Susana Beatriz TROSSERO
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Editorial EL PERISCOPIO - Libre de reproducirse con mención de fuente
Susana egresó de la Escuela Normal José de San Martín de Santa Fe después de haber cursado el Bachillerato con orientación pedagógica. Luego comienza a estudiar el Profesorado de Historia en la UNL, pero lo abandonó por la militancia. Trabajaba en el Barrio San Lorenzo ayudando en tareas de alfabetización y apoyo escolar a los niños del barrio, actividad que se desarrollaba en el llamado “Rancho Peronista”.
También participó de las actividades del Movimiento de Juventudes y del Cine Núcleo Joven.
Estaba de novia con un compañero de militancia, Fernando Abasto. Fernando fue asesinado en Rosario el 26 de junio de 1976, posiblemente el miedo de Susana a los que se refieren sus amigos tenga que ver con ese hecho.
Susana fue asesinada el 7 de octubre de 1976, cuando las fuerzas represivas accionan contra la vivienda de calle Pedro Ferré 1980, Santa Fe, hecho en el que también son muertos Alfredo Fontana y su esposa Silvia Coria, los jóvenes dueños de casa.
Conocí a Susana en el año 1973, cuando inicié la carrera de Profesora de Historia en el viejo edificio de la Escuela del Profesorado de la UNL, en calle 9 de Julio.
Yo era un poco mayor y ya estaba casada, ella tendría unos 18 o 19 años. Cursamos el 1er año y juntas nos pusimos a estudiar “Pre-Historia”, en esa época todo se hacía en comunidad, estudiar solo era algo casi impensado, así que nos reuníamos en mi casa para estudiar, mi marido colaboraba preparándonos la comida, y en “los recreos” charlábamos de todo. Así fue como nos hicimos amigas, una amistad que continuó hasta su muerte, pues a pesar de que ella, dedicada de lleno a la militancia dejó pronto de ir a la Facultad, nos seguimos encontrando y compartiendo lo que vivíamos.
Recuerdo que solíamos caminar por Avenida Freyre, conversando de muchas cosas, entre lo que tenía mucha importancia hablar de su opción de vida, sus proyectos y sus sueños. Susana era hermosa, pelo largo, muy amorosa, simpática, franca, directa, firme en sus convicciones, era muy querida por todos.
De su militancia no podemos decir nada concreto, nosotros sabíamos lo que pensaba pero no lo que hacía, uno no preguntaba esas cosas a los amigos, se limitaba a escucharlos cuando querían hablar, dábamos una opinión y los ayudábamos cuando nos necesitaban.
Hija única y los padres temían mucho por lo que pudiera pasarle, a veces la madre hablaba conmigo acerca de sus temores, pero ella aunque sabía a lo que se exponía y tenía miedo estaba segura de hacer lo correcto.
Algunas anécdotas hablan de esos temores que se acentúan luego de un allanamiento en su casa paterna. Entonces empezó a quedarse en nuestra casa. Nosotros vivíamos al lado de una panadería, por entonces las panaderías empezaban a trabajar a eso de las 4 de la mañana haciendo bastante ruido. La primera noche que se quedó en casa, Susana, que no lo sabía, se levantó asustada y dispuesta a escapar por la terraza, la abracé para calmarla hasta explicarle lo que sucedía.
A principios del 76 dejan cesante a mi marido aplicándole la “ley de prescindibilidad”, él tenía como hobby una pequeña carpintería que ante la cesantía se transforma en una nueva profesión, fue Susana la que le dio el nombre: “La Viruta”. El primer producto del nuevo emprendimiento fueron unos carritos de juguete para niños, para presentarlos a la familia con un poco de expectativa, mi marido los ubica en una habitación oscura y convoca a todos…Ta tan ta tan…y siente la mano de Susana que atemorizada aprieta la llave de la luz….
Susana fue asesinada pocos días después de dejar nuestra casa, fue un dolor enorme y la pena de no haber podido ir a despedirla, pero en aquellos tiempos habíamos perdido hasta el derecho de llorar a nuestros amigos y acompañarlos al cementerio.
/ Teresita y Cucho
Susana y Mónica Somasco iniciaron junto conmigo su carrera universitaria, Susana era una chica inteligente, estudiosa, super responsable, todo lo que hacía tenía que hacerlo bien. Sin embargo está poco tiempo en la Facultad, lo deja por la militancia, era la militante ideal, una especie de “monje”, muy austera y exigente consigo misma, absolutamente consagrada a sus ideales.
En ocasión del 1 de mayo del 74, la JUP se movilizó hacia Buenos Aires y esto fue motivo de un gran conflicto familiar, sus padres que tenían miedo y la cuidaban muchísimo, no la dejaban ir. La discusión fue tan grande que terminaron encerrándola en la casa para evitar que fuera.
Recuerdo que ese mismo año, en oportunidad de una Asamblea que se realizó en la Facultad de Química, Susana habló en representación de los estudiantes del Profesorado, lo hizo muy bien, tal como se lo confirmamos cuando nos pidió nuestra opinión. ¡No era tarea fácil hablar en ese ámbito en el que siempre estaban presentes oradores de gran solvencia y predicamento entre el estudiantado¡¡¡
A fines de junio del 76 la encontré haciendo compras en Casa Tía, me contó de la muerte de su novio, el “Clark Kent”, Fernando Abasto. Además, me dijo que en ese momento el noviazgo había terminado y ella dejado de militancia, pero ante la muerte de Fernando y en su homenaje, volvió a incorporarse a la actividad política.
En agosto fue allanada la casa de sus padres, en ese momento ella había salido a caminar, no estaba. Al ver el operativo resolvió irse. Dejó el trabajo de Secretaria de la Escuela José Hernández, pero no se fue de Santa Fe. Fue un dolor muy grande cuando me avisaron de su muerte, lloré en la intimidad de mi casa, el clima de temor impuesto por la dictadura impidió que sus amigos pudiésemos despedirla.
/ María
En los ´70, nosotras éramos docentes en la Escuela José Hernández, recordamos que la Secretaria era una chica muy agradable, eficiente, respetuosa, amable y muy hermosa. Todos querían a Susana Trossero, su muerte fue un impacto muy doloroso para quienes trabajamos allí.
/ María Clara y Lilian
Su paso por el Movimiento de Juventudes de Santa FeFresca, limpia, de corazón químicamente puro... abierta a la búsqueda y de “terreno fértil” donde la semilla sólo necesita caer... para provocar el fruto maravilloso de la VIDA....
Eso fue “la Susi” ... VIDA FRESCA de mujer plena... de dulzura firme y de convicciones profundas...
La conocí cuando estaba terminando el quinto año en la escuela secundaria. Única hija de padres grandes... limpia ... en búsqueda sincera.. simple en las reflexiones... firme en las convicciones que iba asumiendo...
Crecimiento libre de pájaro en vuelo.
Esto fue lo suficiente y también lo imprescindible para asumir una militancia plena de servicio y entrega total ...
Esto fue lo suficiente y también lo definitivo para que en ese momento de la historia nacional... dulzura, inteligencia, entrega y participación de servicio social fueran definitivamente acallados...
Primavera florecida... perfume y frutos ... que el plan de exterminio genocida... mató ... no permitió crecer...
Niña fuerte...hermosura de mujer entregada a los otros que fue marchitada y destruida...
Le dijimos adiós desde lejos... la llevaron a Rafaela... donde una tarde de lluvia... luego de 15 años pude poner una flor en su tumba, en el cementerio de Rafaela.
Allí desde una foto su sonrisa plena me dijeron... “Hay que seguir andando nomás... hay que seguir andando..
/ Pochi
Su memoria es recordada en una placa colectiva colocada en la FHUC–UNL y en el Espacio de Memoria Rafaela
Los responsables de su asesinato fueron juzgados y condenados en la causa Acumulada Santa Fe