Isauro César ARGÜELLO «Chavi»
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Editorial EL PERISCOPIO - Libre de reproducirse con mención de fuente
Cursó el secundario en el Colegio de la Inmaculada de Santa Fe. Ya desde esos años mostraba un gran sentido crítico, que por su inteligencia y sentido común sabía compatibilizar con su gran sentido del humor, lleno de ocurrencias y dichos populares.
Terminado el secundario hace dos años de medicina en Rosario, luego abandona esa carrera y se traslada nuevamente a Santo Tomé e inicia los estudios de Arquitectura en la Universidad Católica de Santa Fe.
Era el año 1973, Cámpora llegaba al gobierno y Perón regresa al país, era un año de gran efervescencia política y de grandes expectativas. Los estudiantes de la Católica, igual que los estudiantes de las demás universidades del país estaban movilizados detrás de un proyecto que permitiera la construcción de una sociedad más justa.
El Chavi se involucró enseguida en el movimiento estudiantil y empieza a trabajar en la Agrupación de Estudiantes Peronistas, que luego se transformaría en la JUP (Juventud Universitaria Peronista) de la Católica.
Ese año se produjo una gran inundación y los estudiantes de las distintas facultades se volcaron a ayudar solidariamente a los pobladores afectados, y posteriormente trabajaron en las campañas de vacunación masiva que se organizaron.
Es por esa época en que se encuadra en Montoneros y poco a poco se va formando como el importante cuadro político-militar que llegó a ser al final de sus días.
Toda su vida era encarada en función de la militancia, pero, en el sentido de la construcción de un proyecto de país, por cierto muy distinto del que tenemos hoy. Ese proyecto implicaba también el formarse como un hombre nuevo, capaz de compartir, de jugarse con los otros, de buscar juntos las formas de superar las dificultades, de generar acciones que se justificaran en el logro de mejores condiciones de vida para todos.
De esta manera va a generar la formación del Centro de Estudiantes de la Facultad de Arquitectura, apoyar el proyecto del traspaso de la Facultad a la UNL, formar la Lista Azul y Blanca que gana las elecciones del Centro en el año 74 y 75.
También en esas fechas, y por decisión de la organización comienza a trabajar como Bedel en la Escuela Industrial Superior, donde era director el “Gallego” Barber, pero su función no era la de captar militantes para la lucha armada, sino fundamentalmente contribuir a la formación de los alumnos como profesionales al servicio del país. Así es cómo organiza una serie de charlas en las que los alumnos de arquitectura daban clases a los chicos de 5° y 6° años sobre la vivienda popular y su sistema de construcción, para lo cual se habían elaborado una serie de cuadernillos para uso de los alumnos.
Tenía un gran sentido de la solidaridad y el compañerismo, él pensaba que todo debía ser compartido, porque eso era lo justo. Por ejemplo- cuenta una anécdota- una vez, estando de campamento en Reconquista, era muy difícil conseguir cigarrillos, alguien consigue varios atados y se los da. El Chavi los reparte entre todos los fumadores del campamento en partes iguales, a pesar de la protesta de los más íntimos, que por serlo pretendían algo más. Actitud que les fue reprochada por no ser la que correspondía a quienes pretendían el cambio social.
El Chavi era un conductor nato, muy querido por sus compañeros, era orador en las asambleas, había concurrido a la “escuela de oratoria”, donde la organización formaba a los “jetones”, enseñando cómo organizar un discurso, los tonos de voz, los gestos, la forma de pararse, etc.
En esos años y en diferentes momentos comparte reuniones con la que fue su esposa. María de las Mercedes Fleitas, la Negra, con quien tiene un hijo, Federico.
En septiembre de 1976, vivían en Córdoba, son cercados en su casa, alcanzan a poner a salvo al nene que es recogido por un vecino y luego entregado a su familia, y resisten. El muere acribillado, ella es secuestrada y permanece desaparecida.
“Yo de desaparecidos y asesinados no sabía nada. Al punto que tuve un amigo con quien empezamos Medicina, el Chavi Argüello, un cuadrazo de Montoneros, que estuvo implicado en el asesinato de algún militar. Él sabía que yo no sabía y no me involucró. Pasó una noche a despedirse de mí y mi ex esposa y lo mataron a los pocos días en una encerrona en Córdoba. Para mí fue una muestra de lealtad y verdadera amistad. Con el tiempo me dí cuenta de la enorme mayoría silenciosa que hubo, del colaboracionismo".
Quique Pesoa
Su memoria es recordada por una Placa colectiva en la Universidad Católica de Santa Fe, en la Escuela Industrial Superior, en la plaza central de la ciudad de Santo Tomé y en el Colegio de Arquitectos de Santa Fe
Los responsables de su asesinato están procesados en la Megacausa Gómez por el TOF 1 de Córdoba