Mabel Teresita DEMARCHI
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Editorial EL PERISCOPIO - Libre de reproducirse con mención de fuente
La historia de Mabel la tomamos de los textos que se escribieron con motivo del Homenaje con el que la Escuela de Servicio Social, recordó a sus estudiantes y egresados muertos por el terrorismo de estado.
Mabel nació en Elisa, Santa Fe, el 1° de abril de 1952. Realizó sus estudios secundarios en la Escuela Normal N° 8 Almirante Brown y en 1971, ingresa en la Escuela de Servicio Social. Delgada, ojos muy claros, tez blanquísima, el cabello espeso, tenía un tono rojizo apagado. Recuerdo allá por los '70, su mirada soñadora, su actitud comprometida y su constante predisposición a dejar de lado intereses y necesidades personales por las de los demás. La discusión política era su eje y cualquier tema de conversación con ella terminaba en un análisis político: las relaciones afectivas, el “cieguito” de la parada de diarios de la esquina de la casa, las actividades laborales, la profesión.
Militante activa de “servicio social”, la recuerdo en la toma de la Escuela en julio del "72 cuando reclamamos ( y obtuvimos) otro turno de examen para los compañeros que perdían su regularidad por el reglamento ajustado a la escuela secundaria de ese momento (sólo se podían “llevar dos previas” del año anterior), en la creación de la JUP, como agrupación política estudiantil en el '73, en la constitución y elecciones del centro de estudiantes ( que ganamos), en el proceso de reforma del plan de estudio que impulsamos los estudiantes, algunos graduados y docentes durante el '74.
Durante esos años batallamos intensamente en las cátedras, asambleas, desde el centro de estudiantes, desde la agrupación JUP, por un Servicio Social al servicio del pueblo y por el pase de la Escuela a la Universidad, donde la “Mabelita” tanto como la “Colorada Edi” Cravero, luego “la Yoli” Ponti y como graduada la otra “Colo”, la Busaniche, fueron protagonistas. Compartí casa con ella y otras compañeras, lo que significó que además de compañeras de estudio y de militancia nos hicimos amigas.
La asesinaron en Rosario y cada vez que hablo de mis alumnos sobre el trabajo social de los '70, ella, al igual que los demás compañeros, aparece ahí, tan viva y tozuda, tan comprometida y desafiante, cabello al viento, mirada soñadora.
Recuperar el recuerdo de una persona tan querida para la familia nos aviva sentimientos de nostalgia y dolor, pero a la vez nos alegra profundamente el reconocimiento brindado desde la Escuela de Servicio Social. Yo tenía sólo ocho años cuando partió mi tía Mabel y tengo recuerdos vagos sobre ella, es por eso que con motivo de este evento tuve la posibilidad de indagar más acerca de su historia, leer su diario y cartas donde hablaba acerca de sus ilusiones e ideales de vida, con esa frescura que la distinguía. Lloré y reí a la vez por sus ocurrencias, compartiendo su mundo de proyectos, sus vivencias de aquellos años felices de infancia en el campo, donde ambas crecimos, sintiéndome identificada con su relato acerca de los paseos a caballo, el monte, el ombú, todo lo que yo amo también y le transmito a mis hijos. Compartimos esa historia en común y también abrazamos juntas la misma profesión. Siento que bregaba incesantemente por un ideal de justicia y un mundo mejor para todos, por lo que luchó a pesar de las circunstancias adversas con coraje y valentía, dejándonos un gran vacío difícil de llenar ante su ausencia. Siempre será recordada como la Colo, la simpática, la intrépida, la atrevida, pero por sobre todo como una gran mujer con una gran riqueza espiritual y con mucho amor para brindar al prójimo. Ella está y estará presente en nuestros corazones. Agradezco una vez más a los responsables de este reconocimiento que dignifica aún más el recuerdo de nuestra querida Mabel. En nombre de toda mi familia y mis abuelos que ya no están más ¡GRACIAS!
/ Su sobrina Patricia
La Colorada era referente de su escuela en Juventud Universitaria Peronista. El avance represivo de la derecha en la universidad hizo que debieran emigrar hacia el sur. Con su pareja Omar Mattioli. Luego del asesinato de Omar en la ciudad de San Nicolás, se trasladó a Rosario, donde formó pareja con el «Cabezón» Larrosa.
Fue asesinada en la ciudad de Rosario, el 19 de febrero de 1977. Al ser perseguida, iba de contramano por la calle Vera Mújica y chocó con otro auto que transitaba por calle San Juan.
Su memoria es recordada en placas colectivas en la Escuela de Trabajo Social y el Colegio de Asistentes Sociales