Lionel MAC DONALD
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Editorial EL PERISCOPIO - Libre de reproducirse con mención de fuente
Sábado por la tarde de un hermoso día otoñal, mayo de 2007, cruzamos el túnel hacia Paraná, vamos con José a buscar una historia, otra historia de vida que como todas las de este libro es también la nuestra. Esta de alguna manera y al menos para mí, es especial, voy, vamos a la casa del Profesor Lionel Mac Donald mi antiguo compañero de trabajo, un hombre atento, amable, tranquilo, sencillo, querido por compañeros y alumnos, en el que nadie podía ver o sospechar a ese otro Pato, el padre incondicional que apoyó y participó de la militancia de sus hijos, el que junto a su esposa Coty, los siguió por las cárceles del país, formó parte de la Asociación de Familiares y tuvo el coraje de presentarse en el Tucumán de Bussi a reclamar los restos del hijo caído en combate.
Nos recibe Mario el segundo hijo del matrimonio, el Pato y un nieto adolescente que da vueltas por la casa hasta que, finalmente se sienta a escuchar en silencio estas historias, que son a la vez la de su familia y la del país. Será él, quien en un momento de la charla nos sorprende a todos diciendo: “Esto lo encontré entre los papeles de la abuela. A lo mejor sirve”. “Ésto” es un pequeño papelito, un pedacito de papel carta de avión escrito con letra pequeñísima que sólo puedo leer (a pesar de los anteojos) estirando muuuucho el brazo, es decir :“un caramelo” en el lenguaje carcelario una carta enviada desde el monte tucumano, un mensaje familiar, pero también un documento histórico de gran valor para los historiadores, (no deben quedar muchos “caramelos” dando vueltas) es un mensaje de amor filial y a la vez el mensaje de un revolucionario.
Allí terminamos de convencernos de que ésta no es sólo la historia del Capitán Raúl del ERP, sino la de toda una familia. Lionel - Raúl, con “fervor revolucionario” no sólo hace llegar su amor de hijo y comunica a sus padres la noticia de su nuevo grado y les habla de las responsabilidades que implica, sino que también invita a sumarse y subir al monte a......! Don Pato!!! Lo que motiva el comentario de Mario: Lionel respiraba, comía, dormía y vivía para la revolución.... si pensamos, ésa era una actitud compartida por muchos, hoy se nos hace difícil explicarlo, pensarlo, entenderlo, pero acaso no parecía que la revolución era posible? que estaba ahí a nuestro alcance? el mundo, creíamos que avanzaba hacia el socialismo y nuestra generación estaba empeñada en luchar para que ocurriera cuanto antes. Seríamos partícipes de la formación de un mundo mejor......
La familia Mac Donald vivía en Santa Fe, en una casa ubicada en la diagonal Maturo cerquita de la costanera frente “al puente roto”, donde los chicos vivieron una infancia feliz, gozando de la libertad que permitía por esos años la vida en una pequeña ciudad de provincia y del contacto con la naturaleza, tardes de amigos, de fútbol, de río y pesca. Los hijos eran tres, Lionel el mayor, Mario el segundo y Patricia la menor, la madre Myrna Aurora Rosa Beney, trabajaba como no docente en la UNL, al finalizar su tarea en la Universidad, se desempeña como bibliotecaria de la Escuela Avellaneda, el padre docente en varios colegios de la ciudad incluido Liceo Militar, en algunos momentos se desempeñó también como empleado público o como chofer de colectivo, una tranquila familia de laburantes de clase media típica de los años 50-60.
En 1962, el hijo mayor inicia el secundario en la Escuela Industrial Superior de donde egresará como Técnico Constructor, dos años después, Mario ingresa al Nacional y en el 66, Patricia lo hará en la Escuela Alte. Brown. Son años decisivos en la formación de estos muchachos. Los chicos comen en el comedor universitario, lo que era posible y necesario por el trabajo de la madre, allí entran en contacto con estudiantes mayores que ellos de todos los rincones del país y diferentes clases sociales. Era la época en que becas, comedor y residencias estudiantiles permitían a los hijos de las familias humildes del interior acceder a la universidad. El Estado de Bienestar aunque un tanto maltrecho aún subsistía.
