PRESENTACIÓN
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Editorial EL PERISCOPIO - Libre de reproducirse con mención de fuente
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Utopía
Sin querer me metí en una utopía
Y no pude salir íbamos hacia el cielo el mar el monte
Y no pude salir
Creábamos futuro a ras del alma
Y no pude salir
Cuando al fin/no sé cómo
Salí de aquel ensueño
La utopía hechicera ya no estaba
Y el mundo me ofrecía mal humor y abandono
Mario Benedetti
Este trabajo tiene como antecedente el trabajo que realizamos en las ediciones 1 y 2 de “Historias de Vida-Homenaje a militantes santafesinos”. Tomo I y Tomo II
Agradecemos a quienes trabajaron desinteresadamente en aquellas ediciones y a familiares, amigos y compañeros que brindaron testimonio y aportaron para ese cometido
La base fundante de este nuevo trabajo, está dada por la gran cantidad de material recogida en entrevistas y en recuperación de documentación de aquel trabajo que quedaron excluidas en muchos casos por falta de espacio. A esto debemos sumarle que del trabajo permanente que realizamos y seguramente continuaremos haciendo, fueron apareciendo nuevos casos y mayor cantidad de material para nosotros importante, que era necesario incorporar y es una obligación que como grupo sentimos.
“Memoria Urgente”, relevamiento realizado por la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia, aportó muchos nombres de personas nacidas en la provincia que realizaron su vida y militancia en otras. Los trabajos de Raúl Borsatti (“Solo digo compañeros”) y Roberto Baschetti (“Militantes del Peronismo Revolucionario uno por uno”) completaron buena parte de este trabajo integrador.
Nuestro interés no es idealizar nombres angelizados. Sus nombres tienen carnadura moral significante para la conciencia nacional. Creemos firmemente que la historia no debe ser despolitizada. Y que cada compañere debe ser rescatado por mérito propio, que la palabra revolución les habita y pertenece, porque fueron dignos hasta el final y los procesos históricos no se agotan en la muerte individual
Sentimos la obligación de decir de ellos, nos conmueve hacerlo, necesitamos traerlos reafirmando su presente. La historiografía neoliberal dinamitó como siempre todos los puentes con el pasado, sentimos que ellos hubieren querido construirlos y nosotros asumimos esa tarea como propia.
Nos consideramos sobrevivientes con experiencia propia y diversa. Constituimos un pequeño grupo de militantes que vivimos la experiencia de aquella época, tanto la previa como militantes comprometidos como la dictadura misma en carne propia y a la cual sobrevivimos.
Junto con la recuperación democrática recuperamos la inserción social no sin dificultades. Podemos definir este grupo como una coincidencia significativa en el hecho de que sincronizamos conjuntamente un modo similar de mirar la memoria, la historia y la pertenencia política.
Más precisamente de repensar la historia desde la memoria. Sabemos que entre historia y memoria siempre hay tensiones, en general estas últimas están destinadas a obturar la memoria, el sistema de dominación busca desde su lugar de privilegio y escribe la historia para justificarse a sí mismo. El pasado es de este modo siempre un botín justificatorio, basado en el ocultamiento, que hace que el olvido se produzca por el aprendizaje interferente, que es el aprendizaje que sustituye a un recuerdo no consolidado en la memoria, y lo "desaparece" de la conciencia.
Está tensión entre la historia y la memoria está también proyectada sobre la verdad desaparecida por esta interferencia intencional.
Nuestro objetivo en este trabajo es casualmente evitar que el olvido oculte la historia y la verdad que consideramos propia; sabemos que existen varias memorias y que todas se justifican como válidas y que expresan una visión de la historia.
A lo largo de los últimos 40 años hemos visto distintos tratamientos sobre la violencia y la represión en la Argentina. Distintas maneras de negar lo sucedido, desgraciadamente pudimos observar lo hondo que caló el “no te metas” y el “por algo habrá sido” no solo en el hombre común sino también en la dirigencias política.
