Gustavo Hugo GARCÍA CALDERÓN
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(ESTA HISTORIA SE HA COMPLETADO CON NUEVOS TESTIMONIOS LUEGO DE 2023)
Gustavo nació en la localidad de San Justo, provincia de Santa Fe el 13/09/52. Allí comenzó sus estudios secundarios que ante una mudanza familiar debió terminar en la localidad de Dean Funes, provincia de Córdoba, donde cursó el secundario en el Colegio Nacional “Dean Funes” egresando en 1969 con el título de bachiller.
Era el año 1969 y en medio de la movilizada sociedad del “cordobazo”, donde los sueños de libertad por un país mejor, se habían plasmado en grandes luchas sociales y populares, Gustavo egresó como bachiller. Ya por entonces, era un dirigente de la Federación de Estudiantes Secundarios, militancia que continuaría en la universidad. En la Facultad de Filosofía cursó entre 1970 y 1972 y luego en la Escuela de Ciencias de la Información (ECI) donde se inscribió en 1972. Militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT)
Una inesperada enfermedad de su padre, lo llevó a tener que hacerse cargo de la familia: debió abandonar los estudios y buscar urgente trabajo. El peso de esa responsabilidad y la necesidad lo llevó a hacer un pedido desesperado para obtener un trabajo en el Banco Nación. Ingresó en la sucursal Alta Gracia y luego fue trasladado a la sucursal Alta Córdoba donde permaneció hasta marzo de 1975. Para entonces el aparato represivo liderado por la Triple “A” perseguía a los militantes populares y Gustavo presionado, debió renunciar al Banco y comenzó a trabajar como operario en una fábrica de automotores.
Convencido que un futuro mejor era posible y que esa justicia e igualdad por la que luchaban estaba por alcanzarse, con Cristina, su compañera de vida y militancia, decidieron coronar ese amor con una hija, así en mayo de 1976 nació Viviana, a quien por protegerla de las persecuciones no pudo darle su apellido. Al tiempo, los tres “escaparon” a Buenos Aires.
En la madrugada del 25 de marzo de 1977 Gustavo fue secuestrado en la estación de trenes de Constitución y aún permanece desaparecido.
Compañeros y amigos ayudaron a que Cristina pudiera salir del país con Viviana de casi 1 añito y poder salvar sus vidas. Con la vuelta a la democracia, Cristina y Viviana regresaron al país. Inmediatamente la hija de ese amor revolucionario, quiso poner las cosas en su lugar y juicio de filiación mediante “ya hace muchos años llevo con gran orgullo su apellido”.
El 26 de octubre de 2009 Viviana viajó desde México para recibir la medalla en nombre de su padre y cuando la Presidenta se las entregó, en medio de un Salón de Actos repleto y la foto de su padre detrás, al lado de su madre Cristina y con los ojos llenos de lágrimas elevó sus brazos casi en actitud victoriosa. “Estoy orgullosa de ser la hija de quien soy y lo seguiré buscando siempre”, nos aseguró.
/ Comisión de Empleados del Banco de la Nación Argentina por la Memoria, la Verdad y la Justicia
"Darío" o "Fernando", como le decían sus compañeros, militaba en el Partido Revolucionario del Pueblo/Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT/ERP). Fue secuestrado el 25 de marzo de 1977 en la Estación del Ferrocarril Roca, en Capital Federal y permaneció cautivo en el Centro Clandestino de Detencion, Tortura y Exterminio "Club Atlético" (es una hipotesis aun no confirmada ) . Tenía 24 años. Aún continúa desaparecido
Detenido desaparecido 25/3/1977 en Bs. As. en la estación de trenes de Constitución. En enero de 1976 llegaron de Córdoba desde donde se habían trasladado, con su compañera embarazada, por razones de seguridad.
