Orlando NAVARRO
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Editorial EL PERISCOPIO - Libre de reproducirse con mención de fuente
Nació y creció en Sunchales, en el año 1967 viene a Santa Fe e ingresa en la carrera de abogacía en la UNL. Pertenecía a una familia de condición humilde, y para costear sus estudios trabajaba como mozo, mediante una Beca, en el Comedor Universitario.
Al poco tiempo de llegar se sumó a las luchas estudiantiles que enfrentaban a la dictadura de Onganía y sus políticas universitarias. Luchas contra los exámenes de ingreso y los aranceles, por la defensa del comedor universitario y las residencias estudiantiles. El asesinato del estudiante Juan José Cabral, durante las luchas contra el aumento del ticket del comedor universitario en Corrientes mayo de 1969, provoca una serie de reacciones populares, de las que participan estudiantes, obreros y clase media, que van a culminar en el Cordobazo.
Es en esa época en la que «Navarrito» como lo conocían todos, se va a incorporar al Frente de Agrupaciones Universitarias de Izquierda (FAUDI), y posteriormente al Partido Comunista Revolucionario (PCR). Tuvo una activa participación en el Centro de Estudiantes de Derecho, integrando su Comisión Directiva en representación del FAUDI.
«Navarrito», así te llamábamos. Eras muy joven cuando llegaste a San Javier, recién recibido de Abogado. No lo dudaste un momento, pusiste tu profesión y tu juventud al servicio de los más necesitados, de los más desprotegidos y de los más explotados de la costa santafesina: los obreros rurales, los trabajadores del campo. Muchos aún te recuerdan, cada vez que se invoca al F.A.T.R.E., la lucha de los obreros rurales, los reclamos, el sindicato que tanto costó formar. Aquella familia islera que aún hoy lagrimea al recordar tus canciones y tu guitarra, junto al fogón de aquel rancho, que aún sigue igual, como en aquellos años de los setenta y tantos. Fuiste de las aulas al campo. San Javier te recuerda en su gente sencilla y tu ejemplo sirve como guía para nuestra noble y aguerrida juventud. Camarada Navarrito, estás presente en cada obrero rural. ¡Hasta la victoria final!
Santa Fe, 1997. Luis
«...Estudiábamos en la Facultad de Derecho. Navarrito era petisito, morocho, negrito, pero con un calor humano inmenso y una convicción que seguramente lo aferró a la vida hasta su último aliento (...) hablaba muy bien, siempre era uno de los principales oradores (...) le gustaba mucho cantar. Era uno de los primeros en agarrar la guitarra y cantar después de las asambleas en el comedor universitario...»
Graciela Abdolatiff en nota para Rosario 12
Pensaba que el combate contra la dictadura debía abrir el camino para una revolución popular antiimperialista que lograra una segunda y definitiva independencia nacional. En 1973, trabajaba en la región costera de la provincia de Santa Fe y en cumplimiento de su decisión de apoyar a los más humildes, ayuda a formar el Sindicato de Obreros Rurales de la ciudad de San Javier, al recibirse de abogado se va a desempeñar como asesor legal ad-honorem de ese sindicato.
En 1975, es designado apoderado de su partido en Santa Fe, por lo que refrendó con su firma las posiciones políticas del PCR. En julio de 1971 fue detenido por la Policía Federal debido a su participación en las luchas por el Comedor Universitario y las residencias estudiantiles. También fue detenido y luego liberado a fines de 1975 por su trabajo como abogado de sindicatos. Apoderado Legal del PCR durante los años 1974-1975, tuvo una destacada presencia en la denuncia pública de los preparativos del golpe de Estado de 1976, testimoniada en artículos del Diario «El Litoral» de esa época.
El día 12/09/1976 fue nuevamente detenido cuando se domiciliaba en Cortada Bustamante (Hotel La Pequeña Bolsa) y alojado en la Comisaría 3ra. El 17 de septiembre de 1976, fallece de un ataque al corazón, consecuencia de la tortura que sufriera en la comisaría.
Dice Graciela en la nota ya citada «...En la seccional...le rompieron las manos para que ya no pueda tocar su guitarra. Después le troncaron la vida...» Intentaron «disfrazar» su deceso como un suicidio por ahorcamiento en la mirilla de la celda donde estaba recluido, difundiendo a la vez versiones falsas y contradictorias («muerte accidental», ahorcamiento en la pensión donde vivía) como parte de las maniobras para ocultar la verdad histórica, pero quienes compartían la prisión y fueron testigos de su tortura y muerte, han relatado las verdaderas circunstancias en que se produjo.
En febrero de 2016, casi cuarenta años después de su asesinato, obreros de la construcción hallaron documentos de gran valor escondidos en un doble cielorraso de la Seccional Tercera de Policía, demostrativos de su detención y hallazgo de su cuerpo en esa Dependencia, en aquel entonces bajo jurisdicción del Destacamento de Inteligencia 122 del Ejército Argentino. Estas pruebas han permitido la detención de tres de los otrora responsables de esa Comisaría.
Dicen sus padres:
«En esos días esperábamos sus noticias y nos llega un telegrama enviado por sus allegados pidiéndonos que viajáramos urgente. A la mañana siguiente fuimos al hogar del abogado socio de nuestro hijo. Nos recibe su señora suegra diciéndonos que Orlando Julio había sido retirado de su alojamiento – Cabildo, planta alta– en la madrugada del día 13 de setiembre de 1976 para “averiguación de antecedentes”. Nos pidió que fuésemos a ese lugar a retirar su ropa y luego presentarnos en la Seccional 3ra. en la que estaba detenido. En el alojamiento mencionado, nos informaron que ahí no había quedado ninguna ropa. De dicha seccional nos mandaron a la repartición Fuerza de Choque. Ahí estuvimos esperando casi tres horas al rayo del sol, ya eran las 15 hs., cuando nos hacen pasar al despacho del señor Principal de apellido Villalba (si mal no recuerdo) quien nos pregunto si somos los padres de Orlando Julio Navarro, abogado? Respondimos afirmativamente. Luego nos dice. Tengo que darles una mala noticia...Vuestro hijo se suicidó ahorcándose con las mangas de una camisa. Ante la terrible noticia, mi señora exclamó desesperada...lo mataron...lo mataron a lo que el Principal dijo con voz que marcaba ya una acentuada disfonía, “no nos haga ese cargo señora...”. Al retirar de un depósito del cementerio el cuerpo de nuestro querido hijo, al reconocerlo comprobamos las horribles huellas del criminal y desgarrante suceso…»
Su memoria es recordada en una placa colectiva colocada en la Facultad de Derecho y una Baldosa por la Memoria en el Plaza del Soldado, frente al domicilio donde fue secuestrado.
En 2014, y respondiendo al pedido realizado a través de una iniciativa ciudadana, el Concejo Municipal de Sunchales aprobó la Ordenanza Nº 2375, por medio de la cual se dispuso que el Departamento Ejecutivo fabrique e instale baldosas recordatorias en las viviendas que ocupara Orlando Navarro.
Los responsables de su secuestro y desaparición fueron condenados la Causa Navarro