Roberto Ángel TURELLI « la Vieja »
Última actualización
Última actualización
Editorial EL PERISCOPIO - Libre de reproducirse con mención de fuente
En 1964 nos trasladamos a lo que fue la segunda «Embajada», San Jerónimo 3287, era una casa grande, ahí cabía más gente. Es entonces cuando llegan «la Vieja» Turelli desde Ucacha y «el Goyo» Iribarren de Isla Verde, eran muy buenos estudiantes, diría que brillantes.
El Ateneo seguía con el trabajo barrial, había crecido mucho ganando en casi todas las Facultades y sus delegados integraban el Consejo Superior de la Universidad. Podemos decir que en el '65 era la agrupación más fuerte de Santa Fe. En esa época nos vinculamos con la CGT de los Argentinos, los curas del Tercer mundo y desde Ateneo hacemos un trabajo muy importante impulsando reuniones nacionales con sectores afines al nuestro, que fueron la base del posterior desarrollo de la Juventud Peronista (JP).
El golpe de Onganía y las acciones del gobierno de facto demuestran que la dictadura había llegado para quedarse, por lo que la resistencia y la lucha eran necesarias y debían profundizarse. Eso hace que vayan surgiendo diferentes grupos, los que seguían a John William Cooke, el peronismo revolucionario, los que formarían la JP, las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias) y Montoneros.
«La Vieja Turelli» era un muchacho muy, muy religioso, siempre tenía la Biblia a su lado, estaba imbuido del pensamiento social de la Iglesia. Muy estudioso y trabajador, a la vez que trabajaba como Jefe de Trabajos Prácticos en la Facultad, tenía un cargo directivo en Ateneo y además militaba en el Centenario, donde entre otras cosas trabajaba en la construcción de una Capilla en el Barrio, creo que con el Padre Catalano y el Padre Espinoza. En el '66 hubo una gran inundación y todos fuimos a colaborar junto con él en la defensa del Barrio. El cura Catalano dirigía el grupo «de la milanesa», ya que eran los encargados de la cocina y elaboraban sándwiches para todos.
Turelli estaba de novio con una chica de Ucacha, estudiante de Servicio Social y también militante, con la que se casó. Era un tipo alegre, optimista, siempre referenciado a Dios. Recuerdo una charla, a la madrugada, en la que definimos que el pecado original era el egoísmo humano, sostenía que si había que ponerle un nombre al pecado era el egoísmo. Decía que se podía eliminar el pecado siendo tremendamente generoso, anulando el egoísmo y así con humildad y generosidad lograr el amor que es una energía radial que trata de unir.
Le gustaba mucho hablar de su pueblo y de las actividades de su padre y hermano pequeños productores rurales. Solía discutir mucho con Iribarren, cuyo padre era mediero, en un tambo de una tía de Turelli, acerca de la explotación de los medieros a quienes los propietarios no permitían criar animales y sólo aceptaban que cultivasen pequeñas huertas.
Más allá de que había muchos dirigentes destacados nuestro principal referente era siempre Fredy Ernst, por su humildad que lo llevaba a no querer cargos, a dar testimonio de vida y además por su brillante desempeño estudiantil.
En esos años de la dictadura se hizo necesario buscar mayor seguridad por lo que algunos formaron la primer casa clandestina del Ateneo, estaba por calle Tucumán…, éramos tan estructurados que no le dábamos la dirección ni a los padres, si los viejos querían encontrarnos debían averiguar por dónde andábamos.
También participábamos en la parte gremial y por eso tomamos parte en la «Marcha del Norte» junto a dirigentes sindicales de Santa Fe; entre ellos un dirigente anarquista que nos llevaba a la biblioteca Zola, este hombre contribuyó a la formación intelectual y revolucionaria de muchos universitarios.
«La Vieja» venía de una familia ligada al partido Demócrata de Córdoba, como era el caso de muchos de los cordobeses que llegamos a estudiar a Santa Fe y que pertenecíamos a una generación que reacciona contra el gorilismo (la saña contra Evita, por ejemplo).
Él llega al peronismo a través de su interpretación del cristianismo y sus pensadores. Entonces había infinidad de sacerdotes que veían la injusticia de la pobreza (Espinoza, Leyendeker, Catena) prácticamente en todas las iglesias había gente progresista. En esa época Atilio Rosso, Dr. en Química, ingresa al Seminario; todo el Colegio Mayor estaba en Ateneo y también se vuelca al peronismo.
A Turelli dejo de verlo seguido cuando la represión de la dictadura nos obliga a clandestinizarnos. Igualmente algunas veces solíamos encontrarnos en algunas reuniones sociales o en algunos operativos de la juventud. Por entonces se estaba formando la JP (Juventud Peronista) y también Montoneros, que surgen de grupos vinculados al Ateneo y a Descamisados de Córdoba.
La lucha contra la dictadura se profundiza y se produce el Cordobazo. En el '70 se da lo del Hospital Italiano, lo detienen a Fredy y a otros del Ateneo, luego vino el Club del Orden y la comisaría décima. Después de eso hubo mucho tabicamiento. En Santa Fe nos tuvimos que hacer cargo de muchos compañeros de Descamisados que después de La Calera tuvieron que salir de Córdoba donde la persecución era mucho más dura y finalmente después del '72, cuando ocurre lo de Puccio, nos desvinculamos todos, aunque reaparecimos luego del triunfo de Cámpora.
Creo que «la Vieja» llegó a recibirse, aunque eran datos a los que no les dábamos mucha importancia entonces, incluso había algunos que se cuestionaban si era posible estudiar cuando había chicos con hambre… El hablaba mucho con los padres y cuando desapareció lo buscaron por cielo y tierra, sin poder encontrarlo…
/ Coty Marengo