Los Mac Donald, que ya participaban en los respectivos centros de estudiantes, cuyas reivindicaciones eran todavía limitadas al ámbito estudiantil, comienzan a escuchar de los mayores otros planteos políticos vinculados a la conflictiva realidad que se vivía por esos años. Cuando se produce el golpe del 66 el cambio es notorio, en los colegios la actitud represiva se muestra uniformando a los jóvenes, no al vaquero, al pelo largo, saco y corbata obligatorios y todas esas estupideces de la época dice Mario, en el Nacional es obligatorio el pago de la cooperadora, 20 o 30 pesos que no todos podían pagar, los centros organizan los reclamos. El Industrial por su cercanía con la Facultad de Química es el que avanza más rápidamente radicalizando posiciones. Poco a poco en los demás colegios surgen las distintas agrupaciones, al principio sin identificación política partidaria ideológica.
Las actividades principales de los secundarios consistían en volanteadas de tipo reivindicativo estudiantil, pero ya comienzan a insinuarse otros planteos. Luego en la Universidad se forma la TAR, Tendencia Antiimperialista Revolucionaria, de orientación marxista que a nivel secundario era ARES, Agrupación de Resistencia Estudiantil Secundaria. Por eso nuestra perra se llamaba Arec, para disimular!! acota riéndose el Pato. Era el año 67 o 68, por esa época se hacía la farándula estudiantil, en el Industrial fueron los de nuestra agrupación los encargados de construir las carrozas y los temas fueron: el hambre y la represión. Cuestionados por muchos y apoyados por otros tantos lograron ser premiados. Se aprovechaba cualquier situación para tratar de darle contenido y hacer una manifestación política que no podía realizarse de otras formas, continúa el relato de Mario...
Por esa época ya comienzan a definirse las opciones políticas y sobre todo después del cordobazo, nosotros como secundarios comenzamos a tener otro soporte político, otra visión del mundo, los boletines y periódicos que llegaban, El Combatiente un boletín de “los chinos” y otras publicaciones nos daban un análisis distinto de la realidad y otro compromiso político. A los 17 años leíamos a Marx, Lenin, al Ché y otros autores clásicos, era una formación que nos exigía el contexto de la época y la organización, se trataba de que todo militante se incorporara al partido para el que era fundamental la formación de cuadros revolucionarios. El Cordobazo fue precedido por la movilización de los estudiantes correntinos que reclamaban por el aumento del precio del ticket del comedor, en esa movilización cae asesinado Juan José Cabral, este suceso provoca el estallido que se extiende por todas las universidades del país, caen otros y las movilizaciones se generalizan, ya no son sólo los estudiantes los que protestan, otros sectores se van incorporando.
En Santa Fe las movilizaciones eran diarias y se realizaban por toda la ciudad. En todos los barrios, nos citábamos en una esquina por ejemplo detrás del campo universitario en don Bosco, calles de tierra, nos reuníamos 200, 300, nos miraban como a bichos raros pero se hacía el acto, si aparecía la policía a correr y los vecinos nos daban refugio. La idea era llevar nuestros conflictos a los barrios y recoger y expresar también los conflictos y problemas de los vecinos. De este modo comenzamos a hacer contacto en distintos sectores, el trabajo de acercar el periódico, de conversar con los vecinos e interesarse por sus problemas fue la base sobre la que luego se comenzó a operar militarmente, por ejemplo si había que repartir algo, ¿a dónde vamos? Y.. en tal barrio tenemos gente conocida que puede supervisar el reparto.....o llevarle lo que necesitan, esa actividad se inicia más o menos hacia el año 71.
Lionel y su amigo Enzo Lauroni compañero de promoción, fueron quienes, como mayores, nos inician políticamente a los hermanos y amigos, esto también se dio también en todos los colegios y en los barrios, en los que estuvieron. Lauroni era una persona de gran solidez ideológica lo mismo que Lionel, que a esas cualidades le unía el atractivo de ser un gran jugador de fútbol y eximio guitarrista, virtudes que le facilitaban el contacto con la gente y la posibilidad de entrar a debatir ideas. Nuestra casa siempre fue una casa abierta, donde se reunía la muchachada militante y muchas veces hasta “pensión” temporaria del amigo en dificultades económicas. Los viejos participaban en todo, la recomendación era “tené cuidado”, nunca nos reprimieron, nos apoyaron y dieron refugio a los hijos y a los amigos. En el 67 y 68 Lionel ya era un dirigente conocido, cuando se anunciaban manifestaciones, la policía lo buscaba y detenía la noche anterior y lo dejaban detenido junto con otros dirigentes, hasta que finalizaban las movilizaciones.
