Alicia Adela LÓPEZ
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Editorial EL PERISCOPIO - Libre de reproducirse con mención de fuente
Militante de las Ligas Agrarias, Alicia López era descendiente directa del gran Caudillo Federal y Gobernador de la provincia, el Brigadier Estanislao López. Su familia tuvo una fuerte presencia en la vida santafesina, el bisabuelo fue presidente del comité de la Unión Cívica Radical y su abuelo fue dirigente Yrigoyenista, jefe militar de la Revolución de 1933 que se levantó en Santa Fe contra la dictadura de Uriburu, junto a Paso de los Libres, inmortalizada por los versos de Jauretche.
Nació en Santa Fe el 7 de noviembre de 1945, la segunda de las tres hijas que tiene el matrimonio de Lucia y Pedro. Hizo su escolaridad en el Colegio Nuestra Señora del Calvario, cuyo capellán era el Padre Catena, egresando con el título de maestra. Participó activamente de la pastoral del colegio, demostrando desde ese entonces su religiosidad y su compromiso con los otros y con la realidad, escuchando, acompañando y comprometiéndose con quien lo necesita. Continúa estudiando en la Universidad Católica de Santa Fe, Profesorado en Letras.
En 1968 conoce en Salta a Luis Juan Rodríguez (Lucho) cuando ambos fueron a los campamentos juveniles del sacerdote jesuita Llorens, el cual coordinaba su acción apostólica desde Mendoza. Se casan y en 1969, deciden dejar Santa Fe y trasladarse al Chaco para trabajar junto al Obispo Italo Distéfano. Él ya era abogado y ella Profesora en Letras. Si bien en su ciudad natal tenía múltiples posibilidades por sus estudios y provenir de una familia muy tradicional, siempre fue de una humildad militante por lo que no dudó en dejar todo para ir donde se consideró más necesaria, a ayudar a los más desprotegidos.
El primer destino fue Tres Isletas, una localidad a 50 kilómetros de Presidencia Roque Saénz Peña, donde nació María Isabel, la mayor de los tres hijos del matrimonio. Los dos venían del catolicismo, y justamente, Distéfano y la Iglesia Católica, eran en Chaco la caja de resonancia de los padecimientos y angustias de los sectores campesinos que trabajaban en las distintas tareas relacionadas con el sector algodonero. Se vinculan así con el «Movimiento Rural Católico», organización de la Iglesia católica cuya sede regional era Corrientes e incluía el norte de Santa Fe, Chaco, Formosa, Corrientes y Misiones, «uno de los movimientos sociales más importantes y con fuerte inserción entre el sector de base que lo componía».
En diálogo con el Obispo deciden entonces ir a Tres Isletas, en el Monte Chaqueño, insertándose en la comunidad como profesores en la escuela secundaria pública de la localidad. Alicia llega a ser Directora de esta escuela fundada poco antes de que llegaran, que funcionaba a contraturno en el edificio de una escuela primaría. Lucho la acompaña como profesor de materias afines a su formación pero también ejerce la profesión de abogado.
Al comenzar la movilización agraria de protesta por la crisis algodonera en la región en el año 1970 Distefano llama a Lucho y le pide que participe activamente en este proceso por lo que deciden mudarse a Saenz Peña. Esta situación social es la que da origen a la organización de las Ligas Agrarias Chaqueñas a fines de ese año. En esta organización se percibe la necesidad de concientizar y debatir sobre la realidad para hacer partícipes a los campesinos de la solución a los problemas. Esto da origen en primer término a reuniones por colonias agrícolas en las que Alicia realizaba y coordinaba el material impreso que se difundiría como disparador para el diálogo y la discusión.
Luis Rodríguez recuerda que no era fácil en una sociedad agraria y con muchas necesidades hacer conocer los pensamientos más avanzados. Alicia no quería nada extraño, quería más justicia, que el mundo fuera mejor. Deseaba todo aquello en lo que piensan las personas con ideas de transformación y cambio. Quienes alguna vez fueron militantes saben las dificultades que se presentan al trabajar con militantes de base. El trabajo difícil que ella hacía, era hacer que los campesinos escribieran para el periódico y después reescribía los textos, pero no con una forma propia de intelectuales, si no de forma bien popular. Hizo un gran trabajo, prácticamente el 90 por ciento de los escritos de los periódicos estaban hechos por ella. Era la que llamaba, la que escribía, la que preguntaba cuando le traían algún escrito que «traducía», consultaba, preguntaba de vuelta hasta que quedaba una redacción clara para quienes debían leerlo pero sin perder el objetivo y el eje de quién lo escribía.
El periódico «El Campesino» se hacía de manera artesanal en una vieja imprenta, de las que armaban las planchas letra por letra, y tenía una tirada local. Alicia, era el «alma mater», gran parte del periódico era de su creación y se repartía en las distintas Colonias de campesinos, donde se encontraba viviendo la gente.
«En Roque Saenz Peña teníamos un salón, tipo galpón, de las Ligas Agrarias. Allí se hacía el periódico, y cuando estaba por nacer Luisito, el menor de los hijos, Alicia estaba trabajando con sus papeles, la máquina de escribir, hasta que en un momento avisó “me parece que ya viene”, y así su hijo nació entre los papeles del periódico...»
Era muy ubicada para hablar, de tal modo que parecía callada frente a los desconocidos, pero era charlatana en la intimidad de su familia y amigos. Tenía gran capacidad de comunicarse con la gente, sin dobleces, de corazón. Era muy querida porque era sencilla y profunda, escuchaba, se encariñaba con la gente, se interesaba por cada uno, por su vida personal y familiar no solo por su función en el movimiento político.
Alicia integró el equipo de capacitación del Movimiento Rural de Acción Católica, que formó PUCAM (Por Un Campo Argentino Mejor). Tenía una gran capacidad, serenidad, empeño, era una docente comprometida y asumió el rol que le asignaron los campesinos, colaborando en el periódico “El Campesino”, con la redacción de los temas formativos, humanos y cristianos. Ese periódico tenía el rol de formación, organización, debate y concientización, a partir de los temas de desarrollo agrario, producción, comercialización, crédito, y todo lo que tuviera que ver con el movimiento cooperativo. Petisa, chiquita, con una capacidad de escuchar impresionante, nunca invadía a los demás, hablaba muy poco y hacía mucho, Su trato y su capacidad para educar a sus hijos, los veo, y son el fruto de esa forma de ser, tenía esos conceptos de educarlos en la libertad, de permitirles el crecimiento.»
/Remo, dirigente de las Ligas Agrarias
«En 4 años que tuvieron vigencia de las Ligas Agrarias logramos, junto con el Movimiento Cooperativo, concentrar más de la mitad de la venta de algodón y frenar el éxodo de los jóvenes a la ciudad. Alicia fue una militante consecuente, entregada a su trabajo, aparte de criar sus hijos y desempeñarte como profesora se desenvolvía como representante de prensa y difusión de las Ligas Agrarias.»
/Osvaldo, también dirigente de las Ligas
“En esa publicación muchas cosas las escribían los mismos campesinos, la mayoría con poca instrucción... Cuentan que mi madre tenía la habilidad de tomar sus notas, corregirlas y redactarlas de tal forma que los que las habían escrito se reconocían en ellas y podían decir 'la hemos hecho nosotros mismos'. Tenía esa capacidad de ser necesaria y pasar desapercibida al mismo tiempo. Era una mujer de estatura baja, pesaría unos 40 kilos, hablaba poco, todos los que la recuerdan, y yo misma, digo de ella que era de pocas palabras. Pero se expresaba mucho por escrito. Su voz me ha llegado a través de largas cartas en las que se explayaba y contaba su mirada de la realidad. Ella tenía 30 años cuando fue secuestrada y yo 7” /María Isabel, su hija
Alicia alternaba su tarea en el periódico con su trabajo docente del Colegio Nacional y la Escuela Normal de Sáenz Peña. Daba clases en el secundario y hacía profundos esfuerzos por elevar las posibilidades educativas de sus alumnos.
«Ella -dice Lucho- tenía mucha iniciativa... Tenía la capacidad de interesar a los alumnos, de motivarlos. Leía y recitaba muy bien. Recuerdo que utilizaba un poema de Jorge Luis Borges con los alumnos de los primeros años del secundario. Se refiere a 'El general Quiroga va en coche al muere": El madrejón desnudo ya sin una sed de agua/ y una luna perdida en el frío del alba/ y el campo muerto de hambre, pobre como una araña... Era un texto de alto contenido literario, que lo utilizaba como herramienta, aunque en esas épocas, desde el campo popular, veíamos a Borges como Satanás...»
Como docente siempre invitaba a los alumnos a más, no quería que miraran la realidad de manera simple sino que analicen todos sus matices y su profundidad, afectiva, personal, social, histórica... No tuvo miedo de utilizar autores impactantes y cuestionados, independientemente del grupo social o movimiento ideológico al que pertenecían, si le daban elementos para que sus alumnos discutan y “abran su mirada".
Lucho, como llaman a Luis familiares y amigos, es detenido en Sáenz Peña a principios de 1975 y puesto a disposición del PEN. Mientras estuvo en la cárcel de Resistencia, Alicia se trasladó a esa ciudad con sus tres pequeños hijos, pero cuando lo trasladan a Rawson vuelve a Santa Fe a casa de sus familiares, donde se produce su secuestro el 21 de octubre de 1976. Es mantenida desaparecida en la comisaría de la Seccional Cuarta de Santa Fe y asesinada.
La EEMPA Nº 1328 de Santa Fe lleva el nombre de ALICIA LÓPEZ. La elección del nombre fue producto de un trabajo democrático y participativo de toda la comunidad educativa que se impuso en 2015 mediante un emotivo acto
"Desde la raíz", la historia de Alicia López y las Ligas Agrarias de Chaco
El libro-historieta Publicado por Ediciones Aguará, es un material orientado al trabajo pedagógico con adolescentes y jóvenes, narra la militancia de Alicia López en la organización campesina, su desaparición durante la dictadura cívico-militar y el reclamo por Memoria, Verdad y Justicia. Surgió como resultado de una investigación documental realizada por Noelia Figueroa y Juan Diego Ruiz (nieto de Alicia López)
El comisario responsable del centro clandestino fue condenado por el Tribunal Oral Federal en 2010 en la causa Facino