Gustavo trabajo en Techint, subsidiaria de Propulsora Siderúrgica hasta julio del 76 que se instalan en Capital Federal por las caídas en la zona de Ensenada. Según testimonios de sus compañeros (hoy desaparecidos) volantearon desde el tren la fábrica General Motors de Barracas (por ese entonces también repartían propaganda en otras fabricas de la zona como Tamet, Alba). Esta versión coincide, con lo que su compañera, al día siguiente de su desaparición, pudo constatar, que los volantes si estaban en las calles de Barracas y que también en el barrio habían secuestrado a una persona que tenia una zapatería (arreglo de zapatos), ex obrero de General Motors que guardaba material de propaganda en su local.
Al año de su desaparición, recibimos dos versiones, una que en el tren venían fuerzas de seguridad con la cual forcejearon y lo detuvieron y otra que desde la fábrica dieron aviso a la seguridad de constitución de la presencia de ellos en el tren. Sus compañeros (creemos que eran dos) lograron escapar y al regresar a la estación recogieron esta versión de un puesto de diarios “…Uno de ellos fue detenido y muy golpeado en la cabeza, eran del PRT-ERP porque llevaban volantes con un título que decía “Argentinos a las armas”.
Al momento de desaparecer llevaba en su bolso o vestía, un conjunto de camisa blanca a cuadritos azul y amarilla y un conjunto de camisa y pantalón de trabajo, tipo tela grafa de color marrón caqui, bordado en su bolsillo el logo del taller donde anteriormente trabajaba (trabajó en talleres metalúrgicos y de carpintería). También tenía un anillo de plata ancho con la fecha grabada en el interior del 5/7/75 Uno de los compañeros que brindo esta información aparentemente vivía en Lanus según recuerda Cristina la compañera de Gustavo.
Hasta el día de hoy no tenemos información de que lo hayan visto en alguna comisaría o campo clandestino de detención.
/ Testimonio aportado por su hija Viviana Ines Garcia y su compañera Maria Cristina Salvarezza.
Gustavo García: bancario, estudiante, soldador... militante en todos los frentes El Gustavo no sabía que esa nochecita del 24 de mayo de 1975, iba a ser protagonista en una acción que además de tener una repercusión política nacional y posibilitar la liberación de tantas compañeras prisioneras, también le daría una satisfacción muy personal. Mantenía contactos clandestinos con
Cristina por medio de «papelitos» que le entregaba a la madre de ella, que la visitaba en el Buen Pastor. Cuando yo caí, él me escribió una cartita que me trajo mi mamá, que decía que estaba orgulloso de mí. Ese fue uno de los más grandes regalos que recordaré de Gustavo, cuenta la fugitiva del Buen Pastor. Y sigue: Hacía varios meses antes de mi caída que estábamos separados por algunas dudas sobre nuestra relación. Luego de unos meses presa, reiniciamos la misma a través de cartas y mensajes. Aquella tarde que supe que en días podría ser la fuga, traté de hacerle llegar un mensaje de contacto para «después». Lo medité mucho porque en realidad no correspondía, había riesgo de que él mismocayera, fuera descubierto, así que lo mandé oralmente con una madre que lo conocía y quería mucho. . . la mamá de Zulma Atayde, «Mariana». El mensaje era oral y le decía que cualquier cosa que pasara, yo nunca iba a cortar la relación con mi familia, así que ése sería nuestro futuro medio de comunicación. Se podía entender como traslado, aislamiento, salida del país. . . de tal manera que también se pudiera entender en el futuro, concretada la fuga, esa posibilidad.
Gustavo no sabía de qué se trataba. Como hemos visto en este y otros relatos insurgentes, el secreto del objetivo central de cada operación guerrillera era conocido por muy pocos. Quizás para Gustavo no fue nada del otro mundo, que lo destinasen a cortar una calle, hacer algo así como un acto relámpago y una improvisada barricada. Siendo un militante de frentes de masas, ya había participado en acciones importantes. «Participó en el copamiento de la fábrica militar de Villa María (el 10 de agosto de 1974) en la Compañía Decididos de Córdoba del ERP. Cuando volvió tenía la cara toda lastimada, nunca supe cómo fue», recuerda Cristina.
Esa tarde-noche del 24, estaban previstos una serie de actos relámpagos, cortes de calles, aislamientos de la zona de la cárcel, todas acciones – a decir de uno de los responsables – de «distracción». Allí entre Vélez Sarsfield y Boulevard San Juan, cerca de lo que era la plaza, estaba Gustavo con un grupo importante de compañeros y compañeras cortando esas arterias. De esa manera se aislaba una importante concentración de efectivos represivos en el teatro Libertador General San Martín, donde estaba el interventor Lacabanne en de calle Mariano Moreno. Esta acción, con las otras, permitió su protocolar acto del 25 de Mayo.
Además, era el acceso, por San Juan, del Comando Radioeléctrico asegurar la zona para proteger la acción de la fuga, de tal manera que se pudo determinar la misma algo así como una pequeña «zona liberada». Eran muy pocos los que sabían que esa acción determinaría el éxito de la fuga de la cárcel del Buen Pastor.
Y después, la sorpresa: Cuando esa noche el PRT evalúa el resultado de la fuga, ahí Gustavo supo que había estado en una acción donde se concretó mi libertad. Cuenta que no aguantaba la alegría y que solo el responsable le guiñó un ojo diciéndole en secreto que faltaba poco para vernos. . .
Gustavo había ingresado al PRT entre 1971 y 72. Hijo de Esmeralda Z. Calderón y Víctor H. García, había nacido el 13 de septiembre de 1952 en San Justo, Provincia de Santa Fe y tiene un hermano mayor, Omar. Hizo parte del secundario en el Colegio Nacional Simón Iriondo; el último año lo cursó en Córdoba en el Colegio Nacional Dean Funes. Se destacó como dirigente de la Federación de Estudiantes Secundarios, Egresó en 1969 como bachiller, en 1970 se inscribió en Psicología y luego en el 71 en Filosofía.
Debido a una enfermedad de su papá y a la incorporación de su hermano al servicio militar obligatorio, Gustavo quedó como único sustento de la familia, por lo que escribe una carta. Ver su letra en este borrador de papel que tantos años con mucho cuidado conservó mi abuela, me dio la posibilidad de enterarme de la responsabilidad que tenía con su familia y esto me llena de orgullo, cuenta Viviana – la Vivi – su hija, que como tantas y tantos miles, casi no pudo conocer a su padre, porque no tenía un año cuando Gustavo fue desaparecido.
Consiguió laburo en Alta Gracia, en la sucursal del Banco de la Nación el 5 de enero de 1972. En 1973 hizo el servicio militar en la Compañía Aerotransportada del Ejército y cuando salió de la colimba, consiguió traslado a la sucursal Alta Córdoba del Banco, donde trabajó hasta el 10 de marzo de 1974.
Después entró a trabajar en la IKA-Renault. En esos momentos, nace la pareja:
Yo lo conocí cuando ya trabajaba en Kaiser. Estaba contratado por una firma que empleaba temporalmente distintas especialidades según demanda de la fábrica. Él estaba en soldadura. Cuando allanaron para llevárselo de la fábrica, él estaba soldando unos caños en la estructura del techo; se quedó calladito y los compañeros luego lo sacaron. Allí militaba con un compañero de San Luis que está desaparecido junto con su compañera, eran una célula del PRT.
Estudiante, empleado bancario, obrero automotriz, un recorrido muy típico de un militante perretista cordobés. Tuvo que rajar para evitar ser capturado en momentos en que las tropas de la represión combinada del gobierno provincial y el Ejército secuestraban, torturaban y desaparecían a cientos de activistas.
Cristina relata el itinerario:
El Negrito «Hugo», Castelo, nos llevó a una casa para guardarnos y a los días nos sacó y nos llevaron a la ruta rumbo a Buenos Aires. Después de un tiempo nos destinaron a La Plata. Allí Gustavo fue responsable del frente de Propulsora Siderúrgica, donde entró a trabajar a través de Techint que subcontrataba para esa fábrica. Militó junto a muchos compañeros vanguardia del movimiento obrero e integró lo que se llamaba la Mesa de Gremios de la zona de Ensenada y Berisso.
Un recuerdo trae al otro. El Negrito Hugo, Eduardo Castelo, un peruano de Arequipa, era obrero de FIAT-Materfer y fue un destacado activista de aquella epopeya sindical clasista que fueron SITRAC/SITRAM. Apresado por la dictadura de Lanusse en 1971, terminó en la cárcel de Rawson. Se sumó al PRT y luego de liberado, fue uno de los impulsores del Movimiento Sindical de
Base, llegando a ser secretario general cuando el II Congreso el MSB se realizó el 13 abril de 1974 en el Córdoba Sport. Castelo fue electo por sus compañeros del Comité Central para integrar la máxima dirección, el Buró Político del PRT.
El 29 de marzo de 1976, ya instalada la dictadura, eludió el ataque represivo a una reunión de ese Comité Central en la quinta La Pastoril de Moreno, Provincia de Buenos Aires y fue abatido días más tarde en Córdoba.
En mayo de 1976 nació la Vivi en La Plata. La represión en la zona obligó a Cristina, Gustavo y la muy pequeña Vivi a abandonar la zona en septiembre de 1976 y trasladarse a Buenos Aires, donde Gustavo trabajó en una carpintería y en un taller metalúrgico. El PRT había sido duramente golpeado por la represión.
En cientos de campos de concentración ya se atormentaban a miles de los que fueron los 30 mil desaparecidos. En la mañanita del 25 de marzo de 1977, al cumplirse un año de la dictadura, Gustavo salió a volantear la zona fabril del sur de la Capital Federal. Era el responsable partidario de esos frentes sindicales en plena dictadura. En la estación de trenes de Constitución, fue capturado a la vista de cientos de personas, según contaron diarieros del lugar. Ese mismo
día, quizás a pocas horas del secuestro de Gustavo, pasó por esa estación el célebre escritor y periodista, Rodolfo Walsh, que venía de un suburbio del sur del gran Buenos Aires donde vivía también clandestino el militante montonero.
Seguramente, ya había «despachado» su famosa «Carta a la Junta Militar» y unas cuadras después, en San Juan y Entre Ríos,35 fue sorprendido y baleado por un grupo de tareas de la Marina que lo llevó herido a la ESMA. Enterados los padres de Gustavo, comenzó el peregrinaje de Esmeralda y don Víctor por comisarías, hospitales, dependencias militares, judiciales, pero la búsqueda fue infructuosa. Nunca pudo saberse nada de su destino. Me enteré muy rápido de la caída de Gustavo, por boca del Sopa, Oscar Roger Guidot.
Ironías del destino, la primera cita que Oscar me dio en 1972 para entablar una relación política que culminaría en su integración al PRT, fue en un edificio frente a Plaza General Paz, en Córdoba. El portero era don Víctor y por eso conocí a toda esa familia. El Sopa era amigo de todos ellos. Yo me olfateaba sobre la militancia de Gustavo por breves charlas que tuvimos, pero nunca tuvimos una relación orgánica partidaria. Guidot tuvo que salir de Córdoba para eludir la represión tras el golpe de marzo de 1976. Se trasladó a Buenos Aires. Clandestinamente integraba la Comisión Argentina de Derechos Humanos (CADHU). Hizo la denuncia de la desaparición de Gustavo para sacarla al exterior. En esas durísimas condiciones, Oscar haría una de sus últimas tareas.
Vivimos con Gustavo hasta el último día juntos en una pensión de la calle Sarmiento en el barrio de Almagro en Buenos Aires. A la vuelta, en calle Gallo había un hotel en el que siempre paraban los Garcías, así que allí nos vimos con el Sopa el día que conoció a Vivi. ¿Sabés que me cantaba? Pobre mi madre querida. . . porque la Vivi era cabezona. . . fue cuando me trajo el pasaporte para que yo me fuera a España. Pobrecito, qué puteada se ligó. . . ja j