

En 1974 por razones de seguridad fue trasladado como Oficial Montonero a la zona de San Nicolás. Un operativo policial lo asesinó junto con Carlos Fernando Lagrutta, Luis Bocco, Guillermo Rodríguez y Carlos Alberto Tuda en la localidad de Campana en lo que se llamaría la «Masacre del Río Luján».

Sus restos fueron inhumados en el cementerio municipal de Santa Fe en un acto importante para esa época. En ese homenaje participó el dueño de un bar que estaba a la vuelta del local de la JTP, un ciudadano paraguayo perseguido por Stroessner que reconoció en Carlos a un militante revolucionario, quien recordaba con profundo cariño de las veces que hablaba con él en dicho bar.

/ Pancho

Su memoria es recordada en una placa colectiva que incluye a todxs lxs empleadxs públicxs colocada en la Casa de Gobierno de Santa Fe

Los responsables de su asesinato fueron juzgados y condenados en la causa «Masacre del Río Luján» por el TOF 3 San Martin.

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