En el 70 se va a Rosario, teóricamente a estudiar arquitectura, para esa época ya había participado del 5to congreso donde se toma la decisión de crear el partido de cuadros y el ejército de masas, él fue uno de sus fundadores, allí cambia todo, uno tenía la mayor parte de su vida en la clandestinidad, el resto sólo era “cara”, hasta que algo saltaba y tenías que irte, el pase a la clandestinidad era básicamente cambiar de ciudad. Lionel cae preso en el 71 en Rosario, de allí lo mandan a Coronda y después a Resistencia, después de la fuga de Trelew lo llevan a Rawson. Mario está unos meses detenido en Resistencia, había sido detenido en una Iglesia, junto al cura tercermundista por participar en las Ligas Agrarias, Patricia cae presa en Córdoba. Y allá parten Don Pato y su esposa al rescate de los hijos. Ambos formaban parte de la Asociación de Familiares de Santa Fe, se reunían en el local de Luz y Fuerza de calle Junín. A Patricia, por ser menor de edad y no tener una causa grave, logran liberarla. De esa etapa hay muchas anécdotas interesantes, en el 72, Familiares organiza un viaje a Rawson donde había muchos presos de la ciudad, Coty miembro de Apul (y secreta autora de la marcha del ERP, que ya por esas fechas se cantaba en las cárceles) habla con quien era en ese momento Rector de la UNL, el Ing. Jorge Mullor y consigue el colectivo de la Universidad, antes de llegar se produce la fuga, ahí nomás se comunican con el chofer ordenándose el regreso, pero....Mullor tiene que renunciar...
Lionel es liberado el 25 de mayo del 73, y dice Don Pato: nos encontramos en la reunión que se hizo en la sede del partido justicialista en la Avenida Cabildo en Buenos Aires, pero no vuelve a Santa Fe. Desde el año 70 habrá venido sólo en tres o cuatro ocasiones, a veces medio día, escondido sin salir de casa. Es poco lo que sabemos de su vida en esos años, él es uno de los que se encarga de ir a Tucumán a hacer el reconocimiento del terreno, en el proceso que luego termina de la creación de la Compañía de Monte, de la que tiempo después al morir Jorge Molina, otro santafesino, será su último jefe. Sus compañeros y el propio Santucho, lo reconocen como uno de los mejores jefes que tuvo el ERP, dice el Pato con una sonrisa vital y orgullosa por el recuerdo del hijo.
Lionel Mac Donald cae en una emboscada del ejército el 21 de octubre de 1976 en Nueva Baviera, Famaillá, cuando al frente de los últimos restos de la Compañía de Monte del ERP se retiran hacia Tucumán. Su compañera después de haber dado a luz a su hija, escapa de la clínica dónde la fueron a buscar y logra refugiarse en Suecia. La noticia de la muerte de Lionel es escuchada por sus padres a través de un noticiero radial, Lionel padre sale rumbo a Tucumán, es notable cómo este señor, ya anciano, puede relatarnos con todo detalle y hasta con rasgos de humor y fina ironía todas las peripecias vividas. Desde la llegada al aeropuerto donde sufre un gran susto cuando lo separan de la fila de los recién arribados y un oficial lo interroga acerca del motivo de su viaje, le consigue un taxi, que luego se da cuenta, no es tal. La llegada al comando dónde para su sorpresa, es atendido de manera muy deferente por un Teniente Coronel. A poco se aclara el motivo de la amabilidad, resulta que este señor, lo tenía muy presente al Prof Mac Donald de la época en que siendo él un teniente y Don Pato profesor del Liceo Militar, las autoridades del mismo cuestionaron su desempeño como chofer de colectivo, actividad — a su criterio — poco digna para uno de sus docentes. Por supuesto que este planteo sólo mereció una furiosa renuncia en la que Mac Donald defendía su dignidad de trabajador docente y del volante... Así es cómo los milicos, después de interrogarlo acerca de los diferentes lugares donde trabajaba como profesor y acerca de las opiniones de sus alumnos del profesorado, tienen como respuesta: “No sé, yo doy historia antigua, hablamos de los romanos y los fenicios”. Dice pícaramente provocando nuestras carcajadas. Finalmente y cómo al parecer ignoraban dónde había sido sepultado, pusieron a su disposición un sargento y una camioneta que lo paseó por comisarías, morgues y cementerios, hasta que finalmente logró le fuera restituido el cuerpo, que no obstante haber sido perfectamente identificado en el momento de su muerte, había sido sepultado como NN junto con otros compañeros.
Lionel Mac Donald, Pasto Seco o el Capitán Raúl como lo conocían sus compañeros, descansa hoy en un cementerio tucumano, su padre, una vez recuperado el cuerpo, lo sepultó allí, en la tierra donde él había decidido luchar por un mundo mejor.
HOMENAJE: Su memoria fue homenajeada en el Panteón de la Memoria del Cementerio de Santa Fe en 2010 y recordada en la Escuela Industrial Superior