La “teoría de los dos demonios” planteada en los años `80, pretendió instalar que la dictadura fue un enfrentamiento entre dos bandos delirantes, haciendo hincapié en la culpabilidad de quiénes fueron víctimas del terrorismo de Estado como generadores de la intervención militar. Esta teoría fue compartida y explicitada por la mayoría de las dirigencias políticas empresariales eclesiásticas sindicales y sociales. Cuando está teoría quedó desnuda frente a la evidencia del terrorismo de Estado, inventaron otras como “la elite y los perejiles” para denostar la Militancia (con mayúsculas) como política transformadora.
En esta obra reivindicamos la Militancia de tantos hombres y mujeres, chicas y chicos que dedicaron su vida, hasta ofrendarla, imbuidos del espíritu revolucionario del Hombre Nuevo.
En el trabajo que hemos realizado con anterioridad, que ya tiene más de 10 años de la aparición del primer tomo, se nota que la forma de tratar la recuperación de la historia, de mencionar los hechos, va creciendo con la práctica utilizada. La narrativa recupera palabras, hechos, y se percibe en su crecimiento que se va liberando de la presión impuesta por la memoria oficial.
Sabemos que, dicho de manera simple, se manifiesta como una imposibilidad política e intelectual de llamar por su nombre a gran parte de ese pasado que debemos asumir que fue violento y trastocador, tantos como otros muchos que vivió la historia de nuestro país y de Latinoamérica
Auspiciosamente luego de la catástrofe del neoliberalismo de los ´90 pudimos alcanzar una etapa popular que permitió florecer la política y con ello todo lo que se había intentado negar o enterrar salió a superficie, dejando al descubierto el verdadero rostro del horror que fue la dictadura cívico-empresarial-militar-eclesiástica.
Creemos que la tarea de repensar la historia se trata de atreverse a mirarnos como sociedad frente a frente, sin hacer una revisión maniquea entre buenos y malos.
El sistema dominante, aún retrocediendo en espacios el poder, supo ganar la batalla cultural por medio de su manejo de la información, la cultura y el temor, imponiendo una serie de premisas que hacen a la negación de la verdadera historia.
En nuestro país como en todo Latinoamérica la violencia fue el método de los sectores dominantes,. La conquista colonial con la cruz y la espada fue violenta, las luchas por la independencia fueron violentas, los conflictos entre unitarios y fue violento, la “campaña del desierto”, la guerra contra el Paraguay, la explotación de los inmigrantes, las represiones a las luchas obreras, el fraude histórico, los bombardeos a Plaza de Mayo, las proscripciones y represiones posteriores fueron violencia.
La otra parte de esta etapa violenta fue la resistencia a la opresión de una generación de sectores sociales, en muchos casos, que no padecían necesidades que asumió la del otro como propia.
Nunca hubo ofensiva realmente hablando, todos los movimientos realizados por los sectores populares fueron productos de resistencias para detener el avance, que a pesar de los 40 años de institucionalidad democrática ha perdurado provocando aumento de la pobreza, consolidación de la marginalidad excluyente, con los sectores dominantes apropiándose descaradamente del poder judicial y de los medios informativos, generando insatisfacción, miedo y resignación donde se alimenta el monstruo de la extrema derecha.
La destrucción del país, el terror y la persecución nos afectó a todos. Aunque aquí recordamos a quienes más lo sufrieron, en nuestro pueblo hubo también innumerables actos heroicos anónimos. El hombre común reaccionó en momentos donde todo era oscuridad y violencia, donde el miedo era impuesto desde todos los ámbitos de poder. Existieron innumerables actos de solidaridad que solo hablan del corazón generoso de nuestro pueblo y difíciles de explicar de otro modo, porque representaron riesgos y consecuencias personales altísimas.
Entre ellos un grupo de mujeres, las MADRES, que reconocían que la militancia de sus hijos las había parido a la política y que con su militancia superó todos los cercos, convirtiéndose en imprescindible referente y verdadero puente indestructibles entre el pasado el presente.
Nuestra idea con este trabajo es realizar un aporte simple y sencillo a la construcción de la memoria colectiva, como una apacheta que permita o sirva de disparador para otros trabajos y fundamentalmente como sincero homenaje a todos los compañeros, en la conciencia de que siempre van a existir elementos, hechos, personas y cosas que aún no han sido rescatados y que alguien podrá hacerlo.
La lucha emprendida por nuestra generación en su momento no ha sido en vano.
No nos